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El motor de la Memoria en Sevilla: cuando ‘verdad, justicia y reparación’ tienen la fuerza de las víctimas

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La Memoria Histórica tiene un motor: las víctimas del franquismo. Y ahí encaja la sociedad civil, encarnada en grupos diversos que han celebrado la primera asamblea de asociaciones memorialistas sevillanas. La cita, auspiciada por la Diputación de Sevilla, desgranó objetivos y estrategias para hacer de la provincia una tierra con memoria. Pero también señaló problemas, caso de “las políticas anti memoria y negacionistas” de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento hispalense. E identificó nuevos aliados, como el Observatorio de la Memoria.

La “reunión unitaria” convocó a “todas las organizaciones memorialistas, sociales, políticas y sindicales”. Una veintena asistió a la Casa de la Provincia, como la Coordinadora de Memoria, germen del acto, la Asamblea Memorialista de la plaza de La Gavidia y el Ateneo Republicano de Andalucía. O miembros del Grupo de Memoria Histórica de la Universidad de Sevilla (US) y del Comité Técnico de Coordinación de exhumaciones de la Junta y asociaciones de varios pueblos, representantes de partidos políticos y de Diputación.

Como eje de las reivindicaciones está la exhumación de las fosas comunes –Sevilla es la provincia más castigada por los golpistas con 12.599 víctimas y 171 fosas según las cifras oficiales, como adelantó elDiario.es Andalucía– y denunciar el “abandono” del “Partido Popular desde que gobierna en Andalucía y Sevilla”. Un ‘cero euros’ al “estilo Rajoy” que en la capital afecta al “desmantelamiento” de la Oficina de Memoria, la “ralentización” del Consejo Municipal, la “inacción” para eliminar la simbología franquista… y aspiraciones como abrir el melón educativo en las aulas y cortar el retraso en la identificación genética de las víctimas, como desveló este periódico.

Y el análisis alumbró un techo de cristal, doble, para mujeres y juventud. “El movimiento memorialista tiene que hacerse feminista también”, reclama la profesora de la Universidad de Sevilla, Eugenia Gil. La barrera invisible interpela a quienes suman décadas enarbolando el relato, dicen. Como verbalizó el presidente de la Federación Andaluza de Memoria Democrática (FAMD), Esteban Garrido: “los que venimos aquí el 90 por ciento estamos pasaíllos de moda, hace falta ya un relevo”.

Objetivo: abrir las fosas

Meter las manos en la tierra, y buscar a los desaparecidos por el terror golpista, es una prioridad universal. Con un objetivo, que no haya fosas en Sevilla en 2030. “Las fosas se sabe dónde están”, hace falta voluntad “y que no repitamos errores”, resume Manuel Velasco, de la asociación Archivo, Guerra y Exilio (AGE). Un tema básico “que va muy retrasado, quedan muchísimas, y no es de recibo que se hagan las excavaciones en varios plazos”, señala Miguel Guerrero. Con financiación intermitente “se abre” y cuando ya no hay dinero para seguir con los trabajos “se tapa la fosa y luego está varios meses cerrada”, reprueba.

“La Junta da permiso pero no da un duro”, subraya la vocal en el Comité Técnico de exhumaciones de la administración regional, Concha Morón. Y para extender el reclamo, y divulgar la huella de la represión franquista, Antonio Naranjo de la Asociación Memoria Libertad y Cultura Democrática propone recorrer la provincia con la exposición “que Diputación está creando”, es decir, ‘Sevilla, tierra con Memoria’.

“Como me preguntó elDiario.es en una entrevista, puede que la fosa Monumento sea la única fosa de Sevilla que no sea exhumada”, alertó el coordinador del Observatorio de la Memoria, Manuel Lay. La dejadez del PP bloquea apertura de la mayor tumba ilegal –pese a que hay dinero– y como “plan” de resistencia alude a la mano tendida de Diputación, propone crear “una oficina u observatorio de Memoria en cada pueblo” y “elaborar de forma participativa los programas para 2026”, con “más de 100 proyectos” y actividades memorialistas en más de la mitad de los municipios.

Educación, mujeres, Memoria

Luego está la Educación. La Memoria Histórica no llega a las aulas andaluzas. “Hay que exigir a la Junta de Andalucía que forme a los profesores para que estos después puedan hacerlo con sus alumnos, la inmensa mayoría de la juventud no tiene ni idea de nada”, dice Garrido. Hay casos que sirven de guía, como “la experiencia del Colegio Aljarafe, que viene trabajando la Memoria desde hace años”, tercia Roberto Madrigal de la asociación de Mairena del Aljarafe.

“Tenemos que ganarle la batalla a la desinformación y los bulos que la extrema derecha está haciendo fundamentalmente entre los jóvenes”, refiere Naranjo. Las 'fake news' del franquismo sociológico todavía atentan contra la memoria colectiva. El Grupo de Trabajo sobre Memoria Histórica y Democrática de la Universidad de Sevilla ofrece “colaboración”, según Manuel de la Mata, y alerta de que están “pendientes” de certificar la “voluntad sobre el tema” de la primera rectora de la US, Carmen Vargas, como en el caso de que siguen existiendo “expedientes infames” a “profesores represaliados”.

“Nos avergonzamos”, lamenta. Como su compañera Eugenia Gil, que remachó: “No nos olvidemos de las mujeres que muchas han sido víctimas del franquismo y de su represión diaria en las casas, con esa ideología conservadora que las recluía en los hogares y las hacía sumisas y esclavas”. Y hay que rescatar la memoria de los presos políticos, de quienes “han estado en las cárceles y torturados”, en palabras de Rosario García, de la Red de Activistas de Sevilla.

El discurso de los Derechos Humanos

“El problema está donde hay parálisis, el Ayuntamiento de Sevilla y la Junta de Andalucía, hay que hacer presión continua desde las instituciones y en la calle sobre esas administraciones que paralizan la Memoria”, alienta Juan Valencia, del Ateneo Republicano de Andalucía. “Que haya un concejal de Memoria Histórica en cada Ayuntamiento”, pide Antonio Iglesias, de La Rinconada. Y que “las actividades que se hagan todo el año las tengamos todas las asociaciones”, para mayor difusión, solicita Luis Carrasco de la Asociación Andaluza Memoria Histórica y Justicia de Lora del Río.

Las diferentes voces pusieron color a la desapacible tarde otoñal. “La convocatoria es un éxito y demuestra que cuando nos unimos y organizamos, alcanzamos nuestros objetivos”, apuntó Ana Sánchez. “Esto es nuevo, por primera vez nos reunimos en la provincia para dar respuesta colectiva a las necesidades en el campo de la Memoria”, según Juan Morillo, de Unidad Cívica Andaluza por la República (UCAR).

“Es una tarea pendiente de la democracia, la Memoria Histórica debe ser una seña de identidad de cualquier demócrata”, dice Juan Carlos Velasco, de la Asociación Comarcal Pro Memoria Democrática Vega Media del Guadalquivir. Y plantea que el “debate”, más que “entre izquierdas y derechas”, es “entre demócratas o fascistas”, anclando su manifestación al discurso de los Derechos Humanos. “Que la democracia de ahora rinda cuentas con la democracia republicana, de la que es deudora”, dice el coordinador del Observatorio Provincial de la Memoria Democrática de la Diputación de Sevilla, Manuel Lay. “O la Memoria la hacemos juntas o el olvido neofascista nos va a matar por separado”, alerta.

Si la Memoria Histórica es un engranaje que aporta fortaleza democrática será porque reside en el concepto ‘verdad, justicia y reparación’. Un marco integral que promueve Naciones Unidas para abordar violaciones graves de derechos humanos y del derecho internacional humanitario. Un discurso universal que establece los deberes y derechos del Estado para proteger a las víctimas y prevenir que los crímenes se repitan en el futuro, es decir, para luchar por las garantías de no repetición.