La ONU estudia publicar los nombres de supuestos criminales de guerra en Siria

La comisión de investigación sobre Siria puesta en marcha por la ONU dijo hoy que estudia la posibilidad de hacer públicos los nombres de individuos que supuestamente han cometido crímenes de guerra durante el conflicto en el país.

Los expertos, que se encargan de documentar las violaciones de los Derechos Humanos cometidas en Siria, explicaron que están actualmente analizando “los pros y los contras” de la posible decisión.

El grupo analizó hoy esa posibilidad con los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, pues considera que publicar esas identidades sólo sería “constructivo” si va seguido de acciones para asegurar la rendición de cuentas, dijo a los periodistas su principal responsable, el brasileño Paulo Sergio Pinheiro.

Los juristas han elaborado ya cuatro listas de supuestos criminales de guerra, que se han mantenido en secreto, y trabajan en una quinta, en la que reunirán las anteriores y que tienen previsto terminar para el mes de marzo.

Hoy, Pinheiro subrayó la necesidad de que los responsables de las atrocidades cometidas en el país sean juzgados y lamentó que hasta ahora los esfuerzos para hacer justicia hayan sido muy limitados.

Hasta ahora, Rusia y China han vetado en el Consejo de Seguridad de la ONU las propuestas para llevar esos crímenes ante la Corte Penal Internacional (CPI).

El tribunal con sede en La Haya necesita a priori el visto bueno del máximo órgano de decisión de Naciones Unidas para hacerse cargo de lo ocurrido en Siria, pues el país nunca aceptó su jurisdicción.

Hoy, el embajador británico en la ONU, Mark Lyall Grant, aseguró que el Consejo de Seguridad debe volver a tratar el asunto y consideró “absurdo” que dada la gravedad de los crímenes cometidos en el país la CPI no esté ocupándose de ellos.

El último informe de la comisión investigadora, publicado hoy, critica precisamente la “impunidad” existente en Siria y documenta graves violaciones cometidas por distintos bandos del conflicto.

De las evidencias reunidas, los expertos han sacado en claro que una de las principales estrategias de las fuerzas gubernamentales ha consistido en sitiar áreas, sin importar que allí hubiese población civil, a las que dejaban sin agua, alimentos o suministros médicos.

Como lo han hecho las fuerzas oficiales, los grupos armados rebeldes también han torturado y ejecutado, en su caso, a sospechosos de ser agentes del régimen.

A partir del momento en que los extremistas del Estado Islámico y del Frente Al Nusra se consolidaron, el año pasado, los ataques suicidas y con coches bombas contra objetivos civiles aumentaron.

La ONU calcula que más de 210.000 personas han muerto durante el conflicto, que además ha desplazado a 6,5 millones de personas y ha llevado a más de tres millones a huir a otros países.