El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon.
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Es difícil analizar fríamente cualquier problema y, por lo tanto, encontrar las soluciones más apropiadas. Y menos si estas requieren cierto grado de consenso y cierto tiempo de desarrollo. El día 28 del mes pasado, pocas horas después del apagón, los dirigentes del PP -incluido Jorge Azcón, presidente del Gobierno de Aragón- ya estaban exigiendo al presidente Sánchez información clara de lo que había pasado, no entendían que tardase cinco horas y media desde el cero energético para aparecer ante los medios de comunicación.
No es extraño que los populares no lo entendieran, hay tantas cosas que no entienden… Pero esto no les impide opinar: Aznar enseguida supo que la autora de los atentados del 11-M era ETA, tampoco necesitó mucho tiempo para comprender el peligro que suponían las armas de destrucción masiva de Irak; Rajoy se percató de inmediato de que los hilillos de plastilina que salían del Prestige no suponían ningún riesgo; esto es tener las cosas claras, como el tiempo ha demostrado. En cuanto a Feijóo… Feijóo sabe desde el minuto uno que el apagón se produjo por falta de energía nuclear en el suministro a la red. Da igual que los técnicos digan que no se sabrán las verdaderas causas hasta que se puedan analizar todos los datos y para esto habrá que esperar semanas.
La inmediatez en las cosas se ha convertido en una seña de identidad de esta sociedad. Contestamos a los mensajes sin demora, queremos estar informados de lo que nos interesa al momento; que nos resuelvan las dudas en un periquete, los problemas sin tardanza… No importa que los asuntos a tratar sean complejos, queremos rapidez y si no es así los responsables de la gestión son unos inútiles o nos quieren ocultar la información.
Tampoco llevamos bien la incertidumbre, el no saber lo que va a pasar. Pero vamos a tener que acostumbrarnos a la indeterminación y el azar: porque el riesgo cero no existe, porque nuestros conocimientos son limitados, porque existen las casualidades… Porque en la propia naturaleza se producen procesos probabilísticos. Y todo esto pasará con cualquier gobierno.
La falta de rigor no está solo en el ámbito político, los medios de comunicación -incluidos buena parte de analistas y tertulianos nada sospechosos de ser de derechas o de tener intereses en las compañías eléctricas- contribuyen a incrementar la confusión. También están condicionados por la inmediatez y, en ocasiones, por ciertos prejuicios, por no tener en cuenta la complejidad de algunos procesos.
En el cero eléctrico del día 28 hay dos cuestiones fundamentales a investigar: por qué se produjo la desconexión de determinadas centrales y por qué fallaron los cortafuegos de la red eléctrica y para esto hay que dar tiempo a los técnicos para que estudien los datos y emitan sus conclusiones. Exigir rapidez no hace sino generar malestar y más inseguridad en la opinión pública. Aunque, en el caso del PP, es eso lo que se pretende, crear malestar y presentar al Gobierno como una entidad sobrepasada sin capacidad de asegurar los servicios públicos. Será que piensan que en toda España funcionan como la sanidad o la educación en la Comunidad de Madrid.
Tampoco aporta nada a esa tranquilidad y el rigor necesario, responsabilizar de lo sucedido a uno u otro tipo de energía. Ni responsabilizar al Gobierno de lo sucedido porque ya había habido informes de técnicos de Red Eléctrica en los que se advertía de posibles problemas. Quienes hablan de estos informes deberían decir a cuáles se refieren y qué tienen que ver con lo sucedido, los únicos informes conocidos a través de los medios de comunicación que hacen referencia a la aplicación de nuevos mecanismos de protección de la red llegaron al Gobierno a principios de año y en ninguno se detecta la necesidad de aplicar las medidas a corto plazo. Además, no sabemos si las medidas recomendadas hubiesen evitado el apagón.
Cuanta más información se tiene, más complejidad aparece. La vicepresidenta tercera y responsable de la comisión de investigación creada por el Gobierno, Sara Aagesen, informaba, en una entrevista publicada por elDiario.es el domingo 11, que según las primeras conclusiones a las que ha llegado la Red Europea, se registraron dos periodos de oscilaciones de tensión y frecuencia en el sistema eléctrico europeo continental durante la media hora previa al incidente. También se produjo la caída de una central nuclear en el sur de Francia a las 12.30 horas, justo antes del cero nacional en España.
Dejemos que los técnicos hagan su trabajo y nos digan las causas de la caída del sistema eléctrico. Después, el Gobierno deberá dar las explicaciones pertinentes -de manera que sean comprensibles por la ciudadanía- y asegurarse de que los distintos operadores toman las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la red.
Y, una vez terminado este capítulo, abrir otro, el del sistema eléctrico que queremos para el futuro. Será entonces el momento de analizar ventajas e inconvenientes de los diferentes tipos de energía atendiendo a criterios económicos, ecológicos y sociales. En este nuevo capítulo no solo habría que reflexionar sobre la oferta, también habría que hacerlo sobre la demanda, cuanta y cómo se distribuye. Y qué riesgos suponen la concentración de empresas con gran demanda de energía, como los centros de datos que tienen previsto instalarse en Aragón.