La pesca de caballa empieza con un enfrentamiento entre la flota del Cantábrico

El inicio de la temporada de pesca de caballa (verdel o xarda) del Cantábrico y del Noroeste ibérico se ha complicado por el enfrentamiento entre las flotas de las autonomías costeras (Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco) y su desacuerdo con el modo de reparto de las cuotas.

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha abierto esta semana la pesquería para los buques de la modalidad de arrastre (102 navíos), pero el problema está en la división que persiste en otras categorías (cerco y artes menores) y que incluso se ha materializado en amarres de barcos en puertos coruñeses.

La Secretaría General de Pesca del Ministerio se volverá a reunir la próxima semana con los representantes de los pescadores para intentar un consenso y, según fuentes del sector, les ha advertido de que si no lo hay, decidirá unilateralmente el comienzo de temporada para las modalidades que aún están capturando ese pescado.

La caballa es una de las costeras más importantes para la flota de bajura cantábrica, junto con la de anchoa y bonito.

El ministro del ramo, Miguel Arias Cañete, ha manifestado esta semana en Cantabria que intentará cerrar un compromiso en las dos próximas semanas, aunque ha reconocido que es “complicado” porque “no puede ganar ni perder nadie al cien por cien”.

Según Arias Cañete, las flotas de Cantabria y País Vasco son partidarias de un modelo de reparto distinto al que defienden las de Asturias y Galicia.

El presidente de la Federación de Cofradías de Galicia, Benito González Sineiro, ha declarado hoy a Efeagro que la situación es “compleja”.

González Sinerio ha subrayado se está acometiendo un “cambio grande” de modelo, ha habido principios de acuerdo, pero cuando el pescador individual ve lo que toca “barco por barco” no entiende por qué no puede ser de otra forma.

Sobre la mesa hay una distribución de los cupos de caballa por comunidades autónomas, pero las discrepancias están en los criterios, entre los que González ha enumerado los históricos (capturas de los últimos años), socio-económicos (número de tripulantes) y la potencia del barco.

El representante de las cofradías gallegas ha subrayado la importancia el número de tripulantes embarcados.

Ha insistido en que Galicia cuenta con unos 160 embarcaciones dedicadas al cerco, frente a los 60 del País Vasco, 50 de Cantabria y 5 de Asturias.

Pescadores gallegos y asturianos han denunciado en los últimos días que las flotas de Cantabria y de Euskadi salen mucho más beneficiadas.

El sector “no entiende por qué barcos que han salido juntos a pescar tienen distinta cuota”, según González, quien ha argumentado que para los gallegos esta campaña es crucial, pues luego no tienen la del atún rojo o la del bonito, como en el caso, por ejemplo, de la flota vasca.

Las diferencias sobre la caballa han eclipsado en cierta manera, en las autonomías cantábricas la noticia política más importante de la semana: el acuerdo entre las instituciones de la Unión Europea (UE) sobre el Fondo Europeo Marítimo y Pesquero (FEMP), que determinará las ayudas para el período 2014-2020.

Aunque aún falta por ratificar el nuevo FEMP y las partidas exactas que corresponderán a cada país, el fin de su negociación da cierta tranquilidad al sector de la pesca y de la acuicultura, porque será aprobado con seguridad de las elecciones europeas.

Esto facilita que la nueva distribución de las ayudas pesqueras entre en vigor este mismo año.

El fondo contará con 6.500 millones de euros, de los que mil millones podrían ir a parar a España, primera potencia pesquera de la UE.

La patronal de armadores Cepesca ha valorado el FEMP, porque incluye ayudas que permitirán al sector adaptarse a los nuevos cambios en la gestión de los caladeros “sin aumentar la capacidad de los buques”.

La UE mantendrá subvenciones como las que financian paradas temporales, problemas por los acuerdos pesqueros o a cambios de motores; esta última clase de apoyos ha sido criticada por los ecologistas.