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Se buscan usos alternativos para las plazas de toros: de una actividad en retroceso a espacios culturales

Plaza de toros de Huesca.

Miguel Barluenga

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La actividad taurina trata de reponerse a los años de la pandemia y a la creciente desaprobación social. 2023 se cerró con una reducción de un 8% en la celebración de festejos respecto al año anterior, y un aumento si se equipara al periodo previo al covid. Y son cada vez más las voces que se levantan para dar un uso alternativo a las plazas de toros, edificios que languidecen cuando las temporadas terminan. Es el caso de Huesca, donde un coso que está a punto de celebrar los 100 años -se inauguró en 1929- refleja este signo de los tiempos. Solo una empresa se postula para organizar la próxima feria de agosto.

Se trata de Tauroemoción, la misma que ha organizado la feria de las fiestas de San Lorenzo en los últimos años, desde 2019 y con el paréntesis de la pandemia. Una situación que no es nueva y que refleja la pujanza de esta firma aragonesa, sin rival en la comunidad autónoma. Tauroemoción gestiona, entre otras, las plazas de Valladolid, Jaén, Burgos, Almendralejo o Arenas de San Pedro además de la de Cali, en Colombia. Una decena de empresas se reparten los principales cosos y en Aragón tienen lugar en torno a 40 corridas al año.

La escuela taurina de Huesca cuenta con más de 20 alumnos en estos momentos, pero no está satisfecha ni con el perfil de la feria ni con el papel de las instituciones. Y eso que el Gobierno de Aragón PP-Vox destina una partida de 10.000 euros a este tipo de centros. El oscense pide también la implicación de la Diputación Provincial y critica que el pliego para la organización de la feria de verano no incluya una jornada destinada a la promoción de la actividad de esta escuela fundada en 1978.

La plaza está en el centro del debate para la Fundación Franz Weber, que va a presentar en el Registro del Ayuntamiento de Huesca una propuesta para que el equipo de gobierno la rehabilite con el fin de suprimir su uso para corridas de toros y crear en cambio equipamientos ciudadanos como salas de usos múltiples o para préstamos de libros. La entidad planteará reformar todo este espacio como recinto sociodeportivo y cultural.

Para ello, considera que se podrían solicitar fondos asociados del 1% cultural que el Ministerio de Cultura distribuye en multitud de proyectos, incluyendo rehabilitaciones de infraestructuras dedicadas a fines muy diversos en el marco de sus competencias.

Los naturalistas señalan que cada vez más municipios en diferentes países deciden dar otros fines a sus plazas de toros, desde la transformación en espacios de carácter comercial hasta en lugares de alojamiento. “La propuesta sobre Huesca podría encontrar muy buenos resultados a medio plazo y captar fondos privados”, añaden. A juicio de esta organización, el Ayuntamiento de Huesca pretende “generar un pozo sin fondo para el dinero público fomentado corridas de toros, que se mantienen en un claro retroceso de asistencia en los últimos años”.

La Fundación Franz Weber se pronuncia cuando el consistorio quiere poner en marcha un plan director de la plaza de toros para darle usos el resto del año. El plan propuesto, “respeta su carácter de singularidad patrimonial y fomenta un uso diario como espacio de lectura y préstamo”. Además, “tendría posibilidades de proporcionar conciertos, representaciones teatrales, eventos deportivos o cualquier otra propuesta”.

La Fundación cita la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales 2021-2022, elaborada por el Ministerio de Cultura, que contempla que “solo el 5,4% de la población aragonesa declaró asistir a corridas de toros en el periodo descrito. Con la reforma abierta que plantean desde Fundación Franz Weber se busca público en la inmensa mayoría”.

No es la primera vez en que se sugiere un cambio de paradigma para la plaza de toros de Huesca. En las anteriores legislaturas, formaciones de izquierdas abundaron en la línea que ahora traza la Franz Weber. En 2019, el grupo municipal Con Huesca Podemos Equo apostaba por una gestión “mucho más amplia” de la plaza. Por un lado, “abriendo esta infraestructura municipal a todo tipo de espectáculos, apoyando a un sector cultural muy tocado por la crisis económica y sanitaria, por su importancia para el desarrollo personal y colectivo de la ciudad, y por el retorno social de lo que implica la inversión en cultura, que nos sirve para combatir las desigualdades”.

Por otro, “decantándonos por la creación de un espacio gastronómico de referencia, que se ubicaría bajo el graderío, que ya cuenta con un proyecto y que tendría capacidad para doce puestos gastronómicos, con el objetivo de aunar la venta de productos locales con la gastronomía, convirtiéndolo en un espacio de referencia turística”. Esta edificación podría haber sido “un referente a nivel cultural y gastronómico para toda la provincia, y además sería utilizado durante todo el año y por la mayor parte de la ciudadanía, y no solo durante las fiestas”. El actual gobierno del PP quiere regular los usos de la plaza sin dar de lado la actividad para la que fue construida hace un siglo.

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