La localidad de María de Huerva, uno de los puntos más afectados por las fuertes tormentas del domingo, trata de recuperar este lunes la normalidad, aunque los vecinos necesitarán tiempo para paliar por completo los daños causados por la lluvia. Calles y garajes siguen con barro hasta arriba, y numerosos coches siguen varados tras ser arrastrados por el agua, que llegó a alcanzar un metro de altura por algunas vías de la localidad.
Es hora de hacer balance, y también de analizar por qué se dieron las imágenes del domingo. Como las siete vidas atribuidas a los gatos, la localidad ha salvado otra papeleta, pero los vecinos lo tienen claro: “Volverá a ocurrir”.
Al final de la calle de Cuarte, una de las vías que se colapsó de agua el domingo y donde numerosos coches fueron arrastrados, como muestran los vídeos ya de noche, residentes de la zona comentaban este lunes lo vivido el día anterior. Muchos ellos se encontraban esperando a los peritos para dar parte de daños en vehículos y viviendas.
“El agua saltaba por encima del coche”, asegura Pascual. Él, “del pueblo de toda la vida”, tuvo suerte porque otro turismo detrás impidió que la corriente lo arrastrara. Pero aun así tiene claro que no va a ser la última vez que suceda. “Esto ha sido de siempre un barranco que venía de La Muela. Hace 36 años ya hubo una inundación tremenda, pero entonces no había nada construido. Claro, el agua se acumula y va por su cuenca. Nos echamos las manos a la cabeza, pero volverá a pasar”, advierte.
“Los garajes están fatal, pasamos muchos nervios”, reconocen otros residentes a su lado. Arriba, en la carretera nacional, un joven achica agua y barro del bajo de su vivienda: “Sacamos todos los muebles que pudimos por la noche y ya lo dejamos, no podíamos hacer más”, apunta.
El quiosco La Tirolina, al comienzo del parque de Poniente, ha amanecido también hasta arriba de barro. El matrimonio que lo gestiona, ya mayor, tuvo que salir literalmente corriendo ante el avance del agua. Este lunes, la nieta, Claudia Piccari, ha visitado la zona para comprobar los daños, que son cuantiosos.
Al lado del quiosco, el cauce de la barranquera está canalizado con una doble boca por la que debía pasar el agua, pero aseguran que llevaban tiempo taponadas, antes de las tormentas de este fin de semana: “Habíamos dado aviso al Ayuntamiento, pero no se ha hecho nada”, lamenta un vecino.
Piccari describe el riesgo que vivieron sus abuelos mientras señala la marca del agua en la pared del inmueble, a casi un metro de altura. “Tuvieron que huir por el parque hasta una zona elevada. Como pudieron, porque son personas mayores. Se inundó en cuestión de minutos”, cuenta.
En Cuarte de Huerva también había numerosas incidencias aún por solventar. En la esquina de la calle de Constitución y la del Polígono Los Huertos, más de un centenar de vecinos estaban sin electricidad debido a que el garaje se quedó anegado por la lluvia. Este lunes, bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza trabajaban para achicar el agua, aunque pasarán horas hasta que concluyan sus trabajos.
El color del río Huerva evidenciaba la tormenta y el barro de las horas previas, con una ladera a punto de venirse abajo.