El Valladolid frena al Tenerife
El gran inicio de temporada del CD Tenerife se frenó en seco en el José Zorrilla, un estadio donde a los blanquiazules siempre les ha costado salir con una victoria (lleva 20 años sin ganar en ese estadio). Un gol de Ibán Salvador en el minuto 29 y otro de Míchel en el 49' le dieron la victoria al Real Valladolid.
Y eso que los de Martí habían salido enchufados al inicio, dominando durante los primeros 15 minutos. La falta de acierto en los últimos metros -Tyronne llegó a tener tres claras- condenó a los isleños, que echaron de menos a Jorge Sáenz en la zaga.
Los pucelanos, a base de empuje (personificado en Ibán Salvador, un incordio todo el encuentro para el Tenerife), provocaban el repliegue de los visitantes, que conseguían salvar los muebles con un tanto anulado en fuera de juego en el 23'. Pero el gol se olía, porque la pelota sólo rodaba por las inmediaciones de Dani Hernández. Y la insistencia tuvo su recompensa. El Real Valladolid estaba avisando y la culminación a ese asedio llegó en el minuto 29, con un cabezazo de Ibán Salvador, tras el centro de Antoñito al segundo palo.
Y con el 1-0 se llegó al descanso, ya que ninguno de los dos equipos dispuso de más ocasiones, si bien el Real Valladolid las buscó con más ahínco que el Tenerife, que encontró a un rival perfectamente asentado en el campo.
Tras la reanudación, el Real Valladolid salió dispuesto a sentenciar el encuentro y, en la primera ocasión que se llegó al área tinerfeña, lograron subir el segundo gol al marcador, con Míchel como autor del mismo, quien solamente tuvo que empujar el balón a la red tras el pase de Mata.
José Luis Martí realizó el primer cambio, en busca de mayor profundidad, y en el minuto 57, Masip tuvo que emplearse a fondo para sacar un balón muy peligroso, que Luismi terminó de despejar, evitando así el primer tanto de los insulares, que lo volvieron a intentar de libre directo, aunque el disparon de Suso Santana se estrelló en la barrera local.
Los vallisoletanos no tenían intención de permitir acercamientos al rival y su buen planteamiento les permitió cerrar filas y, además, seguir tratando de aumentar la renta, lo que pudieron hacer de no haber sido por Dani Hernández, que despejó un fuerte disparo de Óscar Plano.
El Tenerife lo intentó hasta el final, pero cuando no era la defensa la que impedía que lograran el objetivo, era Masip, quien se mostró muy seguro en la portería, lo que permitió al Real Valladolid imponerse con solvencia al líder de la categoría.