Penalti, gol de Gallego y campamento base para el Tenerife

Enric Gallego bate de penalti a Asier Riesgo

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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El segundo capítulo del adiós por entregas de Luis Miguel Ramis no aflojó la tensión de su equipo, empeñado ahora en firmar un tramo final de Liga con la tensión inhabitual de los años de permanencias tranquilas de los blanquiazules. La de este curso la tiene en la mano según la teoría de Martín Marrero: cincuenta puntos dan la entrada al campamento base desde el que se pueden atacar picos más altos. No será el caso del Tenerife, a nueve puntos –con doce por jugar– de la cota de la promoción.

Con todo, cabe reconocer a los locales la voluntad por sumar a la puerta del último mes del campeonato. Este sábado, además, por una vía rápida que le dio para una primera parte casi sin sustos y una segunda sometido por el Leganés cuando le pudo el esfuerzo, no aprovechó las vueltas que tuvo y acabó pidiendo las sales cuando el tiro al larguero de Miramón en el tramo de prolongación.

Repitiendo Ramis once por tercera semana seguida, el Tenerife salió en la frecuencia habitual, ensuciando el ataque pepinero desde la salida y haciendo virtud de los balones a los costados para buscar el pase al área de Nacho o Mellot. Por ahí avisó antes de que todo se resolviera a pelota parada con un cabezazo espléndido (m.5) de Borja Garcés salvado en la línea por Riesgo. Al delantero, como siempre, solo se le puede discutir la eficacia. En lo demás, se parte el alma, pero le penalizan los controles y la conducción cuando le amanece una vuelta prometedora o un remate franco.

El zarpazo de Garcés animó al Tenerife, determinado a manejar el partido con el marcador franco, tanto que en la siguiente caída al área se encontró con la colaboración de una mano fuera de lugar de Cissé que el árbitro entendió como penalti y el VAR tardó en convenir durante tres minutos irritantes para la parroquia.

Resuelto el primer dilema, quedaba el siguiente para Gallego, poca incertidumbre cuando el artillero del Tenerife se encarga de esta tarea de la pena máxima. Le pegó sin duda, como suele, y adivinó la dirección el portero, pero iba la pelota tan pegada a su palo izquierdo que solo habría llegado ayudado por el palo de una fregona. El 1-0 confirmó la voluntad de los de Ramis para seguir escalando en la tabla y golpeó la moral de un Leganés desabrochado y sin el cuajo necesario para tomarle el pulso al partido.

El cuadro pepinero tardó media hora larga en encontrar sentido a su propuesta. Antes del primer sexto adelantó a Rubén Pardo como segundo delantero junto a Karrikaburu en lo que tiraba a Narváez a un costado. El cambio lució un desperdicio, puede que iluminado por la impericia en el medio juego de Neyou –tan académico como insulso en esta fase– y la incapacidad para jugar hacia delante de Cissé.

Solo cuando Miramón se aceleró por su banda y encontró a Narváez en la caída a la frontal produjo algo con sentido el Leganés, antes una contra anulada por Nacho, luego un adorno del colombiano en la frontal con un tiro desbaratado por Soriano y de últimas otro remate, encarado al portero con poco ángulo, que cogió vuelo hacia el primer anfiteatro del fondo sur.

El Tenerife respiró camino del vestuario, pero la pausa no le dio para mejores ideas. El Leganés del segundo acto fue otro de medio campo adelante en lo que el equipo de Ramis perdía gas y tino a partes iguales. Los cambios de Martínez llegado al cuarto de hora dieron más frescura a su grupo y las contras que se encontró su rival acabaron –salvo una ya con Teto en el campo– en lo de casi siempre, una mala elección en el pase final, cuando no una conducción errada que la devuelve al juego posicional.

Aunque la mejor baza del Leganés para el empate nació de un mal control de José León, liándose lo suficiente para que Karrikaburu (m.66) le robase el balón y se plantara en el área mientras Soriano imaginaba la jugada de la noche. El delantero tardó en decidir con qué suerte mataba el asunto y el portero le adivinó el regate, lo justo para meter una mano y quitarle el balón. Karrika tuvo también la segunda jugada, pero el tiro siguiente no cogió camino de la puerta.

De ahí al cierre, los cambios no descabalgaron al Tenerife, pero se obligó a jugar agitado por la repetición de llegadas del Leganés y porque Mo Dauda no pilló nada potable que hiciera rentable su presencia. Teto defendió más que atacó, tapó como pudo las acometidas de Miramón y puso su sello en la vuelta citada: llegado el 70, se inventó un remate violento con la pierna mala y lo estrelló en la cruceta.

Ahí acabó toda la producción ofensiva local, fiada a negarle un tiro limpio en el área al Leganés en lo que Corredera –inmenso el esfuerzo, sobrado de talento, para llevar a los suyos lejos de Soriano– pedía una tregua que solo fueron los minutos de alargue como falso extremo cuando Javi Alonso se emparejó con Larrea.

A uno del cierre, Miramón apostó por un disparo lejano que, como el de Teto, acabó rebotado por la madera. Pudo ser así un empate, pero el guion reservaba, contra la tradición de esta temporada, un final feliz para este Tenerife tan poco habituado a jugar con el resultado a favor y a que no le caiga alguna pedrada que le reste puntos.

(1) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, Sergio González, José León, Nacho (Aitor Buñuel, m.89); Iván Romero (Teto, m.65), Aitor Sanz (Larrea, m.65), Alex Corredera, Waldo (Javi Alonso, m.89); Borja Garcés (Mo Dauda, m.72) y Enric Gallego.

(0) CD LEGANÉS: Asier Riesgo; Miramón, Sergio, Omeruo, Josema (Franquesa, m.58); Cissé, Pardo (Qasmi, m.58), Neyou, Fede Vico (Navarro, m.74); Narváez y Karrikaburu (Paryszek, m.81).

GOL: 1-0, m.10: Enric Gallego, de penalti.

ÁRBITRO: Alejandro Quintero González (Comité Andaluz). Amonestó a Aitor Sanz (m.44) y Nacho (m.83) y al visitante Narváez (m.68).

INCIDENCIAS: Partido de la trigésimo octava jornada de LaLiga SmartBank disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 11.112 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Valentín Jorge, Robi, entrenador del Tenerife durante la temporada 98-99. Oscar Dertycia, exjugador blanquiazul, realizó el saque de honor con motivo de la próxima celebración del treinta aniversario de la primera clasificación europea del Tenerife.

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