El Museo Itinerante de Matemáticas de Aragón (MIMA) inicia este jueves 10 de julio una nueva etapa centrada en la dinamización cultural y educativa de la España rural. Su primera parada será en Miedes de Aragón (Zaragoza), un municipio de poco más de 400 habitantes, y lo hará con una propuesta que combina ciencia, historia y patrimonio en un solo espacio: el Convento de la Concepción y San Blas, del siglo XVII. Allí se instalará durante varias semanas un museo interactivo con una treintena de módulos pensados para estimular la curiosidad matemática del alumnado.
“Queremos que los pueblos no tengan que llevar a sus escolares muy lejos para acceder a una experiencia educativa de calidad. En lugar de que los centros vengan a nosotros, somos nosotros los que acudimos a su territorio, creando además un vínculo con el entorno”, explica Julio Bernués, promotor del museo y uno de sus impulsores desde que nació el proyecto en 2019. La iniciativa está coordinada por el Instituto Universitario de Matemáticas y Aplicaciones (IUMA), con la colaboración de la Sociedad Aragonesa de Profesores de Matemáticas (SAPM) y la Real Sociedad Matemática Española (RSME).
El Museo Itinerante de Matemáticas de Aragón pone en marcha un proyecto pionero en el territorio que busca el fomento de la divulgación científica en edad escolar, al mismo tiempo que pone a disposición del territorio una herramienta para su desarrollo turístico y social. Una apuesta por la “España rural” a través de la itinerancia que abre su oferta a “todo tipo de municipios y localidades, generando un punto de referencia educativo para toda la zona. Además, se ofrece la formación de monitores locales y el apoyo a iniciativas turísticas que trabajan para y por el desarrollo y el arraigo a la tierra”, explica Pedro J. Miana, coordinador del proyecto.
La elección de Miedes no ha sido casual. Este municipio es el lugar de nacimiento de José Luis Rubio de Francia, uno de los matemáticos españoles más influyentes del siglo XX, especialista en análisis armónico y originario de Miedes de Aragón. “En mayo asistí a un homenaje en su honor y, hablando con la alcaldesa, surgió la posibilidad de instalar el museo en el convento que acaban de adquirir para darle un uso cultural. Casaba perfectamente con nuestra filosofía y con nuestros orígenes, porque ya empezamos en 2019 en un monasterio, el de Casbas. Para nosotros es como volver a casa”, resume Bernués.
La propuesta combina elementos lúdicos y pedagógicos con una orientación muy práctica. Entre los módulos disponibles hay construcciones inspiradas en Leonardo da Vinci, ilusiones ópticas, rompecabezas, juegos de ingenio y hasta simulaciones digitales de superficies algebraicas. El lema, 'Prohibido NO tocar', deja claro que todo está diseñado para interactuar, manipular y pensar.
Formación local, impacto educativo y turismo
Los guías de este museo son los propios habitantes del municipio, que reciben formación para actuar como monitores. Durante la estancia del museo, esos jóvenes se convierten en guías para los grupos escolares: “En Tauste, donde hicimos una experiencia piloto, formamos a chavales del pueblo y fueron ellos los que guiaban las visitas. Se genera una situación muy positiva: se implican, aprenden, dinamizan el pueblo y dan valor a su propio conocimiento”, afirma Bernués.
En esa experiencia piloto, celebrada en Tauste y posteriormente en Alcorisa, el museo recibió a cerca de 3.000 estudiantes de 21 localidades de Zaragoza, Teruel y Navarra. La previsión inicial de 1.000 visitantes se duplicó y se tuvieron que ampliar los días de apertura: “Empezamos con dos visitas semanales, luego pasamos a tres y terminamos con cuatro. Aun así, se quedaron centros sin poder acudir”.
El museo anima a los consistorios a aprovechar su estancia para complementar la actividad educativa con visitas a lugares de interés cultural, patrimonial o natural, lo que contribuye a reforzar el “paquete turístico” del municipio y a impulsar la economía local. “Tauste, por ejemplo, organizó una mañana completa para los grupos escolares: además de visitar el museo, conocieron otros espacios del pueblo”, recuerda Bernués.
Un impulso para la “España vaciada”
El MIMA tiene como objetivo consolidarse como un referente de divulgación científica en zonas poco pobladas. A través de un formato itinerante y flexible, quiere llegar a más municipios durante el curso escolar 2025-2026. Por eso, desde la organización han enviado ya una convocatoria a centros educativos, consistorios y entidades como la UNED, animándoles a solicitar la presencia del museo. “Es una actividad muy interactiva y muy bien valorada por los docentes. Muchos repiten. Queremos seguir adelante con esta fórmula que combina juego, aprendizaje y arraigo al territorio”, afirma su promotor.
El museo albergará en su interior una treintena de módulos interactivos con actividades tanto analógicas como digitales. La oferta comprende juegos de magia matemática, el citado ordenador de canicas del youtuber Lemnismath, puzzles, mosaicos, construcción de cúpulas y puentes de Leonardo da Vinci, torres de Hanoi, máquina de Galton, cono de Apolonio, juegos de ingenio y de estrategia, así como de probabilidad. Por otro lado, se presentan también programas informáticos como Surfer de superficies algebraicas, NameSurfer (su versión más lúdica), Moranements (de construcción de mosaicos), Maps of the Earth (mapas terrestres interactivos) o Cinderella (para sistemas dinámicos y caos).
La propuesta cuenta con el respaldo de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), siendo uno de los tres únicos proyectos aragoneses seleccionados entre los 289 presentados a nivel nacional. Esta financiación permite, entre otras cosas, mantener estancias mínimas de seis semanas en cada municipio, el tiempo necesario para garantizar que todos los centros escolares del entorno puedan organizar su visita.
El resurgir del proyecto
El germen del MIMA se remonta a 2019, año en el que se pone en marcha el Museo de Matemáticas de Aragón en el Monasterio de Casbas, un edificio cisterciense del S. XII. Más de 3.000 visitantes de todo Aragón, pero también de Valencia, Barcelona, Lérida, Soria, Valladolid, Madrid o Cáceres se acercaron a esta joya arquitectónica del Alto Aragón. La simbiosis con el entorno quedó patente generándose visitas al propio monasterio y su huerta, la quesería de Sieso o haciendo senderismo por los alrededores.
La pandemia y la propia naturaleza jurídica del edificio desembocan en una segunda fase del museo que se instaló en el Parque Tecnológico Walqa (Huesca), encargándose de su gestión la Fundación Centro Astronómico Aragonés. Entre el 2021 y el 2024 se conviertió en un referente pedagógico, conjuntamente con el Planetario de Aragón. Un tándem que elevó sus datos a las 15.000 visitas anuales.
Sin embargo, el pasado mes de agosto de 2024, se anunció que este espacio dejaba Walqa y se trasladaba a Zaragoza, a las instalaciones del Instituto de Matemáticas y Aplicaciones de la Universidad de Zaragoza (IUMA). No fue un traslado acordado, ya que se produjo tras la falta de financiación del proyecto en Huesca y la disputa por el logo, que la Fundación Centro Astronómico Aragonés registró el pasado 2 de agosto en la Oficina Española de Patentes y Marcas, así lo denunció entonces Julio Bernués, promotor del museo.
Este museo ha resurgido con un nuevo enfoque y centrados en expandir las fortalezas y potencialidades del museo gracias a su deslocalización. El Museo de Matemáticas es un proyecto impulsado por el Instituto Universitario de Matemáticas y Aplicaciones (IUMA), la Sociedad Aragonesa de Profesores de Matemáticas (SAPM) y la Real Sociedad Matemática Española (RSME).