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Nuevos documentos dan más detalles sobre la Operación Cóndor en Brasil

Nuevos documentos dan más detalles sobre la Operación Cóndor en Brasil

EFE

Sao Paulo —

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Nuevos documentos que estaban en poder del exmilitar brasileño Paulo Malhaes, asesinado en abril último después de admitir haber torturado a presos políticos durante la dictadura militar (1964-1985), revelan más detalles sobre la Operación Cóndor en Brasil, según publicó hoy la prensa brasileña.

Los documentos, divulgados por el diario “O Globo” de Río de Janeiro, fueron encontrados por el Ministerio Público Federal en la residencia rural de Malhaes, quien reconoció haber secuestrado y fichado a disidentes argentinos huidos y refugiados o simplemente de paso por el país por “órdenes superiores”.

De acuerdo con el procurador general de la República, Rodrigo Janot, los nuevos documentos “se tornan en la prueba más sólida de la cooperación entre las inteligencias latinoamericanas” y, de acuerdo con el rotativo, el material detalla la infiltración de extranjeros en “organizaciones guerrilleras”.

En los documentos se detalla parte de lo ocurrido en Río de Janeiro en 1978 con el periodista argentino y líder montonero Norberto Habegger, de 37 años y que había llegado a Brasil para una reunión secreta con otros líderes de su organización en el exilio.

Habegger y otros ochenta extranjeros eran vigilados por el servicio secreto de la represión brasileña y de acuerdo con Janot los extensos portafolios de papeles encontrados en la residencia del excoronel son la prueba más fehaciente de la colaboración entre las policías secretas del Cono Sur en lo que se llamó Operación Cóndor.

El hijo del periodista y hoy cineasta argentino Andrés Habegger, que aparece en los documentos fotografiado cuando era niño al lado de su padre con una camiseta del club de fútbol Flamengo, se emocionó con el descubrimiento de los papeles, que puede ayudar a resolver el enigma de la desaparición de su padre.

El nombre de Habegger es citado nuevamente en el portafolio, que recibió el nombre de “Gringo” en 1979, cuando se trata al periodista como “desaparecido”, y según los textos, esa situación “reduciría el poder de articulación” de los cerca de “200 guerrilleros argentinos” en Brasil.

En los papeles aparecen como “vigilados” ciudadanos brasileños, alemanes, bolivianos, chilenos, estadounidenses, italianos, soviéticos, venezolanos y, principalmente, argentinos.

Según el material, autoridades diplomáticas del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y de la organización católica Cáritas fueron también monitorizados por el trabajo conjunto de las policías secretas de Brasil y Argentina.

La abogada Nadine Borges, integrante de la Comisión de la Verdad de Río de Janeiro, que acompaña investigaciones sobre crímenes cometidos durante la dictadura, cree que el periodista es el mismo argentino al que Malhaes hizo referencia en su declaración y admitió haber drogado y enviado a su país de origen con documentos falsos.

Malhaes explicó en febrero pasado a la comisión que drogó y capturó al dirigente montonero y luego utilizó a un “doble” para dar a entender que había partido hacia Caracas, donde residían gran parte de los exiliados latinoamericanos.

El exmilitar, que tenía entonces 74 años, fue asesinado por ladrones que irrumpieron en su casa y que robaron computadores y armas de su colección personal.

No obstante, su muerte fue atribuida luego a un infarto sufrido durante el asalto a su casa, en la que los ladrones permanecieron cerca de nueve horas, aunque la investigación sigue centrada en su posible asesinato relacionado con su pasado represor.

Su muerte desató los recelos de los grupos de derechos humanos.

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