Desde el 1 de diciembre hasta el 28 de febrero de 2021 se han registrado más de 16.000 muertes por encima de las esperadas en España, según las estimaciones del Sistema de Monitorización de la Mortalidad (MoMo). Esta cifra está, por primera vez desde el inicio de la pandemia, por debajo de las muertes registradas oficialmente en el mismo periodo.
Los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad contabilizan 22.600 muertes con Covid-19 confirmado entre diciembre de 2020 y febrero de 2021. Es decir, el exceso de mortalidad es un 25% menor que la cifra oficial de defunciones.
¿Por qué está sucediendo esto? Aunque los datos del exceso de mortalidad cuentan las muertes por todas las causas, los fallecimientos por otras patologías se podrían haber reducido este invierno en España. Por ejemplo, el uso de mascarillas y las medidas restrictivas podrían haber reducido la circulación y la mortalidad de la gripe, tal y como señalan los datos del Sistema de Vigilancia de la Gripe en España.
Solo se han detectado 8 casos de virus de la gripe en la temporada 2020-2021, según el último informe semanal del Instituto Carlos III. El año pasado, a estas alturas, ya se habían detectado 2.200 casos de gripe en España.
A nivel global, el impacto de la epidemia en España entre marzo y abril, cuando colapsaron hospitales, funerarias y registros civiles, dejó un saldo de 44.000 muertes por encima de las esperadas en esos meses. Una cifra que se acerca mucho a las 45.684 personas que fallecieron a causa de la COVID-19 en España, según la estadística de defunciones desglosadas por causa de muertes publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Un recuento del INE que confirmó que prácticamente todo el exceso de mortalidad durante el confinamiento domiciliario estuvo vinculado a la Covid-19.
Aunque los registros volvieron a hablar de más muertes de las esperadas en julio y agosto, no todas eran directamente atribuibles a la COVID-19: una gran parte estaba vinculadas a los episodios de calor tradicionales del verano. Sin embargo, todos los datos (incluyendo las muertes oficiales contabilizadas por Sanidad) indican que el exceso de más de 34.000 muertes desde el mes de septiembre en gran parte vinculado al virus, directa o indirectamente. Además, como hemos visto las cifras de exceso de mortalidad también pueden incluir la reducción de mortalidad de otras enfermedades respiratorias como la gripe por el uso de mascarillas y la limitación de contactos sociales.
Hay que tener en cuenta que las cifras de mortalidad durante la epidemia están infraestimadas respecto a la estadística definitiva de defunciones porque solo incluyen los registros civiles informatizados -93% de la población- y pueden existir retrasos en la notificación de las defunciones.
Escribe Raúl Sánchez.