Las rocas de granito rosado han sido localizadas frecuentemente en los picos volcánicos de las montañas Hudson de la Antártida Occidental, pero nunca habían sido vistas sepultadas por el hielo de los glaciares. Nunca, hasta ahora, según el descubrimiento de un equipo de investigadores dirigido por el British Antarctic Survey (BAS, por sus siglas en inglés), una institución británica dedicada a la investigación de la Antártida.
Un grupo de científicos ha localizado granito debajo del glaciar Pine Island y las dimensiones son enormes, de acuerdo con los resultados de su investigación, publicada en la revista Communications Earth & Environment. Se trata de un vasto cuerpo de granito enterrado de casi 100 kilómetros de ancho y 7 kilómetros de espesor, aproximadamente la mitad del tamaño de Gales (Reino Unido).
Una señal geológica inusual debajo del glaciar
El equipo de investigadores dató los granitos mediante la desintegración radiactiva de elementos encerrados en cristales microscópicos y descubrieron que las rocas se formaron hace unos 175 millones de años, durante el Jurásico, según informa el BAS en un comunicado. Sin embargo, había poca información sobre cómo llegaron estas a las montañas.
Para resolver esta incógnita, se realizaron mediciones de gravedad, recopiladas por varias aeronaves que volaban sobre la región. En ese trayecto, localizaron “una señal geológica inusual debajo del glaciar, que coincide con la firma esperada de un granito enterrado”.
El rastro rosa de la superficie llevó a un gigante oculto bajo el hielo. “Al combinar la datación geológica con los estudios de gravedad, no solo hemos resuelto el misterio sobre el origen de estas rocas, sino que también hemos descubierto nueva información sobre cómo fluyó la capa de hielo en el pasado y cómo podría cambiar en el futuro”, explica el autor principal y geofísico del BAS, Tom Jordan.
El hallazgo no solo cierra un viejo enigma geológico, sino que también ofrece pistas sobre la evolución del glaciar Pine Island en el pasado. “Las rocas proporcionan un registro asombroso de cómo nuestro planeta ha cambiado con el tiempo, especialmente cómo el hielo ha erosionado y alterado el paisaje de la Antártida. Rocas como estas son un tesoro de información sobre lo que se esconde bajo la capa de hielo, lejos de nuestro alcance”, subraya la coautora del estudio y geóloga de BAS, Joanne Johnson.
No solo es una información útil para descifrar el pasado, sino que puede ser relevante para el futuro. “Nos da pistas sobre cómo la capa de hielo de la Antártida occidental puede cambiar en el futuro, información que es vital para determinar el impacto del aumento del nivel del mar en las poblaciones costeras de todo el mundo”, concluye Johnson.