Canarias en consenso democrático

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El Parlamento guía al Ejecutivo. Así funciona nuestro sistema. El reciente mantenimiento de la  asignatura de Historia y Geografía de Canarias en la Educación Secundaria ejemplifica un modelo  en el que nuestro gobierno es consciente de que la legitimidad de sus planteamientos debe tener  una base democrática y de consenso. A mayor consenso político, mayor estabilidad democrática,  siempre y cuando en el cuerpo electoral seamos lo suficientemente atentos y exigentes con  nuestros servidores. En Canarias contrastamos las ideas que surgen en el Parlamento y  gestionamos las diferencias con buen trato y debate interno dentro de los partidos y fuera de los  partidos. Con todos nuestros problemas. Hemos visto a una Consejera de gobierno contrastar  con el grupo parlamentario que la apoya como Consejera, adaptar la normativa y asumir un  cambio a raíz de escuchar a la sociedad canaria en todas sus expresiones. Y es que, ¿Cómo nos  van a quitar la obligatoriedad de la asignatura de Historia y Geografía de Canarias con lo que nos  costó que ATI-CC la incluyese? 

La solución a la asignatura de Historia de Canarias es un síntoma de que el Gobierno de Canarias  es fuerte. El debate entorno a la inclusión de la misma no sólo ha despertado el interés de  quienes la pusieron tarde y mal en el currículum de Educación Secundaria en Canarias, sino  también una vez más, de los partidos integrantes del Pacto de las Flores. En este mandato se han  sucedido cambios en la regulación y propuesta de varias consejerías, así como en el Cabildo  Insular de Tenerife, y ha sido precisamente por la capacidad de resiliencia y escucha de quienes  dirigen estas instituciones. Gobernar en esencia es persuadir, que diría Juan Domingo Perón,  quien también nos dijo que “Gobernar es fácil, lo difícil es conducir el país”. Viene a afirmar que lo  más difícil no es llegar y pastar el presupuesto, si no mantenerse y a la vez transformar la  sociedad en tu sentido de las cosas. 

En el caso de Historia de Canarias vemos una clara tendencia que ha forzado a los grupos  parlamentarios a plantear a la Consejera el mantenimiento de la asignatura, sin duda gracias a la  movilización de personas y colectivos que guían y lideran cuales son los máximos y mínimos del  progreso en Canarias, generando un debate interno un Partido Socialista que terminó decidiendo  mantener la obligatoriedad de la materia mediante el aval de su Consejera. 

Llama la atención cómo lo sucedido a este respecto dista de la dinámica que se está  produciendo a nivel nacional, donde en muchas de las Comunidades es impensable una  transmisión de políticas públicas entre bloques de gobierno y oposición. Es decir, el sistema  político de Canarias presenta una mayor flexibilidad e intercambio de ideas entre los diferentes  que la generalidad de sistemas políticos europeos en los que se ubica el nuestro. 

Por ejemplo, ¿Cómo terminará la dinámica establecida en la movilidad en Tenerife, respecto al  Tren del Norte y el Tren del Sur? ¿Cómo acabará Fonsalía? Dependerá de quién gobierne. Sin  duda hay voces a favor y en contra en los dos partidos con posibilidad de llegar a la presidencia  de Tenerife, pero sin embargo una de las opciones es mucho más sensible a escuchar lo que  plantea el pueblo que la otra. ¿Qué líder político plantea una rueda de prensa, como hizo Pedro  Martín, para declarar que va a re-estudiar su proyecto porque tiene mucha oposición de la  ciudadanía? Gobernar en las instituciones es avanzar y recular, es perseguir, parar, pensar y  redefinir al son de lo que emane del Pueblo.  

Podríamos tener unos dispositivos y herramientas para la participación ciudadana más formales,  que no estén al albor de elegir bien en las elecciones, pero en el mientras tanto de la  consolidación de un ecosistema digital para la participación ciudadana liderado por el Consejero  Nauzet Gugliota, debemos celebrar que al menos tenemos en la Isla un gobierno insular que  escucha.  

Tener la capacidad de ponerse en el lugar del otro, con la oposición, con tus socios y con el  pueblo, es de gran habilidad, y sin duda una novedad en nuestro mundo político. Racionalizar las  decisiones políticas y esquivar la polarización afectiva es fundamental para la salud del sistema  público. Como hemos comentado otras veces en este espacio, se define la polarización afectiva  como la distancia emocional entre el afecto que te despiertan los tuyos en contraposición con el  rechazo que te produce quienes simpatizan con ideas políticas contrapuestas. Por ejemplo, en  España la polarización se ve reflejada en las comunidades castellanas entre bloques de izquierda y derecha, o en Catalunya entre el bloque independentista (ERC, Junts y CUP) y otro defensor del  Estado actual de las cosas (PSOE, ECP, C’s y PP). 

¿En Canarias vemos eso? Desde luego que no. En cierto modo porque no existe por ahora  oposición clara y contundente al Gobierno de Ángel Victor Torres, Román Rodríguez, Noemí  Santana y Casimiro Curbelo. ¿Quién es la líder de la oposición en el Parlamento de Canarias? Si  pensamos en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife o el Cabildo Insular tenemos claro a  quién se enfrentan en cada pleno sus respectivos presidentes, con Patricia Hernández y Carlos  Alonso defendiendo posiciones. La situación es tan saludable para quien lidera el Gobierno de  Canarias actualmente que este no se ve debilitado cada vez que demuestra su resiliencia  adaptando las normas comunes a lo que plantea en ocasiones Coalición Canaria o sus propios  socios de pacto. 

La dinámica actual fortalece cultural y socialmente al Gobierno porque no convierte las  propuestas de los otros en problemas, si no que es capaz de integrar sus demandas dentro de  sus propias políticas. Este camino que persigue el equipo de Ángel Victor está orientado a lograr  ser lo que durante años no ha permitido el sistema político canario; el PSOE de Canarias como  partido hegemónico-pragmático en el Archipiélago, dentro de las categorías que definió Giovanni  Sartori en su calificación de tipologías de partidos y sistemas de partidos.  

Conseguir desde las organizaciones de la oposición, los medios, asociaciones y formas de  sociedad civil disponibles, una reducción de la polarización dará más salud a nuestras  instituciones, aumentando la legitimidad de nuestros oportunos gobiernos y dando más confianza  social a las diferentes ideas políticas que llegan al éxito en nuestra vida política,  independientemente de quien las proponga, facilitando por tanto el cumplimiento de los objetivos  que acuerde el Parlamento de Canarias en cada disposición. 

Recalcamos que este buen clima destaca en el ámbito nacional, por ser opuesto al que vemos,  por ejemplo, en la Comunidad de Madrid y el Gobierno de España. Esto es sin duda algo de lo  que debemos estar orgullosos desde nuestro querido, y según vemos, en el futuro más y mejor  estudiado en las escuelas; Archipiélago Canario.

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