Cuarto Propio es un boletín con mirada feminista, un espacio de la redactora jefa de Género de elDiario.es, Ana Requena Aguilar, en el que caben las noticias, los reportajes y las entrevistas pero también las reflexiones e historias personales, las recomendaciones culturales, los fenómenos sociales y las anécdotas cotidianas. Un cuarto propio en el que puedes entrar cada miércoles para leer... y enviar de vuelta tus sugerencias, apuntes o historias.
Sin rastro de los pañuelos azules
Fue el 11 de junio: ese día se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Próstata. Es el cáncer más frecuente en hombres en España. Según la Sociedad Española de Oncología Médica, en 2025 se diagnosticarán 32.188 casos nuevos. Quizá te preguntes por qué estoy hablando de esto en el boletín de hoy. Lo hago porque me enteré de casualidad de esta efeméride y pensé: ¿dónde están los anuncios?, ¿dónde están las campañas de las marcas?, ¿dónde están los lazos azules? Porque cuando llega el Día Mundial del Cáncer de Mama todas nos enteramos, ahí sí las empresas lanzan campañas, proyectos y a veces hasta vemos esculturas o cubos de reciclaje con forma de pechos por la calle.
En la cuenta de Instagram de teta&teta encontré esto: “El 11 de junio no está en los calendarios de marketing. No hay marea azul ni lazos azules ni campañas azules ni escaparates azules ni conciertos o carreras solidarias para recaudar fondos. No veremos edificios iluminados de azul ni promociones azules en packs de calzoncillos o barberías. Tampoco famosos con un pañuelo en la cabeza disfrazados de enfermos oncológicos ni influencers capitalizando el sufrimiento de muchos hombres (o metiendo la pata). No existe el bluewashing. Sólo ciencia”.
El texto de la asociación concluía que el 11 de junio no es un día rentable para las marcas y la retórica de la “luchadora” y la “valiente” que pelean contra el cáncer de mamá no se escucha cuando hablamos de hombres con cáncer de próstata.
En los últimos años, cada vez más mujeres, colectivos y asociaciones están criticando el pinkwashing del Día del Cáncer de Mama. Por ejemplo, nuestra columnista Violeta Assiego escribía en este artículo: “El compromiso en la lucha contra el cáncer de mama de las marcas durante el mes de octubre parte de una premisa equivocada si de lo que se trata es de solidaridad. Esto no va de cuánto más pueden vender y ganar gracias a que haya cáncer de mama, sino de qué tienen que hacer con sus ganancias, sus productos, en sus tiendas y con sus propias trabajadoras y trabajadores para que no haya cáncer de mama. Pero a muchas marcas esto les da igual, porque su mirada es cortoplacista y capitalista y saben que mientras no sea una prioridad para el Estado dedicar fondos a investigar sobre el cáncer, los centros públicos de investigación de nuestro país (y su talento) tendrán que aceptar que menos de 4 euros es su precio-hora (...) No, octubre no es rosa, ni para las mujeres con cáncer de mama ni para la investigación”.
Desde luego, el silencio alrededor del Día del Cáncer de Próstata frente al tremendo show que vemos cuando llega el Día del Cáncer de Mama da que pensar. Se me ocurren varias vertientes del tema; por un lado esta que comentaban las compañeras del pinkwashing, de cómo las empresas aprovechan para hacer campañas rosas que puedan revertir en su imagen (y en sus beneficios), mientras lo más necesario, la investigación y la atención rápida en la sanidad pública, es precaria.
Pero también en el tabú de la próstata: ¿veríamos esculturas con forma de próstata, estampados con forma de próstata, carteles con próstata, anuncios que animaran a los hombres a autoexplorarse? La respuesta es no y no solo porque a las marcas quienes les interesan son las mujeres, las principales compradoras del mercado. También porque la próstata y sus enfermedades están asociadas al potencial sexual masculino y, por tanto, al miedo, al tabú. De la misma manera que los tactos rectales siguen pareciendo una especie de tortura china que muchos hombres identifican casi con la pérdida de su masculinidad.
Así que, por un lado, tenemos una efeméride que da visibilidad a una enfermedad pero que en ocasiones lo hace de una manera edulcorada y que esconde el verdadero problema (la falta de prevención, de atención e investigación) y, por otro, otra efeméride prácticamente desconocida que no sirve para poner sobre la mesa uno de los cánceres con más prevalencia en hombres y que nos habla de cómo algunos problemas de salud masculinos quedan opacados por tabúes y complejos.
Te puede interesar
- Hemos querido responder a una de las ideas falsas que la extrema derecha suele difundir: que de la misma manera que los hombres asesinan a sus parejas, las mujeres también lo hacen. Pues bien, tenemos datos y explicaciones. Las cifras son elocuentes pero además hay que tener en cuenta el contexto desigual de poder. Te lo dejo aquí.
- Siguiendo con el tema Ábalos, Santos Cerdán y compañía, te recomiendo esta columna de Máriam Martínez- Bascuñán en El País: “Pese a que presuman de feministas, los partidos se siguen sustentando en códigos de masculinidad compartidos que excluyen y cosifican a las mujeres. Así funciona el pacto masculino de poder: quienes lo forman no ven la estructura que los protege porque han aprendido a llamarla normalidad, camaradería, en fin, política real. Quienes la señalamos parecemos exageradas o desubicadas”.
- Lourdes Cebollero es excapitana del Ejército de Tierra y protagonista de un caso que le costó la retirada de la carrera militar. Hoy es una de las voces contra el sexismo en las fuerzas armadas. La hemos entrevistado: “Para las mujeres militares, denunciar el acoso se convierte en una trampa mortal. Te deja económica, psicológica y profesionalmente muerta”.
El verano
Si te ha gustado este boletín, compártelo para que nuestra comunidad crezca. Si te lo han reenviado o lo has visto en redes, apúntate aquí para recibirlo.
Ha llegado el verano y este cuadro maravilloso que ves en la imagen es precisamente, Verano, de la pintora española surrealista Remedios Varo. Lo pintó en 1944 y es parte de su obra Las Cuatro Estaciones. La Segunda Guerra Mundial hizo que Varo se exilara en México y allí vivió hasta su muerte, en 1963.
El verano me está dando mucho calor, pero el Verano de Varo me da calma, paz. Y eso siempre es bien recibido. ¿Cómo ves tu verano?
Ana