Un juez investiga el robo de dos bebés hermanos en el hospital de Teruel hace 40 años
Han pasado casi cuarenta años, pero Prudencia Bielsa siempre pensó que sus bebés no nacieron muertos en los partos de 1978 y 1979, tal y como le dijeron en el hospital Obispo Polanco de Teruel. A medida que se han ido destapando casos de bebés robados, la sospecha se ha ido haciendo más viva, hasta convertirse en una denuncia con la que el titular del Juzgado de Instrucción nº 3 de Teruel ha abierto una investigación.
Las incongruencias de fechas en los documentos del hospital fue el primer paso. Tras la exhumación de los huesos de las tumbas, la familia asegura que estos no se corresponden con bebés recién nacidos y ahora están a la espera de los resultados de ADN.
La denuncia la presentó la madre de los bebés, Prudencia, separada del padre de los niños, con el apoyo de sus dos hijos mayores, Fina y Raúl, que viven actualmente en la localidad turolense de Linares de Mora.
La abogada que lleva el caso, Cinta Monferrer, recuerda que la madre “nunca pudo ver a los bebés” y que el equipo médico que le dijo que habían nacido muertos también cometió irregularidades en la documentación, como el hecho de que en un documento aparezcan dos fechas distintas para uno de los nacimientos, el 22 y el 24 de noviembre.
La madre siempre sospechó de las “circunstancias extrañas” de los partos, asegura la letrada, pero no fue hasta que vio cómo se destapaban otros casos cuando se animó a emprender esta búsqueda. Para ello, recurrieron a la organización Sos Niños Robados y siguieron el protocolo de estos casos, empezando por pedir los informes al hospital.
Los huesos no corresponden
En la primavera de 2015 se exhumaron por orden judicial los restos de las tumbas de los bebés en el cementerio de Teruel y, según indica Monferrer, del informe forense se desprende que “por el estado de conservación de los huesos y la antigüedad de los mismos es prácticamente imposible que se correspondan con los que están buscando”. Ahora están esperando las pruebas en las que se cotejan los restos de ADN en los huesos con las muestras de la propia madre.
Mientras tanto, la familia ha recurrido a las redes sociales para divulgar su caso e intentar encontrar a sus hermanos, y ya han contactado con ellos algunas personas cuyas fechas de nacimiento –el 9 de abril de 1978 y el 22 o el 24 de noviembre de 1979 - coinciden con las de los bebés buscados, para comparar el material genético.
La búsqueda no pretende, añade la abogada, buscar responsabilidades penales por el caso, teniendo en cuenta el tiempo pasado, sino que es un “resarcimiento moral de que una madre sepa si su hijo está vivo”.