Los libros de Suzanne Collins siguen dando que hablar. Hace unos días, se publicó el tráiler de Amanecer en la cosecha, la última adaptación cinematográfica de uno de los libros escritos por la autora y ambientados en el universo de Los juegos del hambre. En él, conocemos la historia de Haymitch Abernathy, mentor de Katniss Everdeen y Peeta Pellark en el primer libro, y descubrimos cómo sobrevivió al Segundo Vasallaje de los Veinticinco cuando apenas tenía 16 años.
La película se suma al resto de adaptaciones de la obra de Collins, que se inició en 2012 con el estreno de Los juegos del hambre. Para ese momento, la trilogía original (junto a En llamas y Sinsajo) ya se había convertido en todo un fenómeno editorial, tanto dentro como fuera de Estados Unidos. La idea de un gobierno que organiza cada año unos juegos en los que 24 chicos y chicas se matan entre ellos hasta que solo queda uno conquistó a toda una generación de jóvenes lectores.
Hoy, casi 20 años después de la publicación del primer libro, Quentin Tarantino ha criticado a la autora de esta distopía. El cineasta ha acusado a Collins de plagiar Battle Royale, novela del escritor japonés Koushun Takami. “No entiendo cómo el escritor no demandó a Suzanne Collins por todo lo que tiene. ¡Simplemente copiaron el libro!”, señaló durante su participación en el programa The Bret Easton Ellis Podcast.
El libro, publicado en Japón en 1999, se convirtió en un best-seller y también tuvo una adaptación en forma de largometraje, que llegó a cines a finales del año 2000. “Los críticos literarios estúpidos no van a ver una película japonesa, así que nunca la criticaron. Hablaron de que era lo más original que habían leído en su vida. En cuanto los críticos de cine vieron la película, dijeron: ¡Qué demonios! ¡Esto es Battle Royale, pero apto para todo público!”, señaló el director de Malditos bastardos.
‘Battle Royale’, la novela de Koushun Takami
Lo cierto es que, si nos fijamos en la sinopsis de ambas historias, es fácil encontrar semejanzas. El libro de Koushun Takami nos presenta una sociedad que vive en un estado totalitario y controlador. Como medida para controlar las rebeliones, el gobierno pone en marcha lo que se conoce como “El Programa”: cada año, 50 clases de distintos institutos son elegidas para luchar a muerte. Los alumnos, elegidos al azar, son aislados en una isla de la que no pueden escapar y en la que tienen que luchar hasta que solo quede un superviviente.
La premisa de Los juegos del hambre es bastante parecida. El libro está ambientado en un país totalitario conocido como Panem, que está dividido en doce distritos controlados por el Capitolio. Cada año, como castigo por las rebeliones pasadas y para recordar el poder del gobierno, se organizan los Juegos del hambre. En este espectáculo, que se retransmite en televisión, un chico y una chica de cada distrito (llamados tributos) deben luchar a muerte hasta que solo quede uno.
En 2011, el diario The New York Times le preguntó directamente a Collins por esta coincidencia. La autora negó conocer la obra de Takami: “Nunca había oído hablar de ese libro ni de ese autor hasta que entregué el mío. En ese momento, me lo mencionaron y le pregunté a mi editor si debía leerlo. Me dijo: No, no quiero ese mundo en tu cabeza. Simplemente sigue con lo que estás haciendo”.