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El PP se desespera tras la fallida intervención de Feijóo con Sánchez: “Nos hemos equivocado y nos ha hecho daño”

En el PP saltan las alarmas con la deriva de Alberto Núñez Feijóo en el Congreso. Al líder de la oposición se le volvió a atragantar este miércoles su cara a cara con Pedro Sánchez durante la sesión de control. En un intento de arremeter contra el Ejecutivo a cuenta del lapsus de Yolanda Díaz, en el que se refirió por error a la continuidad del “Gobierno de corrupción” (en lugar de “Gobierno de coalición”), Feijóo decidió hacer un chiste. “Cada vez que le pregunto sobre la corrupción, me dice que la economía crece. Y yo le pregunto hoy qué datos económicos justifican que su vicepresidenta, en un lapsus de sinceridad, nos haya dicho que queda Gobierno de corrupción para rato”, le dijo a Pedro Sánchez.

En realidad, el líder del PP no supo ver que le había puesto la hemeroteca en bandeja al presidente para que se despachara a placer en su réplica. “Lapsus los tenemos cualquiera, señor Feijóo. Y usted es el campeón de los lapsus. ¿O es que cuando dice que Huelva está en el Mediterráneo y que Orwell escribió su obra 1984 en el año 1984, y no en 1949, no son lapsus, sino incultura?”, le respondió entre carcajadas de la bancada del Gobierno.

El golpe de Sánchez a Feijóo no pasó inadvertido en el Partido Popular, en el que la preocupación por las actuaciones parlamentarias de su jefe de filas ha ido en aumento en las últimas semanas. Respecto a la de este miércoles, en la calle Génova consideran directamente fracasada la estrategia de intentar usar el lapsus de Yolanda Díaz. “Nos hemos equivocado”, le trasladaron desde el propio entorno del líder del PP, donde también reconocen que fue el presidente del Gobierno quien salió victorioso del cara a cara parlamentario en el Congreso. “Nos ha hecho daño”, le añadieron, según confirmaron a elDiario.es fuentes parlamentarias.

Erratas en los discursos, intervenciones sin concluir por no calcular bien el tiempo o incluso matizaciones posteriores a sus palabras por parte de su propio gabinete conforman una colección de tropiezos de Alberto Núñez Feijóo durante los rifirrafes parlamentarios con el presidente, que además ha conseguido recuperar algo de aliento político desde la vuelta del verano precisamente a cuenta de los errores del PP y a pesar de la delicada situación judicial del Ejecutivo.

Se ha vuelto habitual, además, que los aplausos más sonados de la bancada del PP no sean provocados por su jefe de filas sino por intervenciones de otros diputados. Este miércoles, por ejemplo, fue el caso de la portavoz Ester Muñoz, que encendió a sus compañeros por calificar como un “asco” que la diputada de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, lanzara proclamas antifascistas y alertara del auge de la extrema derecha.

“Señor Sánchez, jamás le perdonaremos que haya permitido que la mujer que señalaba desde su periódico a gente en España para asesinarla haga estos discursos en esta Cámara. ¡Qué asco, qué asco, qué asco!”, lanzó la diputada en mitad de la ovación de la toda la bancada del PP.

Desde hace ya semanas, en el Gobierno han dejado de afrontar esos cuerpo a cuerpo de Sánchez y Feijóo de cada miércoles como una encerrona política. De hecho, en la Moncloa se muestran convencidos de que las sesiones de control “le sientan bien” al presidente desde la vuelta del verano.

“Veis al presidente relajado en las sesiones de control porque enfrente tiene a un señor que dice cada semana lo mismo y que podría hacer hoy la misma intervención de 2024 o de 2023. No dice nada, no aporta nada. Y nosotros sí tenemos una gestión que defender y que confrontar con sus gobiernos autonómicos y con su modelo de país de la mano de la ultraderecha”, valoraban desde el equipo del presidente en los pasillos del Congreso tras unos de los últimos encontronazos.

Esa dinámica parlamentaria hace, además, que la comparecencia de Sánchez en el Senado de la semana que viene en el marco de la comisión de investigación del 'caso Koldo' adquiera una dimensión diferente. Para el PP, que lleva un año amagando con la cita, será la gran oportunidad de castigar políticamente al presidente por el caso de corrupción que mantiene a Santos Cerdán en prisión preventiva y con el que intenta hacer causa general: desde una financiación ilegal del PSOE ni demostrada ni siquiera señalada en la causa, hasta la ofensiva en los tribunales contra sus familiares directos.

En el Gobierno, sin embargo, se han tomado la preparación de esa comparecencia como una oportunidad de “volver a retratar” a la oposición. “Ya son indistinguibles de Vox en las formas y no tienen nada que ofrecer salvo el ruido en base a hechos inexistentes. Y el presidente irá a contar la verdad: a defender con rotundidad que el PSOE es un partido decente que actúa contra la corrupción. Y a recordar que el PP no está para darnos lecciones de nada”, asegura un diputado socialista.

La cita, para la que el PP aún no ha deshojado la margarita sobre el senador o senadora elegida para interrogar al presidente, será el próximo 30 de octubre a las nueve de la mañana, unas horas después del funeral de Estado que se celebrará en Valencia por los muertos de la dana de 2024 y al que asistirá el propio Sánchez.