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Los dos últimos alcaldes de Aragón que ejercen desde tiempos de Franco se jubilan

A la derecha, Esmeraldo Marzo, alcalde de Mainar (Zaragoza) hasta el 15 de junio, durante un homenaje del Gobierno de Aragón a los ediles más longevos de la comunidad

Eduardo Bayona

Zaragoza —

Los dos últimos alcaldes de tiempos de Franco que siguen en el cargo en Aragón desde la dictadura, Esmeraldo Marzo en Mainar (Zaragoza) y Ángel Gracia en Banastás (Huesca), dejarán la vara el próximo 15 de junio, cuando se constituyan los nuevos ayuntamientos de sus localidades. Ambos llevan en el cargo desde 1972, con lo que se habrán quedado a tres años de alcanzar el medio siglo en el cargo.

Son dos de los únicos cinco alcaldes aragoneses que han ganado las elecciones municipales en las diez convocatorias de la democracia, desde 1979. De ellos, únicamente Manuel Murciano, de Moscardón (Teruel), se presenta a la reelección, en este caso como candidato del PAR al concejo abierto por el que se rige el pueblo. Competirá con Néstor Ruiz de Albornoz, del PP, y con Rebeca Valenzuela, del PSOE, y, de salir elegido, sería el decano de los alcaldes aragoneses.

Los otros dos supervivientes de esa promoción de ediles; Gregorio Benedí, en Plasencia de Jalón y Antonio Catalán, en Alforque, ambos en la provincia de Zaragoza, no encabezan ninguna lista en las municipales de este domingo.

No obstante, el primero, de 74 años, ocupa el cuarto puesto en la candidatura del PP de su pueblo. El segundo, de 81, ya no repite en la lista del PSOE. Ambos comenzaron presentándose por la UCD.

Más de media vida en el cargo

También Gracia ha decidido apearse de la política. “Ha hecho bastante, son más de 45 años al frente de un ayuntamiento”, señalan fuentes del PP oscense.

En el caso de Marzo, de 77 años, la edad y los achaques que le provoca una lesión en la cadera, que también le ha hecho abandonar el trabajo en el campo, le han llevado a la retirada después de casi dos tercios de su vida con la vara de alcalde. “Llevo muchos años. Hay un momento en el que hay que decir basta. Tiene que entrar gente más joven”, explica.

Entró en el Ayuntamiento con 30 “cuando mandaba el general Franco”, que sigue conservando calle en el pueblo pese a la existencia de una ley estatal y otra autonómica que ordenan retirar todos los símbolos de exaltación de la dictadura. La reforma del nomenclátor quedará para su sucesor, que saldrá de la pugna entre una lista del PAR, otra del PP y una más del PSOE: once candidatos en un pueblo de 151 vecinos.

Recuerda que “le enviaron una carta al alcalde en la que le decían que iban a relevarlo, y no paraba de insistirme en que el siguiente alcalde tenía que ser yo. Venía a casa todas las tardes a insistirme, cuando volvíamos del campo. Al final le dije que sí, envió una terna y el gobernador civil me nombró a mí”, explica.

Un concejal de la oposición en 47 años

En esos 47 años al frente del Ayuntamiento, solo ha tenido la oposición de un concejal en los cuatro últimos, Luis Miguel Dionis, que en 2015 se presentó por CHA y ahora lo hace por Ciudadanos. En los nueve primeros años, por razones obvias; en los 36 siguientes, porque su lista sacaba los cinco ediles del Consistorio. “Siempre he tenido mucho apoyo”, dice.

“He sacado los cinco en todas las elecciones hasta esta última”, explica. Renunció a hacer una lista de cinco tras fallecer uno de sus principales colaboradores, que había sido concejal en varias legislaturas. “El cuerpo no me permitía poner a nadie en su lugar”, anota.

Mainar, en la comarca de Daroca, es uno de los pueblos del Aragón vaciado. “No tenemos muchos menos habitantes que cuando comencé como alcalde”, indica. No obstante, los datos del padrón señalan que el municipio ha perdido 43 de los 194 vecinos censados en 1996, en un proceso que se ha acelerado desde 2008, cuando, tras un repunte de 37 en tres años, llegó a alcanzar los 187.

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