Pastores de Gran Canaria reciben la primera remuneración por contribuir a la prevención de incendios forestales

Pastoreo controlado en Gran Canaria

Canarias Ahora

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Los primeros pastores de Gran Canaria que han colaborado para reducir la vegetación en los montes y cauces de barranco de la isla, a cambio de un pago por sus servicios forestales, han comenzado ya a percibir la remuneración pactada con el Cabildo. Se trata de siete de los 35 pastores que participan este año en el proyecto Gran Canaria Pastorea, en concreto aquellos que han pastoreado su zona antes del 30 de junio, mientras que los otros 28 pastores participantes se acogerán a la convocatoria del 31 de octubre.

Así, diferentes zonas estratégicas de Acusa (Artenara), varios barrancos de La Aldea, el barranco de San Miguel en Valsequillo, dos áreas distintas en Tejeda y también Telde se han visto despejadas de combustible forestal gracias a la acción dirigida de ovejas y cabras que contribuyen a reducir la biomasa y, así, evitar la propagación de los incendios forestales. El pastoreo se realiza en montes y cauces públicos, definidos de antemano con la Corporación insular por su valor estratégico. Principalmente, en los cauces de barrancos, los ejes de cresta principal y los puntos estratégicos de gestión (PEG).

Con esta medida, el Cabildo “es pionero una vez más en su adaptación al cambio climático y la prevención de grandes incendios forestales con la puesta en práctica de herramientas de gestión medioambiental propias del S. XXI, como son los pagos por servicios ambientales”, señaló el presidente insular, Antonio Morales.

La aplicación de modelos de Pago por Servicios Ambientales, ya extendidos en otras partes del mundo, fomenta la conservación y uso de los ecosistemas al hacer corresponsable al sector privado en un intercambio “que genera además nuevas oportunidades de desarrollo rural” y ayuda “a que se mantengan las actividades económicas tradicionales, como el pastoreo que tanto contribuye a generar un ‘paisaje mosaico’, adecuado en la prevención de incendios” destacó Morales.

Se trata de la primera vez que se lleva cabo en la isla una remuneración a los pastores por su contribución a la prevención de los incendios, un acuerdo que llega además en un momento crucial para la supervivencia de esta práctica ganadera ancestral, debido al aumento de los precios de los forrajes que tanto ha afectado a un sector que ya se encontraba en situación delicada desde hace años.

‘Gran Canaria Pastorea’ es un proyecto del Cabildo de Gran Canaria por el cual se adjudican superficies de pastoreo en montes públicos y barrancos, y se remunera económicamente a los pastores por el servicio de prevención de incendios forestales en lo que se conoce como Pago por Servicios Ambientales (PSA), un incentivo económico que reconoce las acciones y las prácticas asociadas a la preservación y restauración de ecosistemas que suele estar condicionado a unos resultados medibles y consensuados de antemano.

En este año 2022, son 35 pastores participantes los que gestionan 50 superficies de monte y cauce público, en total 2.018 hectáreas por las que pasan 6.750 cabezas de ganado entre cabras y ovejas. El pago va desde los 20 a los 180 euros por hectárea y año, en función del tipo de terreno y la importancia de determinada zona en la prevención de incendios. Se establece en dos convocatorias de pago, julio y noviembre, que suponen un total de 117.981,73 euros.

‘Gran Canaria Pastorea’ forma parte de un proyecto más amplio de acciones para la prevención de grandes incendios forestales denominado ‘Gran Canaria Mosaico’ (www.grancanariamosaico.com).

Un paisaje mosaico es un paisaje diverso donde conviven campos cultivados, huertas, sembrados, pastos y diferentes tipos de bosques. Cada una de estas piezas pone obstáculos al fuego en caso de que ocurra un gran incendio forestal.

Los grandes incendios forestales se mueven muy rápido por bosques y matorrales extensos y homogéneos, por lo que cada vez que el incendio encuentra un campo de cultivo o una vegetación diferente, tiene que cambiar de comportamiento. Eso lo frena o lo ralentiza, lo que da una oportunidad a los servicios de extinción para poder sofocarlo.

En el paisaje mosaico son fundamentales las actividades agrícolas, ganaderas y forestales para que gradualmente recuperen un paisaje diverso, habitado y con menor riesgo de sufrir grandes incendios.

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