Feijóo cede a Ayuso el protagonismo del PP en la toma de posesión de Mañueco tras su pacto de coalición con Vox

Aitor Riveiro

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Todo apuntaba a lo que finalmente ha ocurrido. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, no asistirá a la investidura de Alfonso Fernández Mañueco como presidente de Castilla y León de la mano de Vox. Un Gobierno de coalición que no parece contar con todo el respaldo de la nueva dirección del PP ya que el dirigente gallego se ha borrado del que será el primer mandato logrado por un barón autonómico de su partido con él sentado en la planta noble de la sede de la madrileña calle Génova. Tampoco lo harán presidentes autonómicos como Juan Manuel Moreno o Fernando López Miras. Quien sí asistirá será precisamente la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ha defendido en los últimos días que el PP debe gobernar con la ultraderecha.

La ausencia de Feijóo este martes estaba descontada. Las señales enviadas por Génova incluso antes de que se hiciera efectiva su elección como presidente del PP no dejaban lugar a mucha duda. De hecho, ya faltó al debate de investidura celebrado en las Cortes de Castilla y León, donde sí estuvo Santiago Abascal. Desde antes de Semana Santa el PP venía esgrimiendo unos indefinidos problemas de agenda que finalmente se han constatado en una serie de reuniones con los agentes sociales: empresarios y sindicatos mayoritarios.

El todavía presidente de la Xunta de Galicia ha asegurado en un acto en Pontevedra que él da su “apoyo incondicional a Mañueco”, pese a que no estará en uno de los momentos más complicados de su carrera al convertirse en el primer dirigente del PP que abre la puerta del Gobierno a la ultraderecha. Sobre esto, Feijóo ha sostenido que no es relevante su presencia: “Esté o no esté en su toma de posesión nada tiene que ver”.

El líder del PP ha señalado que sí se reunirá con Mañueco en los próximos días, aunque sin concretar cuándo. Quien no se perderá la investidura será Ayuso, quien dijo durante una sesión parlamentaria que “la situación en la Comunidad de Madrid es mucho mejor que en el resto de España porque hay un Gobierno del PP en coalición con Vox”. Unas palabras que algunos se tomaron como un error. Algo que ella se apresuró a desmentir: “No fue un lapsus, fue una declaración de intenciones”.

Ayuso ya acudió en su día a la campaña de las elecciones en Castilla y León a intentar rescatar del desastre a Mañueco. Pese a que cuando adelantó los comicios en plena negociación de los Presupuestos de la región se difundieron encuestas que le situaban cerca de la mayoría absoluta, se quedó lejos. Los sondeos ofrecían cada vez más dudas y la presidenta madrileña multiplicó sus actos para intentar reactivar el voto al PP. De hecho, en el cierre de campaña recibió una ovación no solo mayor que la del por entonces líder del partido, Pablo Casado, sino muy superior a la del propio Mañueco.

El apoyo de Ayuso no evitó que el PP haya tenido que tragar con un Gobierno de coalición con Vox negociado desde Madrid. Pero desde entonces han cambiado algunas cosas en el PP. Aquellas elecciones dieron paso a la batalla final entre la presidenta madrileña y Casado, que terminó con el ya expresidente del partido abandonado por todos y anunciando su dimisión de madrugada, forzado por los barones autonómicos del partido. En pocas semanas, la derecha eligió a Feijóo como sucesor.

Lo que no ha cambiado es que Ayuso seguirá siendo el verso suelto del PP que seguirá su propia senda discursiva y política al margen de las directrices marcadas por el partido. En el caso de Mañueco, Ayuso ha sido invitada por el propio president. También los otros dirigentes con mando en plaza, pero estos han rechazado asistir por diferentes motivos. López Miras, por ser las Fiestas de Primavera de Murcia. Moreno, porque está valorando si convoca elecciones en Andalucía en junio. Un escenario que servirá para testar electoralmente al PP de Feijóo y para ver cómo evoluciona el electorado de las derechas tras el relevo al frente del partido.

Las diferencias entre Ayuso y Feijóo han quedado patentes no solo en cómo debe relacionarse el partido con Vox, sino también con el Gobierno. El líder del PP acudió a reunirse con Pedro Sánchez al Palacio de la Moncloa en los días previos a la Semana Santa. Su intención (así lo explicitó durante su primer discurso como presidente del PP) es llegar a acuerdos con el PSOE, aunque las condiciones que ha puesto sobre la mesa pasan por dinamitar el Gobierno con Unidas Podemos y modificar toda la política económica y social del Ejecutivo.

Pero la reacción más dura contra Feijóo no ha venido desde el PSOE, sino desde Madrid. “Si no somos una oposición real al desastre nos iremos todos por el barranco. Y yo me niego”, dijo. A Ayuso le ha respondido la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, este lunes en una entrevista en El Mundo. “Este es un proyecto plural en el que entra todo el mundo, cada uno con su estilo, que puede ser distinto”, asegura Gamarra. “La toma de decisiones sale siempre de la pluralidad de voces del PP, pero sin perder de vista que acabamos de elegir a un presidente nacional para que marque la política nacional”, advierte a continuación. Y zanja, con una defensa incluso del mandato de Casado: “Lo que hemos planteado al presidente es lo que venimos planteando en otras épocas. No hemos cambiado en eso. Somos el mismo PP, el PP de Estado, el PP de pactos y acuerdos de gobierno, el que tiende la mano. Y lo vamos a seguir haciendo”.

Gamarra y Ayuso sí coincidirán el martes en la investidura de Mañueco. Aunque en la entrevista citada no se pregunta por Vox ni por Castilla y León, Gamarra sí ha hablado de la ausencia de Feijóo este lunes en Telecinco, donde ha justificado que “la prioridad” y “lo urgente” ahora es la economía, y que las reuniones cerradas para el martes con los agentes sociales son prioritarias.