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Moya (AUGC): El generalato manda la Guardia Civil sin contar con la cúpula política

Moya (AUGC): El generalato manda la Guardia Civil sin contar con la cúpula política

EFE

Madrid —

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Cuatro días antes de que la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) renueve la junta directiva, su secretario general, Alberto Moya, hace balance de la última legislatura en el cuerpo, donde ha observado que el generalato manda en el instituto armado sin contar con la cúpula política.

“Hay una bicefalia cada vez más patente y no hay directrices gubernamentales por encima del alto mando militar. El cuerpo lo dirige el generalato”, subraya Moya en una entrevista con Efe, antes de que previsiblemente vuelva a ser reelegido secretario general de la asociación mayoritaria.

Y esa “pugna” se está “escenificando”, añade. Como ejemplo, Moya cita las órdenes del director general, Arsenio Fernández de Mesa, para que se apliquen los turnos de trabajo y la jornada laboral pactada, pero los mandos parece que no están “concernidos” por esas normativas y no las aplican.

Otro ejemplo que el máximo representante de la AUGC quiere poner sobre la mesa está relacionado con la reciente agresión en Alsasua (Navarra) a dos guardias y sus parejas. Mientras que la dirección ordenaba a los oficiales de la Comandancia de Navarra que acudieran a la concentración de protesta con uniforme, altos mandos daban una contraorden.

De cara a la nueva legislatura, Moya cree que ha llegado ya el momento de que las fuerzas políticas lleguen a un acuerdo de Estado que, dejando a un lado los enfrentamientos partidistas, permita una regulación de los derechos constitucionales y deberes profesionales de los agentes, “acorde con el resto de los empleados públicos”.

“La democracia le debe mucho a los guardia civiles y es hora de que se les reconozca como trabajadores públicos”, resalta.

El pacto que reclama Moya debe incluir el derecho de sindicación en la Guardia Civil, con las “limitaciones” que se consideren dada la naturaleza militar del cuerpo, pero que no impida la participación y la colaboración de los agentes sociales en la modernización del instituto armado.

“Los guardias civiles son trabajadores que luchan por sus derechos y dignidad. En el seno de AUGC estamos convencidos de que alcanzaremos nuestros legítimos objetivos”, enfatiza el secretario general.

Considera Moya que esa naturaleza militar no es óbice para lograr ese objetivo, porque ya el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha dejado claro que sindicación y disciplina son compatibles.

Moya lamenta que esta misma semana los grupos parlamentarios no hayan sido capaces de aprobar por unanimidad una propuesta sobre ese derecho de sindicación. “Es importante porque está en juego la viabilidad futura de uno de los cuerpos de seguridad más valorados”, apostilla.

El secretario general de AUGC se muestra decepcionado por, en su opinión, los escasos avances conseguidos. Va más lejos y asegura que, además, se ha retrocedido en algunos aspectos, como en el Código Penal Militar, cuya aplicación había quedado reducida a las funciones policiales, pero, tras una nueva reforma, se ha vuelto a ampliar incluso “al ámbito privado”.

Se trata, insiste, de una muestra más de la “remilitarización” de la Guardia Civil. Detrás de ella, Moya entiende que hay una decisión “estratégica gubernamental” para sacar a los agentes a la calle en caso de crisis sociales derivadas de la económica en lugar de contar con el Ejército.

“De tal manera -añade- que la Guardia Civil atienda más a la obediencia debida que a la consagración de derechos fundamentales”.

Alberto Moya se refiere también a las repercusiones de la crisis económica en una institución “arcaica” y que se ha traducido en una escasez de medios, como por ejemplo chalecos antibalas, hasta el punto de que algunos agentes se han tenido que comprar uno “y, para colmo, se le ha imputado un delito militar”.

Vehículos con “300.000, 400.000 e, incluso, 500.000 kilómetros” y un déficit de personal de al menos 10.000 agentes son otras consecuencias de la crisis, a lo que Moya añade un índice de suicidios en el cuerpo superior a la media nacional.

De hecho, según sus cálculos, en lo que va de año se han contabilizado ocho, con lo que se supera ya la cifra del pasado ejercicio.

Precisamente, el congreso del miércoles servirá también de escenario para la presentación de un estudio “independiente” realizado por el psicólogo Daniel López que, bajo el título “¿Todo por la patria?”, analiza las causas de este problema, en las que incluye el clima laboral.

El secretario general de la AUGC apunta otros retos que se deben afrontar ya, como la reforma de la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que ya tiene treinta años, para dar cabida a un nuevo modelo policial menos fragmentado, que evite duplicidades y que coordine las diferentes unidades de investigación.

Y en el ámbito estricto de la Guardia Civil, Moya ve imprescindible una reorganización de sus unidades para que no estén diseminadas y el tiempo de respuesta sea menor.

Aunque reconoce que ningún alcalde quiere que se cierre el cuartel de su pueblo, considera que ofrecería más seguridad al ciudadano concentrar las unidades de tal manera que el mínimo de agentes no fuera inferior a 25, porque sería más operativo.

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