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Las pruebas de ADN apuntan a un caso de bebés robados en Teruel

Raúl y Fina, hijos de Prudencia Bielsa, iniciaron una campaña en redes sociales para buscar a sus hermanos.

Elisa Alegre Saura

Teruel —

A Prudencia Bielsa le dijeron que sus dos bebés murieron al nacer o que nacieron muertos. No pudo ver los cuerpos ni en un parto ni en otro. Y ahora, 40 años después, ha comprobado que en el lugar donde consta que fueron enterrados, no están sus huesos. Las pruebas de ADN realizadas a los restos hallados en dos tumbas de bebés en el cementerio de Teruel han confirmado que no corresponden con el de la madre, dejando el caso abocado al archivo judicial y con una familia con muchas dudas sin resolver.

Los nacimientos se produjeron en sendos partos el 9 de abril de 1978 y el 22 de noviembre de 1979 en el Hospital Obispo Polanco de Teruel, si bien las fechas varían en algunos de los documentos recopilados en la investigación. El caso fue denunciado en 2005 cuando la madre conoció otros casos parecidos al suyo. Prudencia Bielsa sospechaba desde el principio que algo raro había pasado, y más aún cuando al exhumar los huesos vieron que “ni la calidad ni la cantidad” indicaba que fueran de sus bebés, tal y como explica la abogada de la familia, Cinta Monferrer.

El juez que abrió la causa para investigar si hubo robo de bebés autorizó la exhumación de los restos de las dos tumbas en las que constaba en los informes que estaban enterrados los cuerpos, en la denominada zona de parvulario del cementerio de Teruel. En ese momento, según explica Monferrer, ya se dieron cuenta por la apariencia de los restos que era difícil que coincidieran con dos bebés nacidos en esa época.

Y es que el tamaño de los huesos, e incluso restos de ropa que hallaron en las tumbas, indicaban que se trataba de huesos enterrados hace más de 40 años, e incluso más mayores de lo que correspondería a recién nacidos. Además, se encontraron restos de más de dos individuos, así que todo hacía pensar que el resultado sería el que finalmente ha confirmado el ADN.

Investigación documental

Además del análisis de los restos, la investigación ha tenido una vertiente documental que ha resultado infructuosa.Y también a partir de testimonios de la época, aunque dado el tiempo transcurrido, esta última línea no ha podido arrojar mucha luz, tampoco sobre las sospechas de que no fuera el único caso, que aparecieron hace años en los medios de comunicación.

Ahora el caso se archivará previsiblemente porque desde el punto de vista judicial “ya no hay nada más que hacer”, explica la letrada, aunque no descarte que se pueda abrir si hubiera novedades.

La vía que le queda a la familia ahora es buscar a los dos bebés a través de asociaciones que se dedican a investigar estos casos. Así, la familia está en contacto desde el principio con la asociación Sos Bebés Robados y la abogada recuerda que el Ministerio de Justicia dispone de un fichero con datos de ADN para facilitar cotejar esta información cuando sea necesario.

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