El poder del olvido

Hace solo tres años, gobiernos, empresariado y sociedad civil afirmaban sin ningún tipo de cortapisa que el sector primario y de cuidados eran indispensables para el desarrollo de nuestra economía; y así quedó demostrado en un momento de especial sensibilidad social en el que muchas de nosotras y de nosotros pensamos que esa responsabilidad y profesionalidad demostrada marcarían un punto de inflexión en el mundo laboral para poner en valor unos servicios hasta entonces poco valorados.

Dicen que el tiempo todo lo cura, pero en esta ocasión sería más acertado decir que todo lo olvida porque, tres años después, ese valor sigue sin reconocerse como es debido socialmente y menos aún en el mundo del trabajo, con patronales que dificultan la negociación colectiva y niegan el establecimiento de salarios dignos para estas trabajadoras y trabajadores.

Cierto es que la subida del Salario Mínimo Interprofesional ha sido una herramienta fundamental para dignificar la actividad laboral de las personas que trabajan en estos sectores en Andalucía, donde nos encontramos con bloqueos a la Negociación Colectiva, por ejemplo en el campo de Almería.

En cambio, tenemos que lamentar que se ha incrementado la brecha de género como consecuencia de que, en los sectores más feminizados, los salarios de los hombres han subido más que los de las mujeres, de manera que desde CCOO seguimos reivindicando que se pongan sobre la mesa las medidas oportunas para que los sectores con mayor índice de feminización sean valorizados en su justa medida.

Esa brecha y desigualdades salariales también se dan entre Andalucía y la media estatal, estancada en el 18,78% debido en gran medida a la parcialidad y a los bajos salarios de esos sectores. En concreto, según los datos de salarios de la Encuesta de Población Activa (EPA), 303.600 personas andaluzas trabajadoras parciales tienen un salario medio de 590 euros, lastrando la economía de las familias e impide el desarrollo de un proyecto de vida. Según esa misma encuesta, Andalucía cuenta con 2.435.927 personas (67,8%) de sus trabajadores o trabajadoras asalariadas y representa el 15,9% de la población asalariada de todo el país. Sin embargo, como recoge la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) en su informe sobre los salarios en las comunidades y ciudades autónomas del régimen fiscal común, nuestra comunidad sigue a la cola en salario medio anual de toda España, solo por detrás de Extremadura y con una diferencia de casi 11.000 euros brutos menos respecto a la comunidad de Madrid, que es la que tiene el salario más alto, según la AEAT.

Es una imperiosa necesidad articular medidas que permitan avanzar hacia la cohesión territorial y social porque, aunque la subida del SMI está suponiendo un importante impulso, hay que apostar por diversificar los sectores productivos con más estabilidad

Cierto es que durante el año 2022 el salario medio en Andalucía subió un 5,9%, en gran medida impulsado por la subida del SMI (creció un 8%) que tuvo mayor incidencia sobre los salarios más bajos, alcanzando el sector de otros servicios y de ocio el mayor crecimiento en los salarios hasta llegar al 16,4 %. En el sector agricultura, ganadería, silvicultura y pesca, la subida ha sido de un 8,1 %, si bien los dos casos siguen estando por debajo de la media estatal.

Es, por tanto, una imperiosa necesidad articular medidas que permitan avanzar hacia la cohesión territorial y social, porque aunque la subida del SMI está suponiendo un importante impulso, sobre todo en los sectores de más bajos salarios, hay que apostar de forma decidida por diversificar los sectores productivos con más estabilidad en el empleo. Y es que mientras en Andalucía el 7,9% de la población asalariada trabaja en el sector de la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca, en España lo hace solo el 3,0%. De forma contrapuesta, en la industria andaluza trabaja el 6,6% de la población asalariada frente al 9,6% de media nacional.

En CCOO tenemos propuestas concretas para llevar a cabo el tan necesario cambio de modelo productivo en nuestra tierra y así se lo hemos trasladado en numerosas ocasiones al Gobierno andaluz, pero ponerlas en marcha requiere voluntad decidida para hacerlo y estrategias que desde el dialogo social contribuyan a la cohesión territorial de Andalucía y España.

No se puede estar esperando a que las soluciones caigan del cielo, ni basar las políticas que determinan en gran medida la vida de los andaluces y andaluzas en acusaciones continuas al Gobierno central, mientras se ejerce una política de brazos caídos cuando tres de las provincias con medias salariales más bajas de España son andaluzas y seis de las nueve provincias con menor salario medio bruto de España son también de Andalucía.

Es imprescindible aumentar la actividad inspectora porque no es admisible que 45.700 trabajadoras y trabajadores andaluces a jornada completa cobren menos del SMI según Indica la EPA, lo que representa el 35,7% de España en esta situación

Asimismo, es necesario que las políticas andaluzas de empleo se orienten a la estabilidad y a la erradicación del fraude en la contratación porque, aunque la temporalidad se ha visto ampliamente reducida en Andalucía desde la reforma laboral de 2021, hay empresas que utilizan la parcialidad y la temporalidad para ampliar sus beneficios. De hecho, es imprescindible aumentar la actividad inspectora porque no es admisible que 45.700 trabajadoras y trabajadores andaluces a jornada completa cobren menos del SMI según Indica la EPA, lo que representa el 35,7% de España en esta situación.

Es innegable que medidas como el Acuerdo de Reforma Laboral o la subida del SMI han hecho crecer el empleo, el salario medio bruto y han mejorado la estabilidad, pero también lo es que el poder del olvido se ha demostrado grande por parte de quienes hacían suya la importancia de mejorar la situación de sectores poco valorados, de dar de estabilidad al empleo y de poner en valor la profesionalidad y responsabilidad de la clase trabajadora con mejores condiciones laborales, así que en CCOO les seguiremos recordando que la senda está marcada y que las políticas y mejoras no se hacen con palabras sino con hechos y ahora toca un mayor compromiso del Gobierno y del empresariado andaluz para cohesionarnos territorialmente al interno y con el resto de España con empleo de calidad y mejores salarios para nuestros trabajadores y trabajadoras.