Las Marchas de la dignidad toman Valencia para mostrar la indignación social

El movimiento Marchas de la Dignidad ha tomado hoy las calles de las tres capitales de provincia de la Comunitat Valenciana para expresar la “indignación social” y su rechazo a unas políticas neoliberales que han supuesto un “recorte de derechos y libertades” en los últimos años.

La protesta, que en Castellón ha tenido lugar esta mañana y en Valencia y Alicante se ha desarrollado por la tarde, se enmarca en la treintena de manifestaciones que se ha convocado para esta jornada en diferentes ciudades de España bajo el lema “Pan, trabajo, techo y dignidad”.

En la ciudad de Valencia, la acción ha partido de plaza de San Agustín, para luego recorrer varias calles del centro de la ciudad hasta llegar a la sede de la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana, donde ha concluido.

Según ha apuntado a Efe uno de los portavoces de Marchas de la dignidad, Vicent Maurí, la manifestación, que ha congregado en la capital valenciana a “un millar largo” de personas, ha discurrido “tranquila, festiva y sin incidentes”, entre otros motivos, porque, a pesar de su “fuerte carga reivindicativa”, se trata de “un movimiento pacífico”.

Maurí ha señalado que, “antes de la crisis también, pero que, con ella, se ha agravado la situación” de los ciudadanos, en especial la de colectivos como los “jóvenes, mujeres, trabajadores mayores de 45 años e inmigrantes”, que han visto cómo “han ido perdiendo sus derechos”.

Aunque ha destacado la importancia de “cambiar las cosas desde la base, los barrios y los trabajadores”, entre otros con movimientos como al que pertenece, ha reclamado al Gobierno que se constituya tras el 26J “que escuche a la gente” y se centre en impulsar “políticas activas de empleo, derogar la reforma laboral y revisar el sistema de pensiones”, entre otros.

El portavoz ha destacado la participación en la marcha de Valencia de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PHA), Iaioflautas, partidos animalistas y diferentes colectivos contra los tratados comerciales internacionales como el TTIP y el CETA, además de sindicatos, plataformas feministas y partidos políticos como EU, Podemos y Compromís.