Köhler, de dirigir el FMI y presidir Alemania a enviado de la ONU para el Sáhara

Horst Köhler, nombrado hoy enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, es un tecnócrata de perfil económico que fue director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y presidente de Alemania.

Köhler, de 74 años, lleva lejos de la primera línea política desde 2010, cuando un comentario sobre los “intereses” económicos que Alemania defendía con su presencia militar en Afganistán llevaron a su dimisión como presidente del país (2004-2010), un cargo protocolario al que se confiere cierta autoridad moral.

Afiliado desde hace casi 40 años a la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller alemana, Angela Merkel, Köhler puso así fin a un mandato que se había caracterizado por alejarse de la tradicional neutralidad del puesto y participar activamente en los debates políticos de su tiempo, algo que no agradó a todos.

Por el camino, sin embargo, se había ganado el apoyo de gran parte de la sociedad germana por defender de forma articulada la creación de puestos de trabajo en un momento complicado para la economía alemana.

La gran mayoría de la sociedad alemana no conoció a Köhler hasta que fue nombrado presidente, tras el acuerdo entre su formación y el Partido Liberal (FDP), porque hasta ese momento había sido un tecnócrata en gran medida desconocido.

Para llegar a la jefatura del Estado, Köhler renunció a su puesto al frente del FMI (2000-2004), donde tenía asegurada la reelección para otro mandato y donde había culminado una carrera eminentemente técnica basada en sus estudios universitarios de Economía.

Köhler nació en 1943 en la Polonia ocupada por los nazis, a donde habían marchado sus padres, alemanes asentados en Rumanía, huyendo de la ocupación soviética.

Tras el fin de la II Guerra Mundial en 1945 se instaló con su familia en la Alemania oriental y, al cumplir diez años, saltó a la occidental, donde se doctoró en Economía y Ciencias Políticas.

En 1976 comenzó a trabajar en el departamento de Estudios del Ministerio de Economía para pasar después al de Finanzas, donde ocupó varios cargos de creciente importancia hasta recalar en la Secretaría de Estado de Finanzas en 1990.

A partir de ese momento, se convirtió en uno de los hombres de confianza del entonces canciller, Helmut Kohl, al que acompañó a todas las cumbres del G7 y para el que supervisó las negociaciones de la reunificación alemana y la organización de la Treuhand, el organismo dedicado a privatizar el entramado industrial de la República Democrática Alemana (RDA).

Además en aquellos años fue nombrado representante del Gobierno alemán en las negociaciones de la construcción de la Unión Económica y Monetaria Europea.

En 1995 Köhler abandonó la política para presidir primero la Confederación Alemana de Cajas de Ahorro y, a partir de 1998, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD).

Cinco años más tarde se convirtió en el primer alemán en dirigir el FMI, al frente del cual tuvo que gestionar crisis económicas graves como las que sufrieron a principios de este siglo Argentina y Turquía.

En 2004, un año antes de que expirara su mandato, dimitió para convertirse en presidente de Alemania, cargo para el que fue reelegido sin problemas en 2009, pese a ser proclive a expresar su opinión sobre asuntos políticos.

Un año más tarde, sin embargo, tras un viaje a Afganistán afirmó que un país como Alemania, “con su orientación al comercio exterior” debe ser consciente de que “las intervenciones militares son necesarias para defender” los “intereses” nacionales.

La polémica que siguió a estas declaraciones acabó por truncar su carrera política: Köhler presentó su renuncia “con efectos inmediatos” y se alejó de los focos.

El 14 de octubre de 2007 resultó ileso de un ataque en Fráncfort perpetrado al parecer por un perturbado.

Köhler, casado y con dos hijos, ha recibido entre otros galardones la Gran Cruz del Mérito de Alemania, el Gran collar de la orden del Infante Don Enrique y es oficial de la Legión de Honor francesa.