La lucha contra los mosquitos tigre se ha convertido en una prioridad sanitaria para muchos municipios del litoral mediterráneo. El avance de esta especie invasora ha ido en paralelo al aumento de las temperaturas y la transformación de entornos naturales en zonas urbanas, lo que ha generado un terreno propicio para su proliferación. No se trata solo de evitar molestias, sino de limitar el riesgo real que supone su capacidad de transmitir enfermedades víricas. En ese contexto, Elche ha decidido aplicar una técnica biotecnológica que pretende reducir de forma drástica su población en el municipio.
Una liberación masiva y controlada busca reducir la población de forma sostenida
El plan consiste en liberar más de 2,4 millones de machos estériles entre 2025 y 2026. La actuación se centrará en una zona de 18 hectáreas, aunque los responsables del proyecto estiman que, por el comportamiento dispersivo del insecto, el efecto podría extenderse hasta cubrir un total de 50 hectáreas, tanto agrícolas como urbanas. El método, conocido como Técnica del Insecto Estéril (TIE), impide la reproducción al hacer que los machos liberados se apareen con hembras silvestres sin dar lugar a descendencia viable.
La puesta en marcha del plan tuvo lugar en el Hort de Baix, uno de los espacios verdes más representativos del municipio. Allí se realizó una de las sueltas programadas como parte de un calendario semanal que continuará hasta final de año. El Ayuntamiento de Elche ha informado de que la iniciativa cuenta con un presupuesto de 1,7 millones de euros, financiado por la Conselleria de Agricultura, y que forma parte de un programa integral de control biológico. El alcalde Pablo Ruz apuntó que “se lucha contra el mosquito tigre, que no es solo una amenaza por la incomodidad que supone, también para la propia salud pública, por lo que requiere de medidas diferentes y eficaces como esta”.
La elección de Elche no ha sido aleatoria. El municipio reúne más de cien hectáreas de zonas verdes, además de varios humedales, lo que convierte al entorno en un punto de alta exposición. Para esta primera fase se han seleccionado diez huertos públicos que suman más de 17 hectáreas. A lo largo del segundo semestre de 2025, se completará la liberación progresiva de ejemplares, que ya ha comenzado como parte de los ensayos técnicos.
Miguel Barrachina, conseller de Agricultura, explicó que esta medida “forma parte de un plan integral de lucha biotécnica que se está aplicando en distintas localidades de la Comunitat Valenciana con el objetivo de minimizar los riesgos”. El proyecto se inscribe dentro de una estrategia más amplia que busca evitar el uso intensivo de insecticidas, apostando por soluciones sostenibles y selectivas.
Experiencias previas en otros países demuestran que este enfoque puede ser eficaz y replicable
En palabras de Vicente Dalmau, jefe de servicio del área de Sanidad Vegetal de la Generalitat, el efecto de la técnica ya está documentado en otras zonas: “Gracias a este método de control de plagas se van a liberar grandes cantidades de mosquito tigre estériles, que no pican, y que se aparearán con las hembras silvestres para que los huevos que pongan sean inviables”.
Esta estrategia lleva años aplicándose en diferentes países con buenos resultados. En lugares como Singapur, por ejemplo, se ha adoptado el mismo enfoque con otra especie del mismo género, el Aedes aegypti, para frenar la propagación del dengue. También se han registrado experiencias similares en Australia, donde esta tecnología se ha utilizado contra otros vectores, como la mosca de la fruta o incluso especies relacionadas con la malaria.
En España, la Comunitat Valenciana acumula varios precedentes. Ya en 2017 comenzaron a desarrollarse proyectos piloto basados en la TIE. Uno de los más ambiciosos tuvo lugar en 2023, cuando la Conselleria liberó nueve millones de insectos esterilizados como parte de un programa experimental que ahora se amplía con la experiencia en Elche.
El mosquito tigre ha convertido el litoral mediterráneo en uno de sus hábitats preferidos
El mosquito tigre, de origen asiático, ha logrado asentarse con fuerza en muchas zonas de la Península, especialmente cerca del litoral. Además de provocar molestias por sus picaduras, es capaz de transmitir enfermedades como el zika, el chikungunya o el dengue, todas ellas de transmisión vírica. Su capacidad de adaptación, unida al cambio climático y al desarrollo urbano, ha contribuido a que se convierta en una amenaza constante en la cuenca mediterránea.
El método que se ha empezado a aplicar en Elche no implica riesgo alguno para las personas ni para el entorno, ya que los mosquitos liberados no se alimentan de sangre ni tienen capacidad de picar. Su único objetivo es interferir en el ciclo reproductivo. Aunque los resultados no son inmediatos, se espera que en pocos meses se aprecie una reducción considerable de la población total.
La combinación de planificación técnica, financiación pública y colaboración institucional ha hecho posible que este municipio alicantino se sitúe a la cabeza de una estrategia que puede marcar el camino para otras localidades afectadas por este insecto invasor.