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Barrio Alto de Sanlúcar: viaje al pasado de la ciudad más señorial

Fachada del Palacio Ducal de Medina Sidonia.

Francisco J. Jiménez

Pensar en Sanlúcar de Barrameda es hacerlo en la gastronomía que ofrece en Bajo de Guía o en las famosas carreras de caballos en la arena de su playa, pero la localidad gaditana destaca también por su historia y por los vestigios que dejaron épocas en las que era un punto geográfico fundamental. Por eso una visita al Barrio Alto es de obligado cumplimiento.

Sanlúcar ha celebrado en 2019 los 500 años de la hazaña lograda por Magallanes y Elcano, que realizaron la primera circunnavegación de la Tierra. Y no fue por casualidad, sino porque ya era históricamente un enclave estratégico y eso originó que fuera una ciudad señorial desde los tiempos de los duques de Medina Sidonia.

El Barrio Alto es la parte más antigua de Sanlúcar, que tomó una enorme importancia con el comercio con las Canarias y África en el siglo XV. En aquel tiempo empezaron a llegar comerciantes de media Europa porque era la capital del ducado de Medina Sidonia. Dejaron huella los de la bretaña francesa, que hoy en día mantiene su rúbrica en la calle Bretones. Fueron muchas las familias de la nobleza que se asentaron en la ciudad y lo hicieron en muchos casos en un barrio que ofrece detalles muy interesantes.

Lo normal es que los visitantes que visitan el centro de la ciudad den una vuelta por la plaza Cabildo. Y puede ser el punto de partida hacia el Barrio Alto, con una primera parada en el mercado de abastos, que recientemente reabrió sus puestas tras sufrir una remodelación. Hay que echarle algo de valor a subir la cuesta de Belén por lo empinado del terreno, pero merece la pena.

La primera satisfacción es disfrutar del Palacio de Orleans, sede del Ayuntamiento. Hay que reservar en la oficina de turismo previo pago para conocer las dependencias principales, aunque los jardines se visitan gratuitamente. Y es únicamente un aviso de lo que viene.

El Palacio de Medina Sidonia es punto y aparte. Ofrece la opción de tomar un café en su espectacular jardín sin el menor compromiso, pero también se puede hacer una visita concertada para comprobar su patrimonio mobiliario, pictórico y escultórico, distribuido por los diversos salones y estancias. Es de destacar la colección de bargueños y la serie de los tapices de la Casa Montalto. Además, también se puede pernoctar en un edificio donde cada habitación es una obra de arte.

Una calle que no se puede dejar de visitar es Luis de Eguilaz, donde hay varias casas señoriales dignas de ser vistas exteriormente y sería más que recomendable visitar el Museo de la Manzanilla en las Bodegas Barbadillo. La entrada es libre, aunque se puede unir la entrada a las bodegas para conocer por qué la manzanilla y los vinos del Marco de Jerez son un un mundo en sí mismos.

A pocos metros de distancia se encontrará el visitante con el Castillo de Santiago, una imponente construcción en la que se puede bucear en sus 500 años de historia a través de sus museos con visitas guiadas, que en verano incluso presentan la posibilidad de ser teatralizadas.

En esta ruta por el Barrio Alto también pueden interesar las visitas a la Parroquia de Nuestra Señora de la O, el Auditorio de la Merced o la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad, patrona de Sanlúcar.

Y como no todo va a ser una visita cultural, debe quedar claro que en esta zona sanluqueña también se puede comer muy bien. El Gallego es un gran ejemplo de ello y ofrece platos clásicos donde el pescado sanluqueño es el rey. Las opciones en el barrio son variadas y no se pueden olvidar bares como Los caracoles, Los aparceros, El Loli, El Conejo, El Arquillo, la Espuela, o El Rincón.

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