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En Abierto es un espacio para voces universitarias, políticas, asociativas, ciudadanas, cooperativas... Un espacio para el debate, para la argumentación y para la reflexión. Porque en tiempos de cambios es necesario estar atento y escuchar. Y lo queremos hacer con el “micrófono” en abierto.

Tú rojo, tú morado, yo verde

El cambio climático extingue los glaciares de Perú

Juan Manuel Mancebo

Concejal y coportavoz de Electores_EQUO (Alhaurín despierta) en Alhaurín de la Torre —

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En el año 2000 la empresa British Petroleum (BP) rediseñó su imagen de marca con el lema “Beyond Petroleum” “más allá del petróleo” y convirtió su logo en una bella flor verde con un luminoso sol en el centro; poco después anunció una inversión de mas de 1500 millones de dolares al año en energías alternativas y lanzó una campaña de marketing millonaria a nivel mundial con mensajes e imágenes relacionados con la naturaleza, la familia y la salud.

Todo, las palabras, el logo y el lema impregnaban de “verde” los valores de la empresa. Sin embargo, la realidad fue otra. La inversión en energías alternativas se centró en una fuente basada en un combustible fósil, también contaminante, pero de amable denominación: el gas natural. BP sigue teniendo más de un 95% de sus inversiones en el petróleo y es una de las empresas más contaminantes del mundo.

El Greenwashing es una forma de propaganda y marketing para promover que los productos y objetivos de una organización son respetuosos con el medioambiente, siempre con el fin de obtener beneficios. La realidad demuestra que no siempre este marketing responde a la realidad.

Hay que felicitar a todos los partidos políticos que adoptan en su ideario, en su vocabulario y en sus programas las premisas y políticas que los partidos y colectivos verdes llevan años proponiendo y la ciencia y los acontecimientos avalando con hechos. Que el cambio climático es una realidad y el más preocupante asunto que nuestra generación deberá afrontar en todos los ámbitos, si queremos que haya futuro para las siguientes, es ya incontestable para la mayoría de los políticos y organizaciones razonablemente cuerdos (El caso de Trump no cumple la premisa para incluirlo en esa mayoría).

Que las medidas en materia de obtención de recursos, energía y migraciones tienen que contemplar la variable de ambiental para ser viables y aplicables, es otra situación que también se impone a golpe de realidades, casi siempre al límite de plazo y tras fracasos y errores, pese a las advertencias desde muchos frentes desde hace tiempo.

Que la sostenibilidad tiene que ser transversal a todas las políticas para conseguir avances sociales en derechos, igualdad, integración y un futuro posible y justo, es también algo que pocos cuestionan.

En definitiva, que eso de lo que hablaban los verdes, esos pesados que llevamos años advirtiendo de la necesidad de hablar de desarrollo sostenible en vez de crecimiento, y de que nos estamos cargando el planeta, ha dejado de ser una hipótesis para convertirse en una realidad empírica.

La buena noticia es que el resto de formaciones políticas ya empiezan a asumirlo e incorporarlo a sus propuestas. O no.

Desde hace unas semanas el Partido Socialista Obrero Español cambia de forma temporal el color de su logo para teñirlo de verde, como gesto en el día del medioambiente, o al anunciar alguna propuesta relacionada con la protección medioambiental. Ni tan siquiera la reincorporación de la probablemente mejor ministra de Medioambiente que ha tenido nuestro país a sus filas, es suficiente para pintar de verde lo que los hechos tiñen de negro. Lo del PSOE seguirá siendo Greenwashing, mientras que no cambien sus políticas de apoyo al carbón, o a la tauromaquia; mientras que sigan sin demoler el Algarrobico, o sin prohibir los gaseoductos en Doñana. Mientras mantengan a sus enchufados en los consejos de administración de las empresas que bloquean la transformación energética que precisa nuestro país. La práctica de sus políticas demuestra que no son ciertos sus mensajes.

El resto de agentes de la “izquierda política” también usa y abusa de la coloración verde en su comunicación, sin que en la práctica sus propuestas y medidas se correspondan.

Lo de Izquierda Unida no es solo Greenwashing, es casi una “apropiación indebida”, al incluir en sus siglas en Andalucía la denominación de “Los Verdes”, y aunque en muchos frentes, sobre todo a nivel local, abanderen reivindicaciones y causas verdes, no renuncian a la receta productivista ni al crecentismo, por mucho ingrediente social que lo condimente.

Y si hablamos de Podemos, por más círculos de medioambiente y sostenibilidad que trace, su morado no tornará en verde mientras sigan desaprovechando y menospreciando a EQUO, el único socio que le aporta las bases, el conocimiento y las propuestas necesarias en esta materia en su coalición estatal, algo que sí que en honrosas excepciones han sabido aprovechar en algunas confluencias locales.

Lamentablemente los riesgos se aceleran y los hechos demuestran que por mucho que todos se pinten de verde no es suficiente.

Paradójicamente, ahora, cuando todos hablan de ecología y sostenibilidad, ahora que los mensajes verdes son asumidos por todos, es probablemente cuando más necesario sea un partido verde fuerte e independiente que ponga en práctica esas propuestas. Hoy por hoy los verdes solo hemos ganado el discurso, nos quedan por ganar elecciones.

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