Despierta temores la propuesta de ampliar el mandato presidencial de Al Sisi

Las recientes propuestas hechas en el seno del Parlamento egipcio para ampliar el mandato del presidente, Abdelfatah al Sisi, de cuatro a seis años mediante la introducción de enmiendas constitucionales ha despertado los temores de los opositores a que el “rais” se perpetúe en el poder.

El diputado Ismail Nasraldín lanzó la semana pasada una iniciativa para introducir cambios en seis artículos de la Constitución de 2014, entre los que destaca la extensión del mandato del jefe del Estado por dos años, además de concederle más prerrogativas.

Según un comunicado de Nasraldín publicado ayer por el diario gubernamental “Al Ahram”, la propuesta de ley para enmendar el texto será discutida por la Cámara el próximo mes de octubre, cuando dé comienzo el nuevo periodo legislativo.

“Los Estados (que han pasado por) transformaciones democráticas y económicas recientes necesitan planes a largo plazo para construir un país democrático moderno, y por ello el mandato del Ejecutivo tiene que ser relativamente largo para que pueda llevar a cabo su programa”, aseguró el diputado, miembro del bloque mayoritario Daam Masr (Apoyo a Egipto).

Su portavoz, Salah Hasabalá, dijo a Efe que el proyecto todavía no ha sido discutido por la coalición, pero que “cualquiera de sus miembros tiene la libertad de presentar cualquier propuesta de ley” en el hemiciclo.

Por su parte, el subsecretario del comité de Defensa y Seguridad Nacional del Parlamento, Yehia Keduani, mostró al diario local “Al Shuruk” su apoyo a la propuesta porque “el Estado no puede destinar presupuesto a la organización de elecciones cada cuatro años, en el marco de las condiciones económicas que sufre (...), además de la situación de seguridad y la lucha contra el terrorismo”.

Según Keduani, “la mayoría de los miembros del Parlamento van a aceptar las enmiendas” y ofrecer así una oportunidad a Al Sisi para que termine “su proyecto”.

El exparlamentario Mohamed Anwar al Sadat, al que se le retiró su acta el pasado marzo por sus posturas críticas, aseguró a Efe que “imponer (los cambios constitucionales) en este momento no es correcto”, pocos meses antes de la celebración de elecciones presidenciales, previstas para la primavera de 2018.

“Necesitamos que la Constitución se respete y se aplique en la realidad, antes de enmendarla”, subrayó el político, añadiendo que entre el 60 % y el 70 % de sus artículos no se respetan.

Además, Al Sadat consideró que el presidente no desea ni necesita extender su mandato porque “sabe que tiene todas las de ganar” en el caso de que se presente a la reelección el próximo año.

“Incluso si su popularidad ha bajado, sigue siendo muy popular y es la única opción de momento”, añadió el sobrino del difunto presidente egipcio Anwar al Sadat (1970-1981).

Otras voces se han levantado en contra de introducir enmiendas en la Constitución, que fue redactada por un comité de expertos y legisladores tras la suspensión del anterior texto -promovido por los islamistas-, después del golpe de Estado del 3 de julio de 2013 contra el entonces presidente Mohamed Mursi.

El excandidato presidencial y jefe del comité que redactó la Carta Magna, Amro Musa, ha rechazado la idea de modificar el texto y ha señalado que hacer esta propuesta poco antes de los comicios presidenciales “levanta preguntas sobre la madurez del pensamiento político que está detrás de esos llamamientos”.

Asimismo, el exsecretario de la Liga Árabe ha destacado en un comunicado que “Egipto necesita reforzar su estabilidad en lugar de aumentar la tensión (...), y confirmar el respeto a la Constitución, que no debe ser cuestionada”.

Por el momento, Al Sisi no se ha pronunciado sobre la posibilidad de ampliar su estancia en el palacio de Itihadiya, ni sobre su intención de presentarse a la reelección, algo que le permite la actual Constitución, la cual estipula que el jefe del Estado puede estar en el poder dos mandatos de cuatro años cada uno.

Este límite fue establecido tras la revolución de 2011 para evitar que se repitiera el ascenso al trono de Egipto de un “faraón”, como el exdictador Hosni Mubarak, que estuvo en el poder tres décadas y fue obligado a abandonarlo por las protestas populares.

Por Francesca Cicardi