Cuando pensamos en la gastronomía del norte de África, es inevitable que nos venga a la mente el cuscús. Este alimento tradicional, compuesto por pequeños granos de sémola de trigo duro, es un pilar en la cocina de países como Marruecos, Argelia y Túnez. Pero, ¿por qué no existe una versión marroquí de la paella? ¿Qué hace que este plato, tan emblemático en la dieta mediterránea, sea tan diferente del cuscús que se disfruta al sur del continente? La respuesta radica en los ingredientes, la historia y la evolución culinaria de cada región.
El cuscús: una tradición marroquí con siglos de historia
El cuscús es uno de los platos más antiguos y representativos de la región del Magreb. Con una historia que se remonta al siglo XIII, se originó entre las etnias bereberes que habitan el norte de África. Se elabora a partir de la sémola de trigo duro, que se cocina mediante un proceso de absorción de agua que hace que los granos se hinchen y se vuelvan tiernos. Esta versatilidad y facilidad de preparación han hecho que el cuscús se convierta en un alimento básico, fácil de acompañar con carnes, pescados, verduras o frutos secos.
Por su textura y propiedades nutricionales, el cuscús puede compararse con el arroz o la quinoa. Con un alto contenido en proteínas, carbohidratos y minerales como el fósforo y el calcio, es un alimento energético que ha conquistado no solo las mesas de los países del Magreb, sino también a los gourmets de todo el mundo.
La paella: un plato con arroz como protagonista
En cuanto a la paella, su historia está profundamente vinculada a la Comunidad Valenciana, en España, y su principal ingrediente es el arroz. Aunque la paella moderna incluye una variedad de carnes, mariscos y verduras, el arroz sigue siendo el alma del plato. En las tierras valencianas, donde el cultivo de arroz es tradición, se ha perfeccionado la técnica de cocinarlo junto con otros ingredientes para crear una armonía perfecta de sabores y texturas.
El arroz, a diferencia de la sémola de trigo duro, tiene características únicas que lo convierten en el ingrediente clave para una buena paella. Mientras que el cuscús es más adecuado para acompañar platos como el tajín marroquí, el arroz se adapta perfectamente a los métodos de cocción de la paella, que requiere un sofrito previo y una cocción a fuego lento para conseguir la textura adecuada.
¿Por qué Marruecos no tiene paella?
La ausencia de paella en Marruecos se debe en gran parte a la disponibilidad y la tradición agrícola de cada región. El arroz no es el cultivo predominante en el norte de África, donde la agricultura está más centrada en el trigo y la cebada. Por tanto, el arroz no tiene la misma relevancia en la cocina marroquí como lo tiene en la española. El cuscús, en cambio, es un ingrediente local que ha sido adaptado y transformado a lo largo de los siglos en una parte fundamental de la dieta, tanto en Marruecos como en otras partes de la región.