Aragón Opinión y blogs

Sobre este blog

Otro desalojo debajo de la alfombra en Zaragoza

0

A veces el problema es tan evidente y la necesidad de una solución tan acuciante que perdemos el foco del verdadero fondo del asunto. Esta semana el ayuntamiento de Zaragoza ha procedido al desalojo del parque Bruil. Hablamos de un espacio verde al aire libre en el que, desde hace meses, residían, -si se puede residir al raso- decenas de personas. Gente en situación de vulnerabilidad por diferentes situaciones a las que nadie querría enfrentarse jamás. La reconversión del parque en campamento había generado muchos problemas de convivencia denunciados por los vecinos de la zona, que han pagado el pato de un problema mayúsculo al que nadie mira hasta que se topa de bruces con él. 

La necesaria solución ha llegado envuelta en un lenguaje que aterra. 'Desalojan a los sintecho: control de plagas precinta la zona'. Hay palabras que –aun siendo correctas– no conviene ponerlas juntas. Otro medio destaca en el titular: 'Zaragoza cierra el parque Bruil para tratar de intervenir sanitariamente y recuperar el paisaje'. El paisanaje ha sido borrado hasta del titular que pone su atención en el lustre del espacio. A un lenguaje que habla más de los objetos que de las personas, le acompañan imágenes de precintos y de personas ataviadas con monos de protección, guantes y mascarillas, fumigando el parque. Seguramente todo eso es necesario. Seguro, nada de eso debería ocupar el lugar preferente en el texto.

Quiero imaginar que se puede contar de otro modo. No hablando de desalojo, sino de realojo de las personas que malvivían en el parque Bruil. Que la solución podría tomar otra forma distinta a un ultimátum de 20 minutos para abandonar el lugar que, por desgracia, habían tomado como hogar. Que la desratización, la recuperación de los espacios verdes o el mobiliario urbano esté –porque es importante– pero que ocupe los últimos párrafos y no los titulares. Eso sería poner el foco en las personas. Sería contar la información con humanidad. 

En el momento del desalojo había 25 personas durmiendo en el parque. Allí no solo acudieron los servicios de limpieza, también los servicios sociales. Se les ofreció la posibilidad de ir al albergue que ese mismo día estrenaba plazas. 40 allí y, próximamente, 25 en el Refugio, ha anunciado el ayuntamiento. Apenas una semana antes Cruz Roja había constatado que, al menos, 266 personas malviven en las calles de Zaragoza. 266 vidas distintas: jóvenes, mayores, españoles, inmigrantes, hombres, mujeres. La noche del conteo de esta ONG una joven embarazada de 8 meses la pasaba en la calle. 

Si solo nos centramos en los espacios la degradación también está en el entorno del Gancho, de la Almozara, de varios puentes en otros puntos de la ciudad sobre el Gállego o el Canal Imperial. Al Bruil fueron a parar algunos de los desalojados antes de un edificio de la plaza de la Madalena. Tal vez haya que poner el foco en las personas, ahí es donde se hace patente la falta de recursos sociales, materiales, humanos, oportunidades laborales, viviendas asequibles, falta diálogo entre administraciones… Falta humanidad. El parque Bruil estará precintado hasta primavera, entonces el problema no habrá desaparecido, lo habremos ocultado debajo de otra alfombra.