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EEUU, el nacionalismo más radical del mundo

Donald Trump, presidente de Estados Unidos llegó al poder con el eslógan de "Hacer América grande de nuevo".

Tom McCarthy

A más del 40% de los estadounidenses les “desagrada mucho” su presidente, el 70% cree que los funcionarios electos son “corruptos” y el 64% afirma que el país “se divide entre la gente común y las élites corruptas y explotadoras”. Sin embargo, al margen de lo que opinen de su intricada realidad nacional, los estadounidenses mantiene la fe en un brillante mito nacional.

El sentimiento de que viven en “el mejor país del mundo” es más elevado que en ningún otro país, según el Proyecto YouGov–Cambridge Globalización, un sondeo realizado en 23 países y diseñado en colaboración con The Guardian. Han pasado dos años desde que Donald Trump tratase de “volver a hacer grande a América”, y pareciera que el sentimiento de grandeza e identidad nortamericana sigue en aumento en comparación con otras naciones.

Por ejemplo, apenas el 6% de los franceses se han atrevido a afirmar que su país es el mejor del mundo. Una cifra que en el caso de Reino Unido llega al 10%. Alemania, con un 5%, obtuvo el peor resultado. Australianos y los canadienses sí son más optimistas, con un 29% y 28% respectivamente. Un 29% de los chinos también piensa que su país es el mejor del mundo, y un 33% de los sauditas.

Los estadounidenses se llevan el oro con un orgulloso 37%, al que habría que sumarle un 28% de personas encuestadas que consideraron que EEUU es mejor que la mayoría de países del mundo. Apenas un 7% opina que existen lugares con mejores condiciones, una de las cifras más bajas del sondeo en este aspecto.

Otra característica en la que destaca el país norteamericano es en que su población es de la que menos viaja fuera de sus fronteras. Un 65% de los preguntados reconocieron que no habían salido al extranjero en el último año, la cifra más alta registrada.

De los que se mostraron convencidos de que vivían en el mejor país del mundo, el 71% aseguró no haber viajado por turismo al extranjero en el último año, mientras que el 15% dijo haber realizado sólo uno o dos viajes de estas características.

Peter S Onuf, historiador de la Universidad de Virginia, considera que las expresiones de nacionalismo estadounidense no se corresponden con la arrogancia que se pueda percibir desde afuera. Sino que reflejan el proceso de identificación que se ha llevado a cabo durante la relativamente breve historia del país sobre qué significado tiene ser de Estados Unidos.

“Creo que en otros países la gente no pierde el tiempo con este debate”, ha subrayado Onuf. “Pero desde un comienzo, los estadounidenses han tenido que justificar y explicar por qué existen. Y su reclamo de reconocimiento, basado en lo que hicieron los fundadores durante la revolución, se ha convertido en un legado que se ha convertido a la vez en una promesa y una carga”, ha apuntado.

La identidad estadounidense tiene dos caras: el tipo de identidad “populista hiperbólica” que se aflora en un mitin de Trump, frente a una concepción más progresista, que “siempre se ha referido al potencial y la promesa del país respecto del resto del mundo”, ha señalado Onuf.

Esta percepción es relativa a la manera de concebir al resto de estados del mundo. Otra de las variables que tuvieron que escoger los más de 25.000 encuestados fueron qué otros países admiraban, situando a Japón por delante de Estados Unidos. En el tercer puesto se situaría Canadá.

¿Cómo conciben a Estados Unidos el resto del globo? El sondeo global indica que las palabras y frases que más se asocian al país han sido “éxito económico”, “bullying” e “imprudente”. Por su parte, los estadounidenses escogieron para sí mismos “éxito económico”, “corrupción” e “innovadores”. Y, en cuarto lugar, una reflexión: “en declive”.

Esta sensación de un país en declive, según Onuf, combinada con la percepción de un potencial no realizado, es la mezcla que acongoja y preocupa a los sectores de la izquierda. “Antes, los progresistas creían que el mundo imitaría a Estados Unidos, porque era la norma”, ha explicado. “Ahora el temor es que el mundo se hundirá junto a Estados Unidos por la dilapidación de sus recursos, irónicamente consencuencia de la incapacidad del propio Gobierno de Estados Unidos”, ha sentenciado.

Traducido por Lucía Balducci

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