Bomberos y estibadores unen sus voces en una sonora protesta en Santa Cruz

Bomberos y estibadores (de naranja, al fondo) parten de la plaza Weyler en Santa Cruz

Dácil Jiménez

Santa Cruz de Tenerife —

Lo habían avisado y así ha sido. La protesta de este viernes protagonizada por los trabajadores del Consorcio de Bomberos de Tenerife ha sido más sonada que la de hace justo una semana. Ha sido incluso ensordecedora en algunos momentos. Prácticamente todos los bomberos hacían sonar silbatos y, además, iban precedidos por un carro con sirenas que, cada poco tiempo, lanzaba un sonido estridente que iba limpiando de gente la calle Castillo.

Si la semana pasada los transeúntes y turistas miraban con curiosidad a los casi 200 manifestantes, este viernes, con casi el doble de personas protestando y silbando, los rostros mostraban asombro y, si el carro con la atronadora sirena se encontraba cerca, hasta dolor.

Detrás de los bomberos, todos con camisetas rojas que no pertenecen a su uniforme reglamentario, ya que el Consorcio les ha prohibido vestir el uniforme durante las protestas, marchaba el colectivo de estibadores de Tenerife, estos vestidos con sus chalecos naranja. La presencia en la manifestación de estos trabajadores, que acaban de desconvocar su propia huelga esta misma semana, ha sido su manera de demostrar que apoyan al colectivo de bomberos y sus peticiones.

Poco antes de las 13.00 llegaba la marcha, más numerosa que la del viernes pasado, al Cabildo de Tenerife, donde una vez más ha recibido el apoyo de algunos consejeros, en concreto de los del grupo de Podemos en la Corporación insular.

Frente al edificio, bomberos y estibadores se han unido para lanzar una pitada que ha durado varios minutos y que ha estado acompañada de bengalas, petardos y humo de color naranja. Con un aplauso agradecían los bomberos el apoyo de los estibadores, que abandonaron la concentración unos minutos después rumbo al puerto.

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