PERFIL

Así es Beatriz Carrillo, la gitana que lidera las políticas sociales del PSOE: “La democracia tiene una deuda con nuestro pueblo”

Javier Ramajo

0

Se le “abren las carnes” al escuchar “discursos racistas o machistas” en el Congreso, donde es diputada por Sevilla y, entre otras muchas cosas, presidenta de la 'Comisión de seguimiento y evaluación de los Acuerdos del Pacto de Estado en materia de Violencia de Género', donde asegura tener que hacer “un verdadero deporte mental para gestionar el negacionismo”. Hace un par de semanas, Beatriz Carillo de los Reyes (Palma del Río -Córdoba-, 1975) salió del 40º Congreso Federal del PSOE encabezando la Secretaría de Movimientos Sociales, Diversidad y Mayores de la Ejecutiva Federal. Por vez primera en la historia, una mujer gitana lidera las políticas sociales de un partido, aseguran desde la federación de asociaciones de mujeres gitanas 'Fakali', que también preside. Los caprichos del calendario han hecho que, durante la semana en que fue nombrada, presentó la primera Proposición No de Ley que ha tenido como protagonistas absolutas a las mujeres gitanas.

Beatriz Carrillo rompe con los estereotipos, al menos físicos, de las mujeres gitanas. Pelo rubio, de ojos azules, le han preguntado muchas veces si es mestiza, dice en la mesa de su despacho en la sede de Fakali, en pleno centro de Sevilla. Luce una mascarilla rosa de lunares bancos que le ayuda a aportar “alegría andaluza” a esas “prisas” de Madrid. No le importa que le hablen de sus facciones, pero con lo que no puede es con que “lo sucio, lo negativo” se asocie siempre al pueblo gitano, que el imaginario colectivo asocie “lo malo” con los gitanos. Lleva “muchos años peleando contra eso”, “contra los estereotipos y prejuicios, desde una perspectiva positiva”. Sin querer sectorializar, es sabedora de que tiene por delante “muchísimos retos” con todas las políticas sociales desde el partido que gobierna España. “Ahora me toca estar en esta trinchera de las soluciones, para la cultura gitana y para el bien común, mejorando nuestro país, porque el sumatorio de todo supone avances y progreso. Hay que reparar todo tipo de discriminaciones y desigualdades, y desde la política y desde las instituciones se transforma la realidad social”.

Consicente de ello, cambió el activismo social por el escaño, aunque no le pilla muy de nuevas. Aunque es diputada desde hace apenas dos años y medio, vivió “con naturalidad” la política en casa, ya que su padre fue militante socialista candestino durante el franquismo. De “cuna socialista”, dice. “Pepe, cómo te metes en esto”, escuchaba de su abuela. Pequeña de tres hermanas, su llegada a la Universidad de Sevilla le sirvió de acicate para empezar a luchar por su pueblo fundando la Asociación de Mujeres Gitanas Universitarias de Andalucía (Amuradi). De alguna forma continuaba la labor de Pepe, quien había tratado de reducir los altos índices de absentismo escolar entre los suyos y que, como consecuencia, no daba presencia gitana a las aulas de las facultades.

Visibilizar la realidad del pueblo gitano

“La política es un deporte de alto riesgo” y su progenitora, “como buena madre gitana” también se preocupaba de que su pequeña y “nos quería tener cerca”. “No es algo frecuente que las mujeres gitanas estemos en el ejercicio político pero a mí, desde muy joven, me fascinaba”, recuerda. Criada en “la cultura de hablar desde el respeto”, a Carrillo le espanta que la política se embarre en algunos momentos, y se muestra “indignada” con los “insultos de la derecha”. Pese a todo, dice que “merece la pena luchar por tu país para tu país mejore, porque la pluralidad y la diversidad son una inmensa riqueza, y tienen que caber todas las visiones”.

Acerca de su reciente nombramiento, asegura que no lo esperaba pero lo asume con “mucho orgullo, humildad, ilusión y responsabilidad”, sabedora del “gran capital humano” de la familia socialista con “personas de una excelente trayectoria”. Ahora lleva las riendas de toda la política social una “mujer, andaluza, gitana, feminista, socialista”, enumera. Carrillo explica que la pandemia ha supuesto un “doble esfuerzo” en el Gobierno de coalición para tratar de “que nadie se quede atrás” y es consciente de que la encomienda que le ha tocado supone “un arduo trabajo por delante”, defendiendo que “si estuviera la derecha, estaríamos en la absoluta ruina” en ese sentido e “intervenidos por Bruselas”.

Empeñada también en “visibilizar” la realidad del pueblo gitano y en estimular que los jóvenes de su etnia continúen con su formación educativa, considera que representa a “un pueblo muy desconocido, cuya realidad pasa desapercibida”. “Y de ahí vienen los prejuicios”, por lo que le gusta hacer “pedagogía”, también “a los de dentro”, como pasa también con las mujeres, “víctimas de esquemas arcaicos”. Por eso cree que la educación es una prioridad “también de las políticas sociales”.

“Necesitamos la 'Ley Zerolo'”

La diputada por Sevilla apunta un primer objetivo: la aprobación de la Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación del PSOE, conocida como 'Ley Zerolo' y actualmente en trámite parlamentario, aunque siempre tiene un ojo en su etnia: “La democracia tiene una deuda con el pueblo gitano”. Aspira a “mejorar la situación de desigualdad estructural que padecen muchas personas en España”, desde una “perspectiva ecologista, feminista”. Habiendo ya puesto su particular pica en Flandes, sus ojos azules no toleran el racismo. “No es un tema menor. La historia puede volver a repetirse y eos se va abonando. Alemanía no decidió de un día para otro gasear a los judíos y a los homosexuales. La libertad de expresión no puede amparar discursos racistas o machistas. No pueden quedar impunes. Por eso necesitamos esa ley, una demanda de una década de los coletivos minoritarios, para que la discriminación no salga gratuita”, comenta. “El racismo es un efecto colectivo, no individual, y muchas personas lo sufren”, señala.

Consciente de que se vive “un momento político delicado” en ese sentido pero “confiada” en la labor de su partido “pese a la crispación”, Carrillo insiste en que “el racismo o el machismo se sufre, y ahora con la legitimidad de la extrema derecha, que hace estar a quienes lo defienden envalentonados y sin temor”. “En 1978, los gitanos nos quedamos atrás, porque se tenían que haber hecho políticas para compensar la desigualdad y la discriminiación tan brutal que ha padecido nuestro pueblo durante 600 años de historia y que seguimos sufriendo. Por eso se marca ”trabajar al servicio de todos, pero también en clave gitana“, para utilizar su influencia politica en la lucha contra la pobreza, segregación y fracaso escolar que alimentan los estereotipos de su pueblo con base a los grandes indicadores.

Únete al canal de Telegram de elDiario.es Andalucía

A través de nuestro canal en Telegram trasladamos de forma inmediata lo que ocurre en Andalucía: últimas noticias que van aconteciendo, o donde, simplemente, te ofrecemos un resumen de la información más relevante del día.

Suscríbete a nuestro canal en este enlace.