El carguero británico ‘Cheshire’ seguirá quemando nitrato de amonio en Canarias hasta final de mes

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

Desde el pasado 14 de agosto la carga de 40.000 toneladas de nitrato de amonio que transportaba el buque británico Cheshire entre Noruega y Tailandia lleva combustionando en aguas de Canarias. Este compuesto químico es un fertilizante que se emplea tanto en la industria agrícola como para la construcción de explosivos y un vertido en el agua tiene efectos nocivos para la cadena trófica desde su primer nivel. El origen de la combustión, que visualmente solo provoca una gran humareda, todavía se desconoce, sostienen desde la compañía dueña del barco, Bibby Line Limited, pero obligó a los 24 tripulantes a ser evacuados y, según calculan los armadores, en caso de que no se pueda actuar en la combustión esta se apagará por sí misma dentro de seis u ocho días, a finales de este mes de agosto.

En estos 10 días ya se ha consumido prácticamente la carga de tres de sus cinco bodegas (comenzó en la cuatro, desde donde se expandió a la cinco y a la tres), pero desde este miércoles, debido al calor, la combustión se ha extendido a las bodegas uno y dos en una quema que está siendo muy activa y que impide, debido al calor y a la densa humareda, acceder a la cubierta. En el tiempo que el barco estuvo a la deriva pasó de estar a 60 millas de Arguineguín, en Gran Canaria, a unas 120 millas náuticas al suroeste de la isla de El Hierro, motivo por el que este martes, un día después de que el remolcador Red Sea Fos pudiera amarrarse al buque, se pretendía acercar el Cheshire a unas 30 millas de la isla más occidental del Archipiélago. Sin embargo, este miércoles Salvamento Marítimo ha decidido que se remolque a 40 millas náuticas al sur de Gran Canaria, posición a la que está previsto que llegue durante la tarde noche de este jueves. En este punto, más próximo a los recursos que se necesitarán para realizar los trabajos de extinción, la compañía estadounidense Resolve Marine, especializada en recuperación de embarcaciones accidentadas, podrá comenzar las labores para acabar la combustión siempre y cuando las condiciones meteorológicas acompañen.

Según explican desde Bibby Line Limited, una vez que se llegue a esta nueva posición designada por Salvamento Marítimo se comenzará a enfriar de nuevo el barco desde las embarcaciones que acompañan el Cheshire, el VP Hispania y el Jacque 2, además del Miguel de Cervantes de Salvamento Marítimo. Y es que, cuando se realiza tareas de remolcamiento no es posible ni abordar ni enfriar la carga desde los remolcadores ya que el movimiento de lado a lado es impredecible. Precisamente una de las tareas más delicadas en las labores de extinción de la combustión es el de aportar agua a la carga porque el líquido puede inundar y desestabilizar el buque, como ocurrió con el Oleg Naydenov, pesquero ruso que se hundió al sur de Gran Canaria hace dos años y que contaminó las costas del Archipiélago.

La compañía recalca que el barco porta en su interior combustible pero que no lleva los tanques llenos ya que estaba previsto que repostara antes de que tuviera lugar el incidente. Cuestionado sobre qué planes tienen para los próximos días, la portavoz comenta que “lo ideal es que vayamos paso a paso, que todo el mundo esté seguro, que se controle la embarcación y se estabilice y que el problema deje de serlo” y una vez se tenga esto, “se va a planificar y evaluar” la situación y estudiar a qué puerto habrá que trasladar el Cheshire para revisarlo.

Desde Salvamento Marítimo indican que hasta el momento los armadores no han solicitado que el barco, de 385 metros de eslora, sea acogido en ningún puerto de refugio pero que, en todo caso y debido a la situación actual, no se considera oportuno aproximarlo a un puerto hasta que la situación esté controlada. “Una vez se controle totalmente la reacción de la carga, y tras evaluar qué se solicita exactamente por parte de la empresa, se tomará una decisión. Se llevarán a cabo inspecciones de Capitanía Marítima antes de autorizar cualquier entrada en puerto nacional, si así se solicitara, y por supuesto primando ante todo la seguridad de las personas y la preservación del medioambiente español”, aseguran desde la entidad dependiente del Ministerio de Fomento.

Planes de contingencia en caso de hundimiento

Desde la compañía no contemplan la posibilidad de hundir el carguero ya que la estructura no está afectada por el calor, pero en caso de que esto ocurra el Gobierno cuenta con el Plan Marítimo Nacional de respuesta ante la contaminación del medio marino.

Mientras, desde el Gobierno de Canarias las únicas declaraciones públicas realizadas fueron las del presidente, Fernando Clavijo, quien erróneamente informó el pasado 15 de agosto de que el barco ya estaba hundido, afirmaciones que no ha corregido. Desde la Consejería de Política Territorial, Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias apuntan que por ahora ellos están expectantes viendo cómo evoluciona este incidente. Por el momento confían en que se pueda controlar la alerta y que no tengan que tomar parte del asunto ya que esto sería la peor noticia. Y es que el Ejecutivo autonómico solo sería parte de los efectivos de emergencia en caso de que un posible vertido alcanzara las costas de las Islas, para lo que activaría su Plan de Contingencias por Contaminación Marina de Canarias (Pecmar), empleado por última vez el pasado mes de junio en Gran Canaria.

En el año 2015 el hundimiento de una barcaza con 180 toneladas de fertilizantes de nitrato de amonio en Costa Rica hizo que el Gobierno del país centroamericano tuviera que declarar una alerta roja que obligaba a evacuar las playas e impedía el baño en las mismas y la pesca. En el país centroamericano la alerta roja se mantuvo menos de 24 horas, ya que al día siguiente del incidente se rebajó a amarilla y la Comisión Nacional de Emergencias aseguró que el riesgo para la población al entrar en contacto con el agua era reducido. Eso sí, se mantuvo la veda a la pesca hasta que se dieran los resultados de los análisis realizados. Inhalar nitrato de amonio puede causar tos, dolor de cabeza y dolor de garganta, pero si se consume provoca dolor abdominal, labios y uñas azuladas, piel azulada, convulsiones, diarrea, vértigo, vómitos y debilidad y si entra en contacto con la piel causará irritación, al igual que si entra en contacto con los ojos.

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