Suiza promete a la UE una nueva contribución de 1.300 millones al Fondo de Cohesión

El Gobierno suizo prometió hoy a la Unión Europea (UE) una nueva contribución de 1.300 millones de francos suizos (1.119 millones de euros) durante un periodo de diez años al Fondo de Cohesión para apoyar a los nuevos miembros del bloque comunitario y respaldar una mejor gestión de los flujos migratorios.

Así lo anunció la presidenta de turno de la Confederación Helvética, Doris Leuthard, en una rueda de prensa junto al presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, quien visitó hoy Suiza para abordar en Berna los avances en las negociaciones de la nueva relación bilateral entre las dos partes tras una complicada fase a raíz de un polémico referéndum en 2014.

El 9 de febrero de 2014, Suiza votó en un referendo a favor de reducir drásticamente los flujos de inmigración con el establecimiento de cuotas, incluso para los ciudadanos de la UE, y a raíz de ello la CE suspendió todas las negociaciones de acuerdos nuevos y bloqueó la actualización de los existentes.

La Confederación Helvética debía después aplicar a su legislación el resultado de esa consulta, algo que la UE exigía fuera conforme con el principio de libre circulación de personas.

Tras una visita de Leuthard a principios de abril a Bruselas, se relajaron las tensiones y, según la presidenta suiza, “la UE ha visto que aplicaremos el nuevo artículo en la Constitución sobre la migración conforme al principio común de la libertad de movimiento”.

Juncker confió en que así sea finalmente, aunque no quiso inmiscuirse en el debate interno de Suiza.

Por ello la visita de hoy de Juncker a la capital suiza demuestra en opinión de Leuthard que, “tras unos años relativamente difíciles, en abril comenzamos a generar una dinámica positiva”.

Tras la reanudación de las negociaciones, desde abril “se han hecho avances”, como la conexión del Sistema de Comercio de Emisiones (ETS en inglés) con el mercado de emisiones de Suiza y el acceso del país a la base de datos Eurodac, que recoge las huellas dactilares de demandantes de asilo e inmigrantes irregulares.

Asimismo se han abierto las conversaciones para que el país pueda sumarse a la Agencia Ferroviaria de la UE y se han hecho progresos en el reconocimiento de la regulación helvética para los mercados financieros, lo que permitiría a la Bolsa helvética no quedarse en desventaja frente a sus principales competidoras comunitarias.

Esta cuestión la abordará la CE en diciembre, según dijo Juncker.

A cambio la UE quería una señal por parte de Suiza con respecto a una nueva aportación al Fondo de Cohesión, al que el país contribuye desde 2004, y el Gobierno ha decidido presentar al Parlamento a finales de marzo de 2018 dos créditos marco.

Uno será de 200 millones de francos (172 millones de euros), que tendrá su foco en la inmigración y que estará disponible para todos los Estados miembros y para todos los fondos existentes.

El resto, 1.100 millones de francos (947 millones de euros) irán destinado a los países del este y estarán vinculados a la formación profesional y la lucha contra el desempleo juvenil, así como a otros asuntos que Suiza ha explorado con los países relevantes.

Sin embargo, donde aún no hay avances suficientes para finalizar antes de fin de año el acuerdo marco sobre cuestiones institucionales entre ambas partes -como es el sistema para la resolución de controversias, entre otros asuntos, dado que aún hay “diferencias en 2 ó 3 aspectos”, admitió Leuthard.

No en vano, la CE y Berna han constatado hoy que ambas partes quieren este acuerdo marco o “acuerdo amistoso” como lo definió Juncker, y que hay voluntad y flexibilidad para finalizarlo.

El presidente de la CE explicó que “todo va en la buena dirección” y por ello las dos partes aspiran a cerrar el acuerdo marco “en primavera”.