Obituario

Paco Marugán, impulsor del PSOE que transformó España

Juan Carlos Rodríguez Ibarra

Expresidente de la Junta de Extremadura —
30 de diciembre de 2025 14:08 h

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Falleció en la madrugada del 29 al 30 de diciembre de 2025. Había nacido en Cáceres en 1946. Era extremeño de nacimiento, aunque educado y criado en Madrid. En la etapa en la que fui secretario general de los socialistas extremeños aposté por encontrar una figura que pudiera echar una buena mano a la incipiente autonomía extremeña. Nuestra influencia en Madrid era escasa. Necesitábamos a alguien que entendiera las aspiraciones extremeñas y pudiera influir para que los Presupuestos Generales del Estado que elaboraba anualmente el gobierno socialista contemplaran al máximo el principio de solidaridad que defendía el PSOE.

Esa persona tenía nombres y apellidos: Francisco Fernández Marugán; Paquito Marugán, para los socialistas extremeños. Tal era su carisma y su bonhomía que el diminutivo ejemplificaba perfectamente el cariño que se le profesaba en cualquier agrupación local socialista. Paco Marugán fue diputado por la provincia de Badajoz en las legislaturas III, IV, V, VI, VII y VIII. Nunca se podrá olvidar su compromiso con la región extremeña. Paco se encargaba de negociar y defender los Presupuestos Generales del Estado que presentaba el gobierno socialista al Parlamento español. Sabíamos que además de las partidas que se incluían en esas cuentas, Marugán se reservaba algunas cantidades para negociar con los grupos de la oposición. Los socialistas extremeños no formábamos parte de esos grupos. Nosotros entrábamos en el capítulo gubernamental, pero Paco siempre consideró que una cantidad iba destinada a enmiendas del grupo socialista para satisfacer necesidades extremeñas que los Presupuestos no contemplaban. Gracias a eso, Extremadura se benefició y pudo ejecutar obras que hubieran tenido que esperar si no hubiera sido por nuestro benefactor y compañero entrañable.

Paco era un entusiasta de las campañas electorales. En todas las elecciones en la que fue candidato a parlamento tenía que hacer un mitin conmigo en Oliva de la Frontera. Allí se le esperaba cualquiera que fuera el proceso electoral. Allí se le respetaba y se le aplaudía con entusiasmo. Y Paco, que no era precisamente un Demóstones, y sí un excelente economista, disfrutaba de esas merecidas palmas que los oliveros le dispensaban.

En los tiempos difíciles por los que pasó el PSOE, Paco Marugán no faltaba al almuerzo que hacíamos en un restaurante de la calle Ferraz, cercano a la sede central socialista, cada vez que se reunía la Comisión Ejecutiva Federal. Allí, el grupo de ejecutivos al que se nos calificó como “guerristas” intercambiábamos opiniones con Alfonso Guerra. Paco siempre templaba los ánimos cuando algunos más aguerridos pretendían sacar los pies del tiesto. No siempre pensábamos de la misma manera que otros grupos denominados “renovadores”, pero siempre mantuvimos respeto y lealtad al secretario general, Felipe González.

Paco fue adjunto al Defensor del Pueblo hasta que ocupó interinamente esa responsabilidad por dimisión de la titular. Como Paco jamás ocupó una responsabilidad para calentar el sillón, su mandato como Defensor del Pueblo evidenció su personalidad, sus sentimientos y su capacidad para llamar a las cosas y situaciones que denunciaba por su nombre. En unas declaraciones a RNE, Paco manifestó en referencia a la inmigración: “No creo en la existencia del efecto llamada, creo en la existencia del efecto expulsión, entonces vienen porque aquí se vive mejor que donde viven ellos”. Estas otras declaraciones a un medio escrito le definían: “Yo aprendí mucho de la política. Lo que más aleja a un político de la gente es que ese político defienda las ideas que no cree la gente; nadie puede rebatir que tenemos una sociedad más desigual que en 2008”.

Se fue uno de los impulsores de ese PSOE que tanto entusiasmo despertó en buena parte de la sociedad española. De ese PSOE del que cualquier socialista podía sentirse orgulloso. De ese PSOE que transformó España. Paco Marugán contribuyó a esa transformación con su trabajo, con su constancia y con sus ideas. Y lo hizo siendo diputado por la provincia pacense. Un orgullo para quienes le conocimos, le admiramos y le manifestamos nuestra amistad. Hoy estamos de luto junto a su familia, a sus compañeros y a los extremeños que le quisieron.

Descansa en paz, querido Paco.