La Rambla, de nuevo la vía más transitada y epicentro de los homenajes a las víctimas

Con el inicio de una nueva semana, cuatro días después del trágico atentado de Barcelona, miles de turistas y de barceloneses vuelven a llenar La Rambla, una arteria emblemática y siempre concurrida en la que el único rastro del ataque son las decenas de homenajes improvisados a las víctimas.

Estas muestras de solidaridad siguen creciendo en número y tamaño cada día, sobre todo protagonizados por turistas y ciudadanos de Barcelona que visitan la zona para depositar flores u ofrendas de todo tipo y mantienen muchas de las velas encendidas.

Las consignas que más se repiten en los textos solidarios son aquellas que piden paz y rechazan el terrorismo, aunque también hay muchas otras de solidaridad, como aquellas que desean “fuerza a Barcelona” o las que diferencian a la comunidad musulmana de los atentados.

Muchos de estos pequeños altares coinciden con los lugares donde algunas de las víctimas perdieron la vida el pasado jueves y donde familiares y amigos han colgado fotografías y textos que recuerdan a sus seres queridos y han dejado objetos diversos como peluches o camisetas.

El punto de homenaje más grande, que también fue el primero, se encuentra sobre el mosaico de Miró, la “zona cero” de la tragedia de La Rambla, que coincide con el lugar en que se detuvo la furgoneta que atropelló indiscriminadamente a los transeúntes.

Allí, Somaya y sus dos hijas se han parado hoy para entregar unas velas y un texto que la más pequeña “ha estado toda la noche escribiendo”, según ha explicado a Efe su madre, y que contiene la frase, “Somos fuertes”, en muchos idiomas.

“No puedo dormir por lo que ha pasado”, ha explicado Somaya, que trabaja en la Rambla y presenció los ataques, por lo que se tuvo que esconder en un establecimiento hasta cerca de la medianoche del jueves.

Muy consternada por los hechos, ha afirmado enérgicamente que el atentado no se ha hecho por motivo “de religión” y que es una situación “con la que no gana nadie”.

Una de las personas que también se encontraba en La Rambla en el momento del ataque es Edna, una joven de Barcelona que ha querido contribuir a los homenajes con una vela y una flor.

Como a muchos otros barceloneses, Edna se ha sentido muy afectada por la cercanía de los hechos, que la dejaron “impresionada por pensar que había sido en mi ciudad”.

Otros ciudadanos que no se encontraban en la ciudad en el día de los hechos han querido pasar también rendir su particular homenaje, como es el caso de Conchita, que estaba de viaje y ha acudido a La Rambla “en cuanto ha llegado” a Barcelona.

Alrededor de los distintos altares improvisados, la estampa más común es de seriedad y tristeza, y muchos de los visitantes no pueden evitar romper a llorar al encontrarse en el lugar de los hechos, aunque también hay gente que acude a expresar su indignación.

Es el caso de José Luis, un gallego con familia en Barcelona que ha se ha mostrado muy crítico con el papel de los políticos, “que no están por la labor”, y ha declarado estar disgustado por unos ataques que califica de “fanatismos que tienen que acabarse”.

A día de hoy, turistas y barceloneses no tienen miedo de seguir caminando por La Rambla ante el foco de numerosos equipos de televisión extranjeros que han ido apareciendo desde el jueves, y la mayoría de ellos encuentra un momento para pararse ante uno de los muchos homenajes y mostrar su respeto hacia las víctimas.