Espacio de opinión de Canarias Ahora
Aciaga Cumbre sobre el Clima 2014
La reciente Cumbre celebrada en la ONU, desde el pasado día 23 de septiembre, sobre el Cambio Climático no ha servido para llegar a exigidas y responsables soluciones apremiantes. Como asimismo ha sucedido con todas las precedentes, desde el primer Protocolo de Kioto, en 1997. La anterior Cumbre de Copenhague, en 2009, fue una partida de cartas de trileros, entre las grandes potencias de la contaminación y el desprecio al vital medio ambiente y la atmósfera. Y de nuevo: todo un fracaso para sanar la contaminación de CO2 y beneficiar a toda la biodiversidad que coexistimos en este planeta azul.
A la asamblea han asistido más 120 jefes de Estados de todo el mundo, pero han faltado los prebostes de los países más contaminantes del planeta: China, EEUU, India, Rusia, UE y varios países emergentes. Han enviado una delegación para la representación de este nuevo sainete (parece que tienen vergüenza por sus culpas de las rapiñas contra la salud medioambiental del planeta). No deseaban comprometerse a cambios en la disminución de los letales gases de efecto invernadero, que están generando el Cambio Climático, del cual es único responsable el ser humano con las emisiones de dióxido de carbono, el CO2 de sus industrias.
En la resolución final han llegado a un ¿compromiso…? sobre el papel. Que como en todos los acuerdos anteriores, han quedado en papel mojado –y también lo será en este–: Los sectores financieros, o sea, los culpables contaminantes, ofrecerán de sus polucionadas ganancias 200.000 millones, para mitigar el calentamiento global. La industria petrolera reducirá sus emisiones; Los alcaldes de mil ciudades se comprometen a reducir sus emisiones; Reducir el CO2 de los transportes. Palabrerías de charlatanes de feria, para contentar a los incautos.
Todos los miembros de los países asistentes se adornaron con voluntariosas promesas y bellas retóricas en sus intervenciones. Todo un ejemplo de frivolidad y gestos para la galería. Ahí queda todo: promesas y buenas intenciones. Pero ningún drástico compromiso para aminorar las altas temperaturas que se prevén.
Es más que palpable que no son los jefes de Estados quienes se niegan a reducir las emisiones de CO2, sino las oligarquías financieras de las industrias contaminantes de sus respectivos países. Los magnates mercantilistas son los que engrandecen las sucias economías de las naciones con sus producciones, emanando gases venenosos a la atmósfera. Aunque el planeta quede herido de muerte con el efecto invernadero, quedando maltrecha toda la biodiversidad, a la que ofrece vida.
Ni China, EEUU, India, Rusia y la UE, tienen la intención de aminorar sus perniciosas contaminaciones de CO2. Seguirán siendo primeras potencias industriales, pero las últimas en ética, moral y de respeto al medioambiente global, a la humanidad y a todas las especies vivas. La vida será muy difícil prontamente. Precisamente, se ha informado, que en los últimos cuarenta años, se ha perdido la mitad de la fauna salvaje del planeta.
Nadie de los representantes a la Cumbre sobre el Clima 2014 ha propuesto que se cambie definitiva y paulatinamente, las actuales energías de quema de combustibles fósiles, para parar esta inmolación anunciada, por las Energías Limpias y Renovables. Las únicas que son eternas, no contaminan y que a la postre son gratuitas.
Los científicos del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, continúan con su urgente llamamiento a que se tome conciencia, porque nos encontramos en un momento crítico con las poluciones de CO2. Si no lo tomamos muy en serio, nos iremos al garete, nos advierten, con el aumento de 4 grados en la temperatura en este final de siglo.
Los cambios climatológicos producirán efectos colaterales de nefastas consecuencias en todas las geografías terrestres y acuáticas del mundo, especialmente, en las agrícolas y alimentarias; y obligados desplazamientos migratorios en masas humanas. Además, de las graves alteraciones climáticas y las carencias de aguas potables.
No puede la humanidad actual, y en nombre de las futuras generaciones, a las cuales debemos dejar un planeta vivible, limpio y de futuro, poner en manos de estos inconscientes gobernantes al servicio de los magnates de la industria contaminante (con la manida soflama de la creación de empleos), un asunto tan trascendente y de vitalísima importancia. Debemos ser todos los concienciados pobladores de la Tierra en este asunto, quienes tengan la decisión última, ante este flagrante latrocinio. Habrá que elegir a personas para la política que se comprometan con el futuro de la Tierra y de proteger la vida sana de toda la biodiversidad existente.
Muy lejos de reducir las contaminaciones de efecto invernadero, en el pasado año 2013, aumentó en 2,3% y en el presente 2014, se tasa en 2,5%. Todo un despropósito de las buenas intenciones que se pregonan en los foros de las Cumbres Climáticas. La hipocresía es una de las más sobresalientes prácticas de los modernos filibusteros de las clases políticas.
El Rey Felipe VI intervino con estas prometedoras palabras: “No podemos esperar, compartimos un consenso básico sobre los peligros que nos acechan”. Pero en este país en el que reina, su Gobierno actual es negacionista del Cambio Climático. Ha apostado por el petróleo, el gas de esquisto del fracking, ha menospreciado las energías limpias y renovables, obstruyéndola; el gas propano o butano; y para más inri, sigue aumentando los gases de CO2, a pesar de haber firmado el Protocolo de Kioto y de tener un compromiso con la UE.
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