Un joven que saltó al campo de Las Palmas contra el Córdoba se enfrenta a 21 años de prisión por agresión y homicidio

De rojo, Antonio Aridane L.R., 'Zapata Chico', en una captura de pantalla de un vídeo de YouTube

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

Antonio Aridane L.R., conocido como Zapata Chico, volverá a sentarse en abril en el banquillo, después de haber sido juzgado por haber cometido contra un anciano un delito de homicidio imprudente y otro de robo con violencia, por haber agredido al estudiante universitario Ayoze G.S., al que dejó en coma, en una noche de fiesta en Las Palmas de Gran Canaria en diciembre de 2014.

Tal como desveló Canarias 7, este vecino del Polígono de Cruz de Piedra, actualmente en prisión preventiva, fue una de las personas que saltaron al césped del Estadio de Gran Canaria el 22 de junio de 2014, cuando Las Palmas iba ganando 1-0 al Córdoba y tenía el ascenso a Primera División al alcance de la mano. La historia de aquel día, conocido como el Cordobazo, es por todos conocida: en el descuento del encuentro, y tras cerca de diez minutos con el enfrentamiento parado, Uli Dávila selló la vuelta de los andaluces a la Liga BBVA 42 años después. Por los incidentes de ese encuentro, la Fiscalía de Las Palmas pidió que se impusiera una pena de tres meses de prisión y la prohibición de acceder al Estadio de Gran Canaria en la pasada temporada a tres personas que reconocieron haber invadido el campo y agredido a un jugador blanquiverde.

Antonio Aridane fue juzgado entre febrero y marzo por el Juzgado de lo Penal número 3 de Las Palmas de Gran Canaria como supuesto autor del homicidio imprudente de un anciano de 85 años de edad al que habría atacado en la madrugada del 1 de noviembre de 2014 para robarle dinero con el que posteriormente compró droga para seguir de fiesta en esa noche de Halloween. Por este crimen, cuya sentencia se dará a conocer en las próximas semanas, la Fiscalía y la acusación particular piden nueve años de prisión.

Zapata Chico estuvo en libertad tras esta agresión, pero fue detenido cinco semanas después por dejar en coma a un chico en Franchy Roca, hecho por el que será juzgado el próximo 13 de abril en la sección segunda de la Audiencia de Las Palmas. Tras darse a conocer su nombre y su fotografía en la prensa por este suceso, una conversación en un taxi entre dos amigas del joven agresor permitió relacionarlo como presunto autor de la muerte del jubilado. A partir de aquí, se rompió el pacto de silencio que tenía la pandilla del joven, hoy con 20 años, que había permitido encubrirlo tras confesarles que había robado 100 euros al anciano para comprar cocaína. Así, en el Juzgado de Instrucción número 8 de Las Palmas de Gran Canaria, ante la magistrada Victoria Rosell, admitieron la confesión de Antonio Aridane, pero dos de los amigos en el momento del juicio prestaron falso testimonio, por lo que la fiscal Teseida García solicitó que se le abriera una causa penal.

A los nueve años a los que se enfrentan por el juicio ya celebrado, Antonio Aridane se expone a otros 12 años de prisión por un delito de lesiones agravadas. La acusación de la Fiscalía recoge que en la madrugada del 7 de diciembre de 2014 el procesado, por entonces con 18 años, fue participe de diferentes peleas. Así, en primer lugar fue expulsado junto con un amigo de un local de ocio por un altercado en el que participó. Posteriormente, a las 05.00 horas agentes de la Policía Nacional fueron advertidos de una riña entre varios individuos en la calle Luis Morote, siendo identificado el procesado por dos de las víctimas como el supuesto agresor.

Tras estos dos incidentes, a las 05.45 horas, llegó la agresión al estudiante por la que será juzgado. Según la Fiscalía, la víctima estaba hablando con un conocido con el que había compartido las peleas. Antonio Aridane pensó que estaban discutiendo y “apareció por su espalda de forma improvista e inesperada, corriendo, y con ánimo de menoscabar su integridad física y causarle el mayor daño posible. Desde atrás, en carrera a toda velocidad, sin que lo viera y sin posibilidad de defensa, le profiere un fuerte puñetazo en el rostro” a Ayoze G.S., relata el fiscal Antonio Amor.

Debido a este impacto el estudiante perdió “inmediatamente” la conciencia y se desplomó hacia el hombro izquierdo de su amigo, que se encontraba a su lado, para posteriormente caer inerte al suelo, donde queda inconsciente. Mientras, el agresor sale huyendo del lugar y jactándose de su acción iba diciendo “toma KO”. Fue posteriormente localizado por los amigos de la víctima en el parque Santa Catalina, donde esperaba a la guagua.

Como consecuencia de la agresión, Ayoze G.S. quedó en coma, debatiéndose entre la vida y muerte, y fue ingresado en el servicio de Neurocirugía con diagnóstico de estado vegetativo, siendo trasladado al Centro para lesiones cerebrales del Hospital Insular, y posteriormente dado de alto. En la actualidad, más de un año después de esa noche, la víctima necesita una silla de ruedas para desplazarse y la ayuda constante de una tercera persona. Además, entre las secuelas de la agresión sufre debilidad en las extremidades, amnesia de fijación, trastorno grave de las funciones cerebrales superiores, trastorno grave de la personalidad, pérdida del lenguaje y un perjuicio estético importante.

Aparte de la petición de 12 años de prisión y la inhabilitación del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, el Ministerio Fiscal pide que el procesado indemnice a Ayoze G.S. con 17.025 euros por los días que estuvo hospitalizado y por las lesiones causadas y con 950.000 euros por las secuelas ocasionadas.

ACTUALIZACIÓN: Zapata Chico, condenado a más de siete años de prisión por el crimen del anciano del Polígono de Cruz de Piedra

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