Marruecos comienza julio sin perspectiva clara sobre la apertura de fronteras

Marruecos entra en el mes de julio sin una perspectiva clara sobre la apertura de sus fronteras aéreas, terrestres y marítimas, cerradas desde el pasado 13 de marzo por la crisis de la COVID-19.

El Gobierno ha empezado a aplicar en las últimas semanas una serie de medidas de desconfinamiento progresivo por regiones, pero no ha ofrecido ningún horizonte sobre la reanudación del tráfico de personas con el exterior.

Marruecos figura en la lista de países “seguros” a los que la Unión Europea (UE) abre a partir de hoy sus fronteras exteriores, pero ni Marruecos ni su vecina Argelia, ambas con una situación epidemiológica controlada, han respondido a este anuncio con una medida recíproca.

A la espera de un anuncio oficial, fuentes del sector aeronáutico subrayaron que hay actualmente preparativos en los aeropuertos para recibir a viajeros, con la puesta en marcha de las precauciones y condiciones sanitarias necesarias.

Además, señalaron que las compañías aéreas, tanto las nacionales como la Royal Air Maroc (RAM) e internacionales, están vendiendo billetes para después del 10 de julio (que es la fecha en la que se cumplirán cuatro meses del estado de emergencia sanitaria) siguiendo las instrucciones de la Dirección General de la Aviación Civil de Marruecos.

“Las compras se hacen condicionadas a la apertura de las fronteras de forma oficial”, indicaron las fuentes; en caso contrario, se ofrecerá al cliente otras alternativas.

En las dos últimas semanas, los aviones de la RAM han estado realizando decenas de viajes para repatriar a los marroquíes que estaban atrapados en los pasados tres meses en diferentes países; lo cual supone por otra parte, según las mismas fuentes, una especie de período de “rodaje” para la compañía a la espera de recuperar el tráfico completo.

El pasado 9 de junio, el ministro de Exteriores marroquí, Naser Burita, anunció ante el Parlamento una aceleración en las operaciones de repatriación de los cerca de 32.000 marroquíes que se quedaron atrapados en el extranjero desde que a mediados del pasado marzo se decretó el confinamiento domiciliario en el país magrebí.

La situación sanitaria se considera controlada y se efectúan más de 17.000 pruebas PCR diarias; con estos datos, el país examina la forma de repatriar a sus nacionales, que deben todos someterse a una cuarentena de 9 días y efectuar dos tests PCR.

El ministro marroquí anunció también entonces la suspensión de la Operación Marhaba (como se llama en Marruecos a la Operación Paso del Estrecho) que cada año permite el retorno de más de tres millones de marroquíes a su país de origen por vacaciones.

Al mismo tiempo, precisó que los emigrantes marroquíes pueden visitar su país una vez que las fronteras estén abiertas, sin ofrecer ninguna fecha concreta o aproximada.

La apertura de fronteras es muy deseada por el sector turístico, que espera señales a este respecto y que de momento tiene que contentarse con el turismo interior para intentar salvar la actual temporada.

Desde el pasado 24 de junio se permite el desplazamiento interurbano en la mayoría de las ciudades, la apertura de los centros comerciales, y de los cafés y hoteles con un aforo del 50 %, y los medios locales vaticinan otras medidas de alivio en los próximos días.

Los operadores del sector turístico -que contribuye con un 7 % en el producto interior bruto (PIB) y una de las principales fuentes de divisas- alertan de que el cierre de las fronteras marroquíes podría beneficiar a destinos competidores como España y Túnez que han decidido abrir sus fronteras a los turistas extranjeros.