El estereotipo de “mujer, madre y esposa” sigue vigente en la sociedad marroquí, según un estudio

La percepción de la mujer como esposa y madre sigue siendo el estereotipo “más estructurante” en la sociedad marroquí, según quedó de manifiesto en la presentación de un estudio hoy en Rabat.

“La mujer marroquí, sea cual sea su estatus o nivel de educación, seguirá siendo la mujer que debe preocuparse de sus hijos y seguirá vinculada a su hogar”, resumió la investigadora universitaria Fatima Bekkas, coautora de un estudio sobre los estereotipos de género más expandidos en Marruecos.

Bekkas añadió que lo que da valor a la mujer marroquí es su estatuto de “mujer esposa y madre”, y su formación en todo caso “podría ser un plus”.

A juicio de la investigadora marroquí, este estereotipo limita el futuro de la mujer, ya que se sentirá siempre obligada a casarse, tener hijos y formar un hogar en detrimento de otros objetivos, como la educación, la política o el acceso a esferas de decisión.

El estudio, en el que colaboran la organización ProgettoMondo Mlal, la Unión Europea y Amnistía Internacional, además de asociaciones feministas marroquíes, fue elaborado a lo largo de este año sobre una muestra de más de un centenar de mujeres procedentes de distintas capas sociales y de diferentes edades y lugares de residencia, junto a estudiantes de colegios e institutos de los dos sexos.

Otros de los estereotipos generalizados sobre la mujer en Marruecos son el carácter sentimental y fiel de la mujer frente a la resolución del hombre, o su debilidad física en comparación con el varón.

Entre las conclusiones en las que hicieron hincapié los promotores del estudio está la “impregnación” de los adolescentes varones de los estereotipos negativos sobre la mujer, contrariamente a las adolescentes mujeres, que son más favorables a un igualdad de sexos.

Para Bekkas, esto demuestra que la escuela aún no cumple su función educativa para limitar el efecto de estos estereotipos.

El estudio destacó también que la sociedad, la educación familiar y la propia mujer contribuyen a fijar los estereotipos de género a través de la consolidación de algunas reglas y valores culturales, como la división del trabajo basada en sexo, la idea de la autoridad masculina y el matrimonio temprano de las jóvenes.