Descubierto en 2016, en este vertedero romano se desechaban ánforas y ahora ya puede visitarse

El Testaccio Haliéutico de Gades, un extraordinario vertedero romano, ha abierto finalmente sus puertas al público en Cádiz, revelando una pieza clave del pasado de la ciudad. Este enclave arqueológico, notable por sus dimensiones y su excepcional estado de conservación, se ha convertido de hecho en el primer museo arqueológico gestionado por la Universidad de Cádiz, un hecho singular en España dada la escasez de museos eminentemente universitarios. El nombre de dicho vertedero, un hallazgo de menos de 10 años, alude directamente al famoso Monte Testaccio de Roma, ya que ambos son grandes montículos generados por los residuos de intensa actividad comercial. Descubierto concretamente en 2016 durante las obras de rehabilitación del edificio El Olivillo para su conversión en Centro de Transferencia Empresarial, el yacimiento se ubica en el sótano de una cripta arqueológica.

El vertedero periurbano, en relación con la ciudad hispanorromana de Gades, nombre romano con el que era conocida la ciudad andaluza, documenta dos fases de uso que se extienden entre la época tardorrepublicana y la altoimperial. La actividad de vertido de los primeros desechos comenzó a finales del siglo II a. C. y se mantuvo durante la primera mitad del siglo I a. C. Esta enorme acumulación de desechos llegó a alcanzar entre 20 y 30 metros de altura junto al Canal Bahía Caleta. La cripta conserva más de cinco metros de potencia estratigráfica, lo que permite apreciar una sección de hasta 7 metros de altura. Este montículo fue el resultado de la descarga de las embarcaciones que llegaban al puerto con grandes cantidades de ánforas rotas o inservibles.

Según han concluido una serie de expertos en la materia, se estima que la formación de esta “montaña de vertidos” fue impulsada por Balbo el Menor. La época de su uso corresponde a un periodo de máximo esplendor histórico en Gades, relacionado con la época de Julio César y la influyente familia de los Balbo. El origen del enclave está intrínsecamente ligado a la potente industria pesquero-conservera de la ciudad. En el vertedero se desecharon restos vinculados a la producción de garum, salazones, tintorerías y la industria auxiliar portuaria. Este volumen de material arqueológico permite reconstruir el comercio marítimo que Gades mantenía entre los siglos I a.C. y I d.C.

Pero es que la riqueza del hallazgo producido hace menos de una década revela que, además del material cerámico, la acumulación también contiene residuos de la vida cotidiana, como restos de fauna terrestre, ictiofauna y concheros. También se documentaron fragmentos de vajilla fina (sigilatas itálicas, gálicas) y material de cocina. De un vertedero periurbano contiguo, documentado en las calles Sacramento 38 y Solano 1, se ha obtenido información detallada sobre el instrumentum domesticum de Gades. En la fase altoimperial, este basurero se reactivó en época de Claudio y ganó altura hasta las primeras décadas del siglo II d. C., destacando por la heterogeneidad de los elementos desechados, lo que demuestra su procedencia de contextos de hábitat y no solo alfareros. El análisis del vidrio de este contexto contiguo, un conjunto inusual para ser publicado, revela la convivencia de producciones en vidrio modelado y en vidrio soplado, al menos, entre mediados y finales del siglo I d. C.

Los investigadores llegaron a identificar formas asociadas tradicionalmente con la vajilla de mesa, como cuencos, vasos y jarras y también con el aseo personal, como ungüentarios y un agitador/removedor de perfume. El escaso número de fragmentos de vidrio localizado en el vertedero sugiere la práctica del reciclaje, que era intensa en época altoimperial, una práctica que puede llegar a sorprender pero que pudo haber sido común en aquella ciudad de tintes romanos. La apertura del Testaccio ha sido una prioridad para la Universidad de Cádiz, que lideró la excavación, la investigación y la musealización del yacimiento para hacerlo accesible a la ciudadanía. 

Las visitas, guiadas

El proyecto ha sido el resultado de una colaboración institucional, con la Junta de Andalucía cediendo en depósito alrededor de medio centenar de piezas arqueológicas originales conservadas en el Museo de Cádiz para enriquecer la exposición. Pero lo importante que debe saber tanto un aficionado como un experto en arqueología es que la cripta arqueológica ofrece una aproximación directa, accesible y didáctica al Cádiz romano. El recorrido incluye el descenso a la cripta, la explicación especializada sobre la producción de salazones y salsas de pescado en la época romana, y la “lectura” de los estratos y depósitos de ánforas y fauna. Además, los visitantes pueden observar una maqueta que ilustra el Testaccio original, la industria haliéutica y varias embarcaciones navegando por el Canal Bahía Caleta. Las visitas son guiadas, con pases cada hora en punto y un aforo máximo de 25 personas por grupo.

Este nuevo espacio visitable es considerado un hito para el patrimonio local que refuerza la identidad cultural y demuestra la relevancia de Gades como una ciudad dinámica en el Imperio Romano, posicionándola como referente para el turismo cultural y educativo. Todos aquellos que deseen completar esta visita con otra joya de la arqueología, sin salir de Cádiz y fechada en la misma época romana, pueden adentrarse en las “tripas” del que es considerado uno de los teatros más antiguos y más grandes de toda la Hispania. Su existencia permaneció oculta durante siglos, hasta que en 1980 y durante la realización de unas obras se desveló por accidente su existencia. En este caso esta joya del patrimonio español se trata de una construcción fechada alrededor del año 70 a.C.