Ya en otro mundo: HOLA!

El cambio de época no se sabe cuándo es, el día concreto, la hora, por eso es tan atractivo el reclamo de la Segunda Venida de Jesucristo, nadie sabe el día ni la hora, etc.

Grandes relatos animados de ayer y de hoy.

Ponerle fecha a algo es lo primero para hacer que ocurra o hacer creer que ocurrirá. Si ocurre en los corazones ya se hace.

Quizá hemos cruzado esta semana el Rubicón, el Leteo o la laguna Estigia o lo que sea que separa un mundo de otro, la raya imaginaria hiperreal.

Pero desde que quebró Enron, gran fraude made in USA MAGA, ya todo va p’alante.

El CRACK del 2008 nos tocó algo bastante o nos mató. Quizá nos mató y somos modo zombis. Zombimente clic clac…

La IA tiene que estudiar estas fechumbres, a ver qué saca. A fuerza de gastar agua y luz la IA remezcla los hilos turbios del remoto pasado pesado. Icí Spain grande de nuevo.

La semanita arancelaria Trump podría ser la fecha del nuevo CRACK inminente, o quizá son gestos epigonales, rémoras y restos de pecios y precios y trastos viejos, cada cerebro es un trasto viejo, feria de potreríos obsoletos a la espera siempre de algo.

Las conmociones nominales impactan en los terrores de las bolsas, los mercadillos acelerantes, grumos de números, apuntes, subibajaciones, depres y euforias, la locura de los parqués… el mejor lema, poema, versículo de la época lo dijo Alan Greenspan y en ese submundo seguimos surfeamos casi siempre bajo el agua, glubs. La frase que nos lleva y define, dila tú Alan, dila de nuevo, maño:

–La exuberancia irracional de los mercados.

Yepa. Eso es. Y este fenómeno de la semana que quizá marca el limes, el gran trumpazo sísmico, es el último grito de este lema de la época. O sea, que seguimos en la misma.

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La foto, apocalíptica guay en calma, muestra al fondo un trocito de la Romareda ya en demolición (vid el artículo de Plácido Díez sobre el Zaragoza en esta misma sección), las ventanitas del Servet y un poco del Escher del Clínico. Y la luna. En Zaragoza, en la semana de los aranceles.