El arquitecto asturiano que ve más allá de las piedras y devuelve el alma a las casonas del medio rural

Con la mirada puesta en el medio rural y con la voluntad aplicada en la rehabilitación de edificios históricos que se levantan en los pueblos de Asturias, su tierra, es así como trabaja el arquitecto asturiano Francisco Ortega Montoliu, que ha sido galardonado con el XIII Premio Rafael Manzano de Nueva Arquitectura Tradicional 2025.

Es uno de los reconocimientos más prestigiosos de España y dotado con 50.000 euros, por su capacidad para dar nueva vida al patrimonio histórico rural respetando su identidad y adaptándolo a la vida contemporánea.

Su trabajo ha rescatado edificios que durante décadas habían caído en el abandono, manteniendo su autenticidad y otorgándoles nuevos usos que no solo conservan la memoria del lugar, sino que también reactivan la vida social y económica de los pueblos donde se encuentran. “No se trata solo de restaurar piedras, sino de devolver alma a los espacios y que los vecinos los sientan como propios”, explica Ortega, convencido de que la arquitectura tradicional puede ser un motor de desarrollo local.

Revitalizar palacios y pueblos

En Asturias, su tierra natal, destacan intervenciones como el Palacio de las Torres de Donlebún en Barres, del siglo XVI y declarado Bien de Interés Cultural, transformado en hotel sin perder su carácter defensivo, el Palacio del Marqués de Santa Cruz en Castropol, del siglo XVIII, abierto a la ría del Eo sin perder su esencia histórica, o el Palacio de los Pardo Donlebún en Figueras, del siglo XIV, concebido para la vigilancia de la frontera con Galicia.

A estos se suman la Casa de los Perecitos y la Torre de los Moreno en Ribadeo y la Villa Excélsior en Luarca. En todos estos proyectos, Ortega combina tradición y modernidad incorporando soluciones contemporáneas que respetan los materiales y técnicas tradicionales y trabajando estrechamente con maestros de oficios antiguos. “Cada baldosa, cada viga de madera y cada detalle de piedra cuenta una historia, y nosotros nos limitamos a escucharla y a devolverle vida”, añade Ortega.

Arquitectura que impulsa la vida rural

Su labor no solo ha conservado edificios emblemáticos, sino que ha transformado la forma en que los pueblos viven su historia. En Barres, vecinos del entorno del Palacio de las Torres de Donlebún destacan que la apertura del hotel ha generado empleo local y atraído visitantes que antes no conocían la zona.

En Castropol, el Palacio del Marqués de Santa Cruz se ha convertido en punto de referencia cultural y turístico, con visitas guiadas que permiten descubrir la historia de la ría del Eo y los secretos de su arquitectura. De este modo, la recuperación arquitectónica funciona como un vehículo de transmisión cultural que conecta el pasado con el presente y ofrece oportunidades de desarrollo sostenible para los núcleos rurales

Compromiso y visión

El Premio Rafael Manzano, junto con la Medalla Richard H. Driehaus, convocados por la Fundación Culturas Constructivas Tradicionales con la colaboración de INTBAU España y Portugal y la Ordem dos Arquitectos de Portugal, reconoce cada año a arquitectos que combinan visión artística y compromiso social.

En el caso de Ortega, consolida su trayectoria como referente de la arquitectura tradicional y la revitalización del medio rural asturiano, y demuestra que conservar patrimonio y fomentar la vida en los pueblos no son objetivos enfrentados, sino “complementarios”. Su trabajo evidencia que la historia de Asturias puede vivirse y disfrutarse, y que la recuperación del patrimonio puede convertirse en un motor de identidad, turismo y cohesión social que trasciende generaciones. La vida de muchos pueblos ha vuelto a tener pulso a la obra de Ortega Montoliu que ha recuperado edificios al que practicamente se daba por perdidos.