Opciones para comer (y bailar) en Madrid por menos de 10€

Fachada del colorido pub Tupperware. Flickr.

Elisa Caballero

La capital española es una de las ciudades más caras del país. El ranking lo encabeza Barcelona y en él también aparecen Bilbao y San Sebastián. Se dice de Madrid que cuesta dinero hasta respirar, pero, si se sabe adónde ir, hay algunos lugares donde comer, beber y bailar cuestan muy poco. ¿El reto? Salir por Madrid por menos de 10€. Te aseguramos que es posible.

Malasaña

Si queremos comer por muy poco dinero en la zona de Malasaña, podemos acudir a Buenasaña, de los mismos dueños de Aliño, establecimientos de comida casera para llevar. También disponen de algunas mesas para poder degustar la comida allí mismo y cuentan con muchas opciones vegetarianas y veganas y un menú diario por 5,5€.  Por la noche, es posible elegir entre tres platos diferentes más una bebida por 5€.

En cuanto a bares míticos con precios muy asequibles, podemos nombrar al Bar Sidi, abierto desde 1943 enfrente de la Iglesia de San Ildefonso y cuyo eslogan reza “tapas en una cervecería de toda la vida”. Si buscas calma y sosiego, este no es tu sitio. Los fines de semana se llena de jóvenes con ganas de fiesta y el barullo provoca que las conversaciones de los diferentes grupos se mezclen (e, incluso, a veces, los propios grupos). 

Otro clásico es Casa Camacho o “Los yayos”, como se les conoce popularmente por la bebida más demandada del local: el yayito, hecho con casera, ginebra y vermú. Este local abrió sus puertas en 1929 como almacén de aguardiente. Durante años lo regentó un hombre llamado Camacho  (de ahí,  el nombre) y en 1980 lo compraron Jesús, Santiago y Miguel, tres hermanos que, con esmero, intentan que los clientes se sientan como en casa.  Los asiduos de este bar se amontonan y se acomodan como pueden entre los inmensos barriles de vermú. Para ir al baño, se debe pasar por debajo de la barra, un gesto más que demuestra la familiaridad de este peculiar lugar.

El Palentino merece su mención aparte, pues se trata de uno de los bares más míticos de la noche malasañera. De hecho, la última película de Álex de la Iglesia, “El Bar”, está inspirada en él. Este “bar de viejos” tiene que colgar todas las noches el cartel de “aforo completo” en la puerta de su establecimiento y podemos tropezarnos con largas colas de personas esperando para entrar a ser iluminados por sus fluorescentes parpadeantes y alimentados con sus populares bocatas.

En cuanto a lugares de baile, Tupperware, SideralVía Láctea y Wurlitzer – este último en Gran Vía – son de entrada libre y en ellos se puede mover el esqueleto hasta el amanecer.

Lavapiés

Un lugar auténtico donde los haya es el restaurante senegalés Dakar, “un rinconcito de África en Lavapiés”. Los platos cuestan 6€ y con ellos pueden comer dos personas. Recomendamos el plato nacional de Senegal, el “Thibou djeune”, compuesto por arroz, pescado y verduras (tomate, col, yuca, zanahoria y berenjenas).

La Oveja Negra es otro establecimiento que representa al Lavapiés más alternativo. Esta taberna vegana transfeminista ofrece comida muy buena a muy buen precio. Además, ponen a disposición de los clientes juegos de mesa, libros y fanzines. No dejes de pedir la hamburguesa de remolacha y las croquetas de puerros y calabaza.

En Loukanikos hay cerveza de barril buena y barata, además de deliciosa comida (con bastantes opciones para vegetarianos y veganos). El bar se ha bautizado así en homenaje a Loukanicos, el famoso perro griego que siempre aparecería a la cabeza de todas las manifestaciones y ladraba a los policías antidisturbios.

Para salir a bailar gratuitamente contamos con varias opciones: el templo del flamenco, Candela, por el que han pasado grandes maestros como Camarón, Paco de Lucía o Enrique Morente, y que sigue manteniendo reminiscencias de ese pasado glorioso en el que las juergas flamencas acababan al amanecer. De otro estilo totalmente diferente, encontramos La Huelga, donde escucharemos, sobre todo, rock y soul y donde presumen de tener “los mejores gin-tonics del barrio”. Por último, la sala Juglar ofrece música en directo, sesiones de funk y soul, afrojams y tablaos flamencos, una muestra perfecta de la enorme diversidad del barrio. 

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