Al cientouno por ciento

Pero el espíritu humano y la creencia en la utopía es capaz de hacer posible lo imposible. También en política. También en Canarias? Hora es ya de que se dé el paso para hacer revertible lo hasta ahora acontecido. Y ello para construir el nuevo paradigma que debe nacer de las ruinas del viejo mundo, del viejo paradigma civilizatorio que ya no volverá jamás.

¿Por qué cambiar los estatutos de un partido para que sigan siendo los que hasta ahora han sido? En política, también en Canarias, ni están todos los que son, ni son todos los que están. El cambio no debe ser sólo generacional, sino también reflexivo, intelectual, y, sobre todo, ético y eficaz. Sumando siempre las sinergias incluso de sectores independientes y alternativos, incluso las de la sociedad canaria en su conjunto. Porque en la suma suele estar la Verdad. Si es que existe?¿Por qué los cuadros de mando se alejan de las bases, las bases de los cuadros, y los partidos de la sociedad? ¿Por qué elección tras elección el voto en blanco, el voto nulo, la abstención y los partidos sin representación en el Parlamento de Canarias suman más del 50% del censo electoral? La actualmente mayoritaria forma del discurso político debe ser también cambiada.

Los congresos de los partidos no deben quedarse en meras ilusiones internas alejadas de la realidad social. Los programas no deben quedarse en palabras vacías sin responsabilidad política de ningún tipo ante su incumplimiento reiterado. Deben ser superados sus debes involutivos. Las improvisaciones son mejores cuando se las piensa. Desde el empate técnico Rubalcaba-Chacón tras los congresillos, hasta la aparición de un tercer hombre en representación de “Bases en la red”, la entropía lo imprimirá todo hasta que no se produzcan efectivos debates.

Mas crisis no es sólo entropía y caos. Crisis es también oportunidad. Y de aquí a antes de julio de 2012 no debe ser desaprovechada. Quien tenga capacidad, coherencia, sinceridad y voluntad política de implementarla, que actúe. Si es que en verdad se quiere crear un proyecto nuevo. Si es que no se quiere el más de lo mismo.

Démoslo todo no ya al 100%, sino al 101%, por salvar lo que ha tardado décadas en ser construido desde los cimientos tras la Segunda Guerra Mundial.

Invirtamos en lo público desde la eficacia finesa y no actuemos desde la especulación luxemburguesa, ambos, curiosa y excéntricamente, Estados con triple AAA de solvencia pero referentes de mundos opuestos.

Bloomberg, el alcalde republicano de New York, cobra desde 2002 un sueldo anual de 0,71 euros y se queja de que pague por la renta tan sólo un 35% aunque pertenezca al 1% de estadounidenses multimillonarios, creyendo un deber moral y social el que los que más tienen paguen más; no cobra de lo público porque sus ingresos se los ha ganado en su quehacer diario y profesional. E igualmente se queja de que Romney, su “colega” mormón presidenciable, pague tan sólo un 15% por los rendimientos del capital.

¡Cuántos políticos de todos los partidos y de todas las ideologías deberían hacer lo mismo, o cuando menos cobrar el salario de su profesión de referencia previa a la política, o en caso contrario, de no tenerla, el salario mínimo interprofesional! ¡Al menos todos los cargos electos, de confianza y de gestión de todas las administraciones públicas de este Estado cada vez menos viable!

Aquí, en las islas, mientras, desde la periferia de la periferia del aún imperio occidental, Porque el vicepresidente de Canarias, José Miguel Pérez (PSOE), ha defendido este martes el sueldo que ganan él y el Presidente del Gobierno canario Paulino Rivero, de Coalición Canaria, 66.000 y 69.000 euros brutos anuales, según ha asegurado, y ha criticado a quienes buscan fomentar “un desprestigio considerable” acusándoles de cobrar mucho negando que sean “sueldazos”. ¿No lo son? ¿No lo son para los más de 265 mil parados canarios o para los cada vez más mileuristas?... “Al menos” el Vicepresidente acepta que ahora se vea negativo los gastos que el Cabildo grancanario aprobó siendo él Presidente para tratamientos dentales, gafas y lentillas de responsables políticos. Algo es algo?

Los ejemplos, pues, en política, se encuentran. Tan sólo hay que buscarlos?

Los buenos, y los malos? Pérez debería fijarse en los comportamientos éticos y ejemplificativos del alcalde de New York.

Salvadas sean las ideologías. ¿Pero de qué valen las ideologías si no ejemplifican?

José Carlos Gil Marín