Nestlé añade azúcar a los productos infantiles que vende en países pobres frente a lo que comercializa en Europa

La compañía suiza Nestlé, una de las mayores empresas alimentarias del mundo, vende productos con azúcar para bebés en países de renta media y baja, según una investigación de Public Eye en colaboración con la Red Mundial de Grupos pro Alimentación Infantil (IBFAN). Nestlé lo hace en contra del criterio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) –que aboga por prohibir todos los azúcares añadidos en alimentos para menores de tres años– y a diferencia de lo que comercializa en Europa, donde el mismo tipo de productos se venden sin azúcar añadido.

La organización Public Eye denuncia “la hipocresía y el marketing engañoso” del gigante de la alimentación en un informe que titula ‘Cómo Nestlé convierte a los niños en adictos al azúcar en los países de renta más baja’, disponible en español

La investigación afecta concretamente a dos marcas comercializadas por Nestlé: Cerelac –de cereales infantiles destinados a bebés a partir de 6 meses– y Nido –leche en polvo para niños de 1 año en adelante–, que se promocionan como “saludables” cuando en realidad esconden cantidades de azúcar inapropiadas para los más pequeños. Estos mismos productos no contienen azúcares añadidos cuando se venden en Suiza, Alemania o Reino Unido, pero sí cuando llegan a Senegal, Sudáfrica, Tailandia o Brasil. 

El 94% de los cereales infantiles, con azúcares añadidos

Ante la falta de claridad de las etiquetas de los productos –que a menudo no especifican la cantidad de azúcar añadido–, Public Eye tuvo que pedir a varios laboratorios que analizaran el contenido de azúcar de diferentes productos, algo que tampoco resultó sencillo: varios laboratorios suizos se negaron a llevarlo a cabo, incluso aludiendo a que los resultados “podrían tener un impacto negativo” en clientes para los que trabajan, según denuncia Public Eye. 

La organización finalmente tuvo que recurrir a un laboratorio belga para realizar su investigación, y analizaron más de un centenar de productos de Nestlé vendidos en África, Asia y América Latina. Su conclusión fue la siguiente: el 94% de los cereales infantiles (108 en total) tenían azúcares añadidos. En el caso de las leches de crecimiento, el 72% de las muestras analizadas contenían azúcar añadido.

Los análisis arrojaron que, de media, estos cereales infantiles tienen casi 4 gramos de azúcar por ración, más o menos el equivalente a un terrón. En cuanto a la leche de crecimiento analizada, el contenido de azúcar sería de casi dos gramos por ración.

Un “doble rasero injustificable”

Public Eye ha consultado sobre esta cuestión a científicos expertos, que censuran el “doble rasero injustificable” de la compañía suiza, ven “totalmente inapropiado” añadir azúcar en estos productos y advierten del riesgo de que los niños busquen cada vez alimentos más dulces al estar habituados desde muy pequeños a un alto contenido de azúcar. 

Rodrigo Vianna, epidemiólogo y profesor del Departamento de Nutrición de la Universidad Federal de Paraíba en Brasil, alerta: “No debería añadirse azúcar a los alimentos destinados a bebés y niños pequeños, porque es nutritivamente inútil y altamente adictivo”. Es “problemático tanto desde el punto de vista ético como de la salud pública”, señala por su parte Nigel Rollins, científico de la OMS, en declaraciones a Public Eye. La práctica también ha sido tachada de “colonialista” por los expertos.

La OMS resalta la importancia de una buena alimentación especialmente en los dos primeros años de vida de un niño. La organización pidió que se prohibieran todos los azúcares y edulcorantes añadidos en los alimentos para menores de tres años. La ONU calcula que 37 millones de niños menores de 5 años padecen sobrepeso, un problema que afecta especialmente a países con niveles de renta bajos y medios.

La versión de Nestlé

Con todo, y a pesar de contradecir las directrices de la OMS, la legislación nacional de la mayoría de los países no prohíbe añadir azúcar a los alimentos infantiles, y a eso se aferra Nestlé. En declaraciones a The Guardian, una portavoz de la compañía ha asegurado que Nestlé siempre cumple “con las regulaciones locales y estándares internacionales” a la hora de elaborar sus alimentos infantiles. 

Consultada por la agencia EFE, la firma ha señalado que las recetas de los productos pueden tener “ligeras variaciones” en distintos países, dependiendo de las regulaciones locales o la disponibilidad de ingredientes en cada mercado. “En la pasada década, Nestlé ha reducido en un 11% la cantidad total de azúcares añadidos en nuestros productos de cereales globales”, recalca también un portavoz de la multinacional, que afirma que seguirán disminuyendo esos niveles “sin comprometer la calidad, la seguridad y el sabor”.