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Yo fui director de una escuela rural que cerró

Protesta contra cierre de escuelas rurales en Castilla-La Mancha

Francisca Bravo Miranda

Emiliano García-Page no tardó en traer el tema de las escuelas rurales a la agenda política castellanomanchega. Y es que fue una de las grandes críticas a la gestión de María Dolores de Cospedal, cuyo Gobierno decidió cerrar casi setenta escuelas rurales a lo largo de la región, con especial, pero no exclusiva, incidencia en la provincia de Cuenca. La decisión fue conflictiva: los alcaldes de los pueblos que se quedaron sin colegio se levantaron en contra de los cierres, al igual que los padres y las madres de los alumnos.

Y, por supuesto, también los docentes. Es el caso de José Manuel Oviedo, quien fue el director del Colegio Rural Agrupado de Alcolea del Tajo, que agrupaba otros cinco pueblos. ¿Cuál es el papel de un CRA? “Al crearse los CRA se intentaba impulsar equipos docentes más amplios y coordinados con equipo directivo completo, que no existía en los centros educativos pequeños”, señala Oviedo, quien también explica que con este sistema se aprovecha también el profesorado itinerante, y las antiguas aulas unitarias pasaron a ser secciones de los CRA. “Se permitía así mejor organización, más centralizado y mejor gestión de los recursos”.

Todo este sistema educativo se “empezó a venir abajo” a partir de los meses de enero y febrero de 2012, cuando empiezan las declaraciones de Marcial Marín, entonces consejero de Educación, quien ponía en cuestión el funcionamiento del sistema de las pequeñas escuelas y los colegios rurales agrupados de la región. “Para el curso 2012-2013, el consejero pone en cuestión la calidad educativa de los centros rurales, lo que es un auténtico disparate”, afirma Oviedo. Es ahí cuando empiezan las protestas por mantener los colegios de las pequeñas localidades abiertas.

El proceso del Gobierno regional, señala Oviedo, fue paulatino. Primero se cuestionó el modelo de centros, señalándolo como incompleto. “Esto demostró el poco conocimiento de lo que es una escuela rural”, afirma el docente, quien señala que no se dispuso una alternativa legal a la derogación del artículo que fijaba en cuatro el número mínimo de alumnos para tener una escuela abierta. La sensación entre los afectados fue de “absoluta sorpresa”, en especial por el carácter principalmente rural de Castilla-La Mancha.

“Hablamos de una región en la que más de la mitad de los más de novecientos municipios tienen menos de quinientos habitantes, y sólo 40 tienen más de diez mil habitantes”, señala Oviedo. Ahí comienzan las movilizaciones: las diferentes comunidades educativas convocan las primeras reuniones, y se conforma la Asamblea en Defensa de la Escuela Rural en Toledo y también el Foro de la Escuela Rural en Guadalajara. Es en marzo de 2012 cuando ocho pueblos de Toledo protagonizan concentraciones de profesores, padres, madres y alumnos. Paulatinamente, se unen los Ayuntamientos de Cuenca, en una estructura que se convierte en el Foro de la Escuela Rural de Castilla-La Mancha.

La importancia de las escuelas rurales, según señala Oviedo, recae en su inclusión dentro de la comunidad de las localidades más pequeñas de la región. “Se trata de una educación que permite involucrar a toda su sociedad en el hecho educativo”, señala el docente, y es por estas características propias que empezaron las movilizaciones de protesta que se mantienen hasta ahora. El Foro de la Escuela Rural de Castilla-La Mancha lanzó su campaña antes de las elecciones “Faltan 69 escuelas” en la que durante ese mismo número de día recordaron las poblaciones que vieron como sus colegios cerraban por los criterios de la administración.

Criterios “muy economicistas”, y que “rayan en el arribismo social” según Oviedo, quien también pertenece al Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza. Este arribismo lo explica señalando la inevitable desventaja en la que quedan los pueblos sin su colegio rural. “Se cuestiona el medio rural en su esencia, por lo que se reducen los servicios al mínimo y finalmente, se despobla”, asegura el docente. Oviedo señala además, otras decisiones de la antigua administración que se equiparan al cierre de las escuelas rurales, como la desaparición de ayudas para comedor o el haber eliminado la gratuidad de los libros de texto, así como la disminución del transporte escolar. “Un auténtico varapalo para la escuela pública general, pero en especial para la rural”, concluía.

En relación al nuevo Gobierno, el antiguo director del CRA de Alcolea del Tajo está convencido de que la intención de los nuevos responsables es revertir esta situación de “manera inmediata”. “Entiendo que es complicado, pero se ha hecho una apuesta clara, o sea que existe voluntad para que todos los municipios que quieran tener una escuela abierta, la vayan a tener”, señala Oviedo.

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