El presidente de China, Xi Jinpin ha anunciado cuáles serán sus nuevos planes nacionales sobre el clima (NDC) para 2035: por primera vez, el gigante asiático afirma que reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 7% a 10% una vez que haya alcanzado su pico (que todavía no se ha tocado).
Además, Xi se comprometió a que el consumo de energía no fósil en el país represente más del 30% del consumo total de energía e instalación de 3,6 gigavatios de capacidad de energía solar y eólica, más de seis veces el nivel de 2020.
China es el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo en términos globales, aunque no así si se divide la cantidad de CO2 que emite entre sus habitantes. Actualmente, el país asiático se ha comprometido a estabilizar sus emisiones de CO2 para 2030 y a alcanzar la neutralidad de carbono para 2060. Este nuevo NDC –que todavía tiene que ser entregado a la ONU para evaluar cuánto rebajaría las emisiones mundiales– indica que su reducción de CO2 comenzará una vez China llegue al pico máximo que prevé alcanzar en 2028.
A través de un videomensaje en la cumbre del clima, no de manera presencial, que se celebra en el marco de la Asamblea General de la ONU, el mandatario también se comprometió en una ampliación del sistema de comercio de emisiones para los sectores con mayores emisiones, y construcción de una sociedad resiliente al cambio climático.
En un momento en que el Estados Unidos de Donald Trump se suma al negacionismo climático, ahora China parece aspirar a convertirse en uno de los defensores de la necesidad de combatir el calentamiento del planeta, tras años de haber ido a la cola en sus medidas de descarbonización.
En la cumbre del clima convocada por el secretario general de la ONU, António Guterres, participan hoy más de 45 jefes de Estado y se espera que a lo largo de sus discursos más de 100 gobiernos confirmen sus compromisos para hacer frente a la crisis climática con nuevos NDC.